Dylan tiene un año de vida. Aún no se ha lanzado a caminar, pero es algo así como
un maestro del gateo. En su casa en Puente Alto le tienen una zona en el living para
que juegue y se sorprenda con cada pelusita u hormiga que a veces encuentra en
sus recorridos por el suelo.
Eran alrededor de las 21.30 horas del domingo y Dylan estaba precisamente en esa parte de la casa, mientras sus padres, Marcela Manríquez y Luis Díaz, y sus hermanos Martín, de 13 años, e Isidora, de 8, se disponían a sentarse en el comedor para comer. Pero se quedaron con las ganas porque media hora antes había sucedido algo que cambió sus destinos.
Pasada las nueve de la noche un hombre circulaba en su Nissan Kicks por la intersección de Juan de Dios Malebrán con Luis Matte Larraín, también en Puente Alto, cuando fue interceptado por cuatro jóvenes. Le quitaron el auto y huyeron raudos. Sin saberlo, condujeron en dirección a la casa de Dylan.
Paralelamente, el conductor del recorrido El 3 circulaba por la calle Bahía Catalina, a escasos metros de la casa de Dylan. El Nissan Kicks se cruzó en su camino. El vehiculo menor chocó a la micro por el costado y la El 3, de la empresa Vule Bus, se fue hacia la derecha. Se subió a la vereda e impactó dos casas pareadas. Una es la casa de Dylan.
'íbamos a sentarnos a la mesa cuando sentimos un golpe muy fuerte. Pensé que había sido un choque, porque en esta esquina ha habido hartos accidentes. Hay un disco Pare que pocas veces se respeta. Le alcancé a decir a Luis que debían haber chocado; empezó un temblor en la casa y escuché un ruido fuerte. Para mí fue como una bomba, una explosión", cuenta la mamá del pequeño.
-¿Qué pasó después?
-Se apagó la luz al tiro y empezó a salir una gran cantidad de polvo. Mucho, mucho polvo. Y yo grito "ila guagua, la guagua!", porque era la última imagen que había visto. Mis otros hijos salieron corriendo de sus piezas gritando por su hermano. En medio de la oscuridad y la polvareda mi esposo se puso a buscarlo, y ahí apareció gateando y le tocó los pies a mi pareja. Él lo tomó en brazos y nos dimos cuenta que no le había pasado nada, nunca se puso a llorar.
Marcela cuenta que ahí empezó un griterío tremendo, entre los que iban a bordo de la micro y los vecinos que se acercaron a ayudar. "Queríamos salir de la casa, pero estábamos atrapados por la micro", cuenta Luis.
Finalmente se tuvieron que subir a la micro. "Alguien abrió la puerta del medio, nos subimos por ahí, avanzamos hacia la puerta trasera, nos bajamos y pudimos salir hacia la calle", agrega la mujer.
"Después entramos de nuevo a la casa y nos dimos cuenta de la que nos habíamos salvado", resume.
Su casa y la del lado quedaron con un tremendo forado en la parte de adelante. Con algunas cadenas a la vista y descuadrada.
En la casa vecina viven cuatro personas. La terminaron de pagar este año, luego de 20 años.
Ninguna de las casas tiene luz y nadie sabe quién les responderá.
"Vino un constructor civil de la Municipalidad y dijo que la casa tenía daño estructural. Dijo que teníamos que poner un soporte antes de remover los escombros", cuenta Emily Yepsen, quien estaba en el comedor de su casa cuando entró la micro a su living.
El comandante Claudio Hermosilla, subprefecto de la Prefectura Cordillera, explica que los sujetos a bordo del Nissan arrancaron de inmediato y que el conductor de la micro aseguró que "el choque lo hizo perder el control del bus."
Eran alrededor de las 21.30 horas del domingo y Dylan estaba precisamente en esa parte de la casa, mientras sus padres, Marcela Manríquez y Luis Díaz, y sus hermanos Martín, de 13 años, e Isidora, de 8, se disponían a sentarse en el comedor para comer. Pero se quedaron con las ganas porque media hora antes había sucedido algo que cambió sus destinos.
Pasada las nueve de la noche un hombre circulaba en su Nissan Kicks por la intersección de Juan de Dios Malebrán con Luis Matte Larraín, también en Puente Alto, cuando fue interceptado por cuatro jóvenes. Le quitaron el auto y huyeron raudos. Sin saberlo, condujeron en dirección a la casa de Dylan.
Paralelamente, el conductor del recorrido El 3 circulaba por la calle Bahía Catalina, a escasos metros de la casa de Dylan. El Nissan Kicks se cruzó en su camino. El vehiculo menor chocó a la micro por el costado y la El 3, de la empresa Vule Bus, se fue hacia la derecha. Se subió a la vereda e impactó dos casas pareadas. Una es la casa de Dylan.
'íbamos a sentarnos a la mesa cuando sentimos un golpe muy fuerte. Pensé que había sido un choque, porque en esta esquina ha habido hartos accidentes. Hay un disco Pare que pocas veces se respeta. Le alcancé a decir a Luis que debían haber chocado; empezó un temblor en la casa y escuché un ruido fuerte. Para mí fue como una bomba, una explosión", cuenta la mamá del pequeño.
-¿Qué pasó después?
-Se apagó la luz al tiro y empezó a salir una gran cantidad de polvo. Mucho, mucho polvo. Y yo grito "ila guagua, la guagua!", porque era la última imagen que había visto. Mis otros hijos salieron corriendo de sus piezas gritando por su hermano. En medio de la oscuridad y la polvareda mi esposo se puso a buscarlo, y ahí apareció gateando y le tocó los pies a mi pareja. Él lo tomó en brazos y nos dimos cuenta que no le había pasado nada, nunca se puso a llorar.
Marcela cuenta que ahí empezó un griterío tremendo, entre los que iban a bordo de la micro y los vecinos que se acercaron a ayudar. "Queríamos salir de la casa, pero estábamos atrapados por la micro", cuenta Luis.
Finalmente se tuvieron que subir a la micro. "Alguien abrió la puerta del medio, nos subimos por ahí, avanzamos hacia la puerta trasera, nos bajamos y pudimos salir hacia la calle", agrega la mujer.
"Después entramos de nuevo a la casa y nos dimos cuenta de la que nos habíamos salvado", resume.
Su casa y la del lado quedaron con un tremendo forado en la parte de adelante. Con algunas cadenas a la vista y descuadrada.
En la casa vecina viven cuatro personas. La terminaron de pagar este año, luego de 20 años.
Ninguna de las casas tiene luz y nadie sabe quién les responderá.
"Vino un constructor civil de la Municipalidad y dijo que la casa tenía daño estructural. Dijo que teníamos que poner un soporte antes de remover los escombros", cuenta Emily Yepsen, quien estaba en el comedor de su casa cuando entró la micro a su living.
El comandante Claudio Hermosilla, subprefecto de la Prefectura Cordillera, explica que los sujetos a bordo del Nissan arrancaron de inmediato y que el conductor de la micro aseguró que "el choque lo hizo perder el control del bus."