Hacia el minuto 28 de su presentación, vitoreada desde el inicio por una rendida
Quinta Vergara, Monserrat Bustamante (36),
reconocida nacional e
internacionalmente bajo el apelativo de Mon Laferte, tomó el micrófono una vez más
aunque ya no para cantar. Detrás habían quedado sus coreados éxitos radiales como
'Tormento", "Mi buen amor" y "Amor completo", cuando sentada en una silla sobre el
escenario del Festival de Viña, ella simplemente se confesó.
En una alocución que se extendió por 7 minutos 58 segundos, la artista primero reconoció que tuvo "miedo" de presentarse en el evento. ¿Por qué? Producto de la querella que Carabineros interpuso en su contra en medio del estallido social (en una entrevista ella afirmó que efectivos policiales habían cometido ilícitos).
"Lo único que quería decir en realidad es que lo único que sé hacer es cantar. Yo nací en Viña del Mar, en una población, allá arriba en un cerro que se llama Gómez Carreño. Yo estudié en la escuela D-320, Orlando Peña Carvajal, y lo único que aprendí en la vida fue a cantar porque tuve que empezar a trabajar desde muy chiquitita", siguió ella después, bien testimonial.
"Yo viví en la población, no iba a poder estudiar, mi padre era un trabajador de la construcción; mi madre, dueña de casa. Yo no iba a poder estudiar nada", relató luego algo nerviosa, mientras el rating alcanzaba los 50 puntos de sintonía (su show al final promedió 45,1).
Pronto vino el homenaje familiar. "Mi abuela me tenía que cuidar mientras mi mamá salía a trabajar, después de que mi papá se fue... Mi abuela me decía mijita, usted tiene que ser famosa, es la única manera de que no pase hambre ".
Ella hacía referencia a Norma Herrera Fabres, su fallecida abuelita, a quien siempre ha catalogado como pilar fundamental en su carrera.
"A una le enseñan que una se tiene que sacar la mugre y que tiene que trabajar mucho y esforzarse mucho y que tiene que levantarse más temprano. Entonces, yo me lo tomé tan en serio, tan en serio, para no fallarle a mi abuela, a mi familia, a mi pobla, a mi gente... y aquí estoy", reconoció luego entre vítores, antes de dedicarle a doña Norma el tema "La trenza" y reiniciar bien conmovida su concierto.
Las emociones para la cantante no se detendrían ahí. Tras conseguir las Gaviotas de Oro y Plata, ella no tuvo reacción en palabras. Y eso se notó.
"Le hacíamos preguntas y como que no nos escuchaba. Nos dimos cuenta de que no escuchaba por la emoción. La abracé para felicitarla, le pregunté al oído si quería hablar y me dijo que no", desclasificaría después del show el animador Martín Cárcamo, quien teorizó sobre ese instante. "Fue un momento atípico porque muy pocas veces un artista prefiere no hablar. Respetamos su silencio", relató él.
En esa misma línea, en vez de ofrecer conferencia de prensa o dar la típica entrevista de backstage, Laferte prefirió retirarse sin emitir declaraciones hacia su camarín para compartir con su familia y amigos. "Ella quedó feliz, pero estaba sumamente cansada, agotada. Para ella fue una presentación muy emotiva que la dejó bien desgastada emocionalmente", contó al respecto Romina Núñez, guitarrista del grupo femenino que acompañó a la artista en el escenario. No fue la única que habló.
"Estoy muy contenta por ella", testimonió al rato Myriam Laferte, la madre de la artista en cuestión. "Estoy muy contenta no sólo de la artista que es ella, también de la mujer", dijo escuetamente previo a excusarse, con una inmensa sonrisa en su rostro. No era para menos.
"Un grito así puede dañar la voz cuando se hace sin técnica", agrega el fonoaudiólogo Eduardo Contreras. "Evidentemente ella tiene un buen manejo de su voz", cierra.
En una alocución que se extendió por 7 minutos 58 segundos, la artista primero reconoció que tuvo "miedo" de presentarse en el evento. ¿Por qué? Producto de la querella que Carabineros interpuso en su contra en medio del estallido social (en una entrevista ella afirmó que efectivos policiales habían cometido ilícitos).
"Lo único que quería decir en realidad es que lo único que sé hacer es cantar. Yo nací en Viña del Mar, en una población, allá arriba en un cerro que se llama Gómez Carreño. Yo estudié en la escuela D-320, Orlando Peña Carvajal, y lo único que aprendí en la vida fue a cantar porque tuve que empezar a trabajar desde muy chiquitita", siguió ella después, bien testimonial.
"Yo viví en la población, no iba a poder estudiar, mi padre era un trabajador de la construcción; mi madre, dueña de casa. Yo no iba a poder estudiar nada", relató luego algo nerviosa, mientras el rating alcanzaba los 50 puntos de sintonía (su show al final promedió 45,1).
Pronto vino el homenaje familiar. "Mi abuela me tenía que cuidar mientras mi mamá salía a trabajar, después de que mi papá se fue... Mi abuela me decía mijita, usted tiene que ser famosa, es la única manera de que no pase hambre ".
Ella hacía referencia a Norma Herrera Fabres, su fallecida abuelita, a quien siempre ha catalogado como pilar fundamental en su carrera.
"A una le enseñan que una se tiene que sacar la mugre y que tiene que trabajar mucho y esforzarse mucho y que tiene que levantarse más temprano. Entonces, yo me lo tomé tan en serio, tan en serio, para no fallarle a mi abuela, a mi familia, a mi pobla, a mi gente... y aquí estoy", reconoció luego entre vítores, antes de dedicarle a doña Norma el tema "La trenza" y reiniciar bien conmovida su concierto.
Las emociones para la cantante no se detendrían ahí. Tras conseguir las Gaviotas de Oro y Plata, ella no tuvo reacción en palabras. Y eso se notó.
"Le hacíamos preguntas y como que no nos escuchaba. Nos dimos cuenta de que no escuchaba por la emoción. La abracé para felicitarla, le pregunté al oído si quería hablar y me dijo que no", desclasificaría después del show el animador Martín Cárcamo, quien teorizó sobre ese instante. "Fue un momento atípico porque muy pocas veces un artista prefiere no hablar. Respetamos su silencio", relató él.
En esa misma línea, en vez de ofrecer conferencia de prensa o dar la típica entrevista de backstage, Laferte prefirió retirarse sin emitir declaraciones hacia su camarín para compartir con su familia y amigos. "Ella quedó feliz, pero estaba sumamente cansada, agotada. Para ella fue una presentación muy emotiva que la dejó bien desgastada emocionalmente", contó al respecto Romina Núñez, guitarrista del grupo femenino que acompañó a la artista en el escenario. No fue la única que habló.
"Estoy muy contenta por ella", testimonió al rato Myriam Laferte, la madre de la artista en cuestión. "Estoy muy contenta no sólo de la artista que es ella, también de la mujer", dijo escuetamente previo a excusarse, con una inmensa sonrisa en su rostro. No era para menos.
Mantuvo agudo por 19 segundos
Al finalizar "Tormento", la primera canción que entonó Mon Laferte durante su show, mantuvo durante 19 segundos y 33 centésimas un vozarrón que devino en aplausos y gritos fanáticos. "Mantuvo un agudo en voz de pecho por 16 tiempos, cualquiera podría pasar a falsete, pero ella cantó con voz llena", analiza Ricardo Álvarez, fonoaudiólogo y director de la Escuela de Artes Vocales. "Es difícil mantenerse con la misma voz", complementa."Un grito así puede dañar la voz cuando se hace sin técnica", agrega el fonoaudiólogo Eduardo Contreras. "Evidentemente ella tiene un buen manejo de su voz", cierra.