El doctor Mauricio Canals, magister en bioestadística y académico de la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Chile, explica que se pueden proyectar, al menos,
tres escenarios de avance de la epidemia de coronavirus en nuestro país: el
pesimista, que muestra una curva de contagio empinada, similar a la tendencia
europea; el realista, que grafica una transmisibilidad más contenida, aunque
peligrosa si se descuida; y el panorama optimista, que emula el éxito asiático, con
una curva aplanada luego de implementar medidas de control y testeos masivos.
El doctor Canals cuenta que cada escenario se proyecta matemáticamente. Para ello se requiere el número reproductivo de la enfermedad, lo que en epidemiología se conoce como RO. Según el académico, este índice mide la velocidad de propagación de la enfermedad. También se puede definir de una manera más sencilla: la cantidad de enfermos nuevos que puede dejar un contagiado en un período de tiempo, agrega.
"Hay algunos signos buenos. Cuando comenzó esta epidemia en Chile, el RO era de 2,36, lo que quiere decir que cada paciente dejaba 2,36 nuevos infectados. En cambio, ahora, cuando se calcula el RO de los últimos días, está cercano a 2. Entonces, que se ha aplanado un poco la curva, se ha aplanado. Que han tenido efecto las medidas de mitigación, han tenido efecto, pero todavía son insuficientes, porque los casos UCI siguen estando sobre todas las proyecciones", agrega Canals. De acuerdo al último informe del gobierno, hay 108 pacientes conectados a ventiladores mecánicos.
El académico añade: "Desde el punto de vista de salud pública, uno puede decir con seguridad que las cuarentenas parciales resultan. Son capaces de reducir la velocidad de aumento, pero también la gente tiene que tener en cuenta que no se pueden proyectar a largo plazo, porque el efecto positivo puede convertirse en negativo. Si se cuarentena a las personas que viven hacinadas, lo más probable es que cree un mayor contagio intrafamiliar en esos grupos".
"Eso se calcula con las proyecciones de los casos que van ocurriendo. En la medida que puedes proyectar cómo va creciendo la epidemia, obtienes un R dinámico. Lo que uno esperaría es que con las medidas de control que se están implementando, el R fuera cambiando, o sea, la transmisibilidad vaya disminuyendo. Eso es lo que aplanaría la curva, al final", ilustra la también doctora en salud pública.
La académica concuerda con su colega Canals: "Está bajando el R, es verdad, pero no significa que estemos seguros que la transmisbilidad vaya a bajar. Lo que podemos ver hasta ahora es el efecto de las medidas individuales de las personas: la toma de conciencia o recluirse más en sus hogares. El efecto de la cuarentena que tenemos ahora, se observará una o dos semanas luego de que partieron. Si las medidas son efectivas, ese R dinámico irá disminuyendo".
"El punto que parece clave para hacer una proyección de cómo se desarrollará la epidemia -agrega Alvarado- es conocer cómo varía la velocidad de propagación de la enfermedad. Cambios en esta permitirían hacer mejores proyecciones y evaluar el efecto de las medidas de aislamiento social instaladas. Dado que este es un dato dinámico, la proyección de la curva epidémica también cambia en el tiempo".
El doctor Canals cuenta que cada escenario se proyecta matemáticamente. Para ello se requiere el número reproductivo de la enfermedad, lo que en epidemiología se conoce como RO. Según el académico, este índice mide la velocidad de propagación de la enfermedad. También se puede definir de una manera más sencilla: la cantidad de enfermos nuevos que puede dejar un contagiado en un período de tiempo, agrega.
En Chile, de 2,36 a 2
El académico asegura que los países más afectados por el coronavirus, como Italia o España, tienen un RO cercano a 3,0, es decir, una persona con covid-19 puede enfermar a tres personas. Cuando el virus recién empieza a diseminarse por un país, el RO suele bordear el 2,35. Los casos más exitosos de control de la infección, como la experiencia japonesa, registran un RO de 1,5. Nuestro país está siguiendo, hasta el momento, un camino moderado, dice Canals."Hay algunos signos buenos. Cuando comenzó esta epidemia en Chile, el RO era de 2,36, lo que quiere decir que cada paciente dejaba 2,36 nuevos infectados. En cambio, ahora, cuando se calcula el RO de los últimos días, está cercano a 2. Entonces, que se ha aplanado un poco la curva, se ha aplanado. Que han tenido efecto las medidas de mitigación, han tenido efecto, pero todavía son insuficientes, porque los casos UCI siguen estando sobre todas las proyecciones", agrega Canals. De acuerdo al último informe del gobierno, hay 108 pacientes conectados a ventiladores mecánicos.
El académico añade: "Desde el punto de vista de salud pública, uno puede decir con seguridad que las cuarentenas parciales resultan. Son capaces de reducir la velocidad de aumento, pero también la gente tiene que tener en cuenta que no se pueden proyectar a largo plazo, porque el efecto positivo puede convertirse en negativo. Si se cuarentena a las personas que viven hacinadas, lo más probable es que cree un mayor contagio intrafamiliar en esos grupos".
Velocidad de contagio
La doctora María Elena Alvarado, jefa del programa de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, precisa que el RO es la capacidad de contagio que existe al inicio de una epidemia. Suele tener un intervalo de confianza, es decir, no es un número exacto. Mejor dicho: si se usa el RO promedio se pueden obtener curvas más moderadas; si se aplican los datos del intervalo, habrán proyecciones más aceleradas. Lo importante, agrega, es ir conociendo la transmisibilidad dinámica, es decir, la velocidad de contagio a lo largo del tiempo."Eso se calcula con las proyecciones de los casos que van ocurriendo. En la medida que puedes proyectar cómo va creciendo la epidemia, obtienes un R dinámico. Lo que uno esperaría es que con las medidas de control que se están implementando, el R fuera cambiando, o sea, la transmisibilidad vaya disminuyendo. Eso es lo que aplanaría la curva, al final", ilustra la también doctora en salud pública.
La académica concuerda con su colega Canals: "Está bajando el R, es verdad, pero no significa que estemos seguros que la transmisbilidad vaya a bajar. Lo que podemos ver hasta ahora es el efecto de las medidas individuales de las personas: la toma de conciencia o recluirse más en sus hogares. El efecto de la cuarentena que tenemos ahora, se observará una o dos semanas luego de que partieron. Si las medidas son efectivas, ese R dinámico irá disminuyendo".
"El punto que parece clave para hacer una proyección de cómo se desarrollará la epidemia -agrega Alvarado- es conocer cómo varía la velocidad de propagación de la enfermedad. Cambios en esta permitirían hacer mejores proyecciones y evaluar el efecto de las medidas de aislamiento social instaladas. Dado que este es un dato dinámico, la proyección de la curva epidémica también cambia en el tiempo".