El fin de la PSU. Tras 16 años en vigencia, el Mineduc anunció el término de la
Prueba de Selección Universitaria ¿La razón? Implementar un nuevo sistema más
eficiente y que permita evaluar a los alumnos de manera integral a través de la futura
"Prueba de Admisión Universitaria".
"A partir de este año se inicia una transición a un sistema que permitirá igualar las ponderaciones entre las pruebas, notas de enseñanza media (NEM) y ranking. Se trata de un sistema de acceso más justo y más equitativo", dice el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas.
En concreto, este formato disminuirá el porcentaje de ponderación mínima de la prueba a un 30%, que corresponde al porcentaje que ocupa la prueba en el puntaje de postulación, siendo que actualmente el porcentaje de ponderación mínima es del 50% (se le llama "mínima" porque cada institución puede adjudicarle mayor o menor importancia a la PSU en ciertas carreras, pero nunca menor a un 50%. Ahora esa flexibilidad llega a un 30%).
Además, habrá un incremento de un 20% en las vacantes de ingreso por admisión especial (sin dar la prueba de selección), para reconocer las trayectorias y talentos de aquellos puedan aportar a la institución.
"La PSU tenía el foco puesto en los contenidos y eso a veces tiene una racionalidad más memorística que de habilidades superiores del pensamiento", opina Ernesto Treviño, investigador del Centro de Justicia Educacional de la Universidad Católica.
La ventaja, agrega, es que este modelo podría tener preguntas que muestren la habilidad de los estudiantes para hacer conexiones, inferencias e interpretaciones que se utilizan en múltiples disciplinas. Esto último es lo que la haría más integral que la anterior.
Para el Académico del Departamento de Educación de la Usach, Juan Silva, esta prueba tiene la ventaja que igualar la cancha en el ingreso a la educación superior, ya que no mide contenidos específicos, pero considera que la disminución en la ponderación podría perjudicar a algunos estudiantes.
"Existen jóvenes que son muy inteligentes, pero que no les va muy bien en el colegio. Si les tomas una prueba que mida sus habilidades, probablemente les irá bien, pero entonces sus notas lo van a perjudicar a la hora de postular a alguna universidad", comenta.
En el de Matemáticas se irán incluyendo progresivamente nuevas preguntas que evaluarán las competencias esenciales mencionadas arriba.
"Esto no les debería afectar mucho a los estudiantes que ya se estuvieron preparando para la PSU. Los contenidos van a ser iguales a los de la educación media, pero la forma de preguntar puede variar un poco, pero tendrán un año para prepararse", explica Treviño.
Para Silva, la cosa se puede poner compleja para los preuniversitarios online o pagados, porque deben modificar todos los contenidos en un muy poco tiempo sin tener mucha certeza de lo que se va a evaluar.
"Estas instituciones deben reciclar contenidos o reinventarse para preparar a esos alumnos", dice. Sin embargo, también opina que la nueva prueba tiene aspectos positivos, pues al medir más habilidades, requeriría de menos preparación y bastaría con repasar los contenidos vistos en la sala de clases.
"A partir de este año se inicia una transición a un sistema que permitirá igualar las ponderaciones entre las pruebas, notas de enseñanza media (NEM) y ranking. Se trata de un sistema de acceso más justo y más equitativo", dice el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas.
En concreto, este formato disminuirá el porcentaje de ponderación mínima de la prueba a un 30%, que corresponde al porcentaje que ocupa la prueba en el puntaje de postulación, siendo que actualmente el porcentaje de ponderación mínima es del 50% (se le llama "mínima" porque cada institución puede adjudicarle mayor o menor importancia a la PSU en ciertas carreras, pero nunca menor a un 50%. Ahora esa flexibilidad llega a un 30%).
Además, habrá un incremento de un 20% en las vacantes de ingreso por admisión especial (sin dar la prueba de selección), para reconocer las trayectorias y talentos de aquellos puedan aportar a la institución.
La prueba
El nuevo examen constará de 65 preguntas y eliminará un tercio de los contenidos actuales para evaluar "las competencias esenciales" de cada alumno en dos pruebas obligatorias, Lenguaje y Matemáticas. Para dichas pruebas se tomará en consideración la materia impartida desde séptimo básico hasta segundo medio. Por competencias esenciales se entiende más habilidades que contenido."La PSU tenía el foco puesto en los contenidos y eso a veces tiene una racionalidad más memorística que de habilidades superiores del pensamiento", opina Ernesto Treviño, investigador del Centro de Justicia Educacional de la Universidad Católica.
La ventaja, agrega, es que este modelo podría tener preguntas que muestren la habilidad de los estudiantes para hacer conexiones, inferencias e interpretaciones que se utilizan en múltiples disciplinas. Esto último es lo que la haría más integral que la anterior.
Para el Académico del Departamento de Educación de la Usach, Juan Silva, esta prueba tiene la ventaja que igualar la cancha en el ingreso a la educación superior, ya que no mide contenidos específicos, pero considera que la disminución en la ponderación podría perjudicar a algunos estudiantes.
"Existen jóvenes que son muy inteligentes, pero que no les va muy bien en el colegio. Si les tomas una prueba que mida sus habilidades, probablemente les irá bien, pero entonces sus notas lo van a perjudicar a la hora de postular a alguna universidad", comenta.
¿Qué pasará este año?
"El cambio será gradual", advirtió el subsecretario Vargas. Para este 2020 y también para el 2021, se ejecutará una "Prueba de Transición" para no perjudicar a los alumnos que ya se encontraban preparando su PSU. Eso sí, también tendrá 65 preguntas y se eliminarán, en el caso de Lenguaje, los contenidos de plan de redacción y conectores.En el de Matemáticas se irán incluyendo progresivamente nuevas preguntas que evaluarán las competencias esenciales mencionadas arriba.
"Esto no les debería afectar mucho a los estudiantes que ya se estuvieron preparando para la PSU. Los contenidos van a ser iguales a los de la educación media, pero la forma de preguntar puede variar un poco, pero tendrán un año para prepararse", explica Treviño.
Para Silva, la cosa se puede poner compleja para los preuniversitarios online o pagados, porque deben modificar todos los contenidos en un muy poco tiempo sin tener mucha certeza de lo que se va a evaluar.
"Estas instituciones deben reciclar contenidos o reinventarse para preparar a esos alumnos", dice. Sin embargo, también opina que la nueva prueba tiene aspectos positivos, pues al medir más habilidades, requeriría de menos preparación y bastaría con repasar los contenidos vistos en la sala de clases.