El mar chileno no descansa. A lo largo de sus 4.270 kilómetros de costa es
prácticamente imposible encontrar un lugar sin oleaje y sus aguas turbulentas han
sido inspiración de escritores y poetas.
Sebastián Figueroa, jefe de proyectos del área de Innovación y Desarrollo (I+D) de la empresa Maestranza Diesel, dice que el país tiene un recurso energético que, potencialmente, es tan bueno como el sol. "Así de abundante es. Lo que se necesita es desarrollar tecnología para eso", menciona el ingeniero mecánico industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María.
Figueroa y su equipo quisieron aprovechar el tempestuoso oleaje del borde costero de Valparaíso. Para eso crearon una maquina con forma de brazo metálico, que mide quince metros de largo y pesa nueve toneladas. ¿Para qué? Para transformar la energía undimotriz, la que viene de las olas, en energía mecánica. Y eso es solo el principio, pues este prototipo denominado Brazo Al Mar (Bam ll), e inaugurado el jueves pasado en el muelle Barón de Valparaíso, tiene la virtud de convertir la energía mecánica en corriente eléctrica.
La Bam ll transforma la energía undimotriz en energía mecánica a través del movimiento de dos boyas metálicas que pesan 600 kilos cada y flotan sobre el mar. "Tienen una geometría de 1 metro de diámetro, y 1,5 de altura. La relación volumen y peso le da la característica a la boya de poder flotar", explica el ingeniero.
Cada vez que las boyas suben producto del oleaje, descienden por su propio peso. Eso lo logran gracias a que están conectadas al brazo metálico que las sostiene. Al descender, enseña Figueroa, generan una tensión en los cables de acero que están conectados a ambas boyas.
"Esos cables están conectados a un tambor doble que se ubica en la parte del brazo que está en tierra. El tambor tiene un sistema que gira según el movimiento de las boyas. Los cables se enrollan y desenrollan debido a la acción de dos contrapesos metálicos de 50 kilos que permiten que las poleas se enreden y desenreden, como lo que ocurre cuando andas en bicicleta y pedaleas hacia delante y atrás. El tambor es el que convierte la energía de las olas en energía mecánica al momento de girar", describe.
El tambor doble, cuenta, tiene instalado un sistema que permite transformar ese movimiento de ida y vuelta en un giro de un solo sentido."La energía mecánica de esos movimientos se almacena en un volante de inercia, una rueda pesada de metal que se conectada a tres generadores con una potencia de un watt cada uno. Y son los generadores los que finalmente transforman la energía mecánica en eléctrica", destaca.
Para que el tambor doble gire se necesitan 1 50 revoluciones (rotaciones) por minuto. "Es lo necesario para que el tambor entregue un voltaje mayor a los 48 voltios, que es el voltaje de cada batería", relata Figueroa.
Esa energía eléctrica, por cierto, no se desecha. La Bam ll aprovecha la corriente eléctrica para mantener encendidas las ampolletas que iluminan a la estructura por las noches. "Pronto vamos a instalar un tótem con USB. Actualmente tenemos un inversor de corriente a 220 voltios, que es la energía que existe en las casas. Puedes enchufar un cargador de celular, por ejemplo. Eso es por el momento", dice Figueroa, quien ya antes había instalado un aparato similar, aunque de una dimensión menor.
"La diferencia es que ésta permite rescatar las boyas del mar, ya sea por mantención o porque viene una tormenta. Los generadores, que transforman la energía mecánica en eléctrica, pueden utilizarse como un motor para levantar las boyas. También le agregamos unas palancas para levantar las boyas manualmente y unas ruedas para retroceder la estructura desde el borde costero", asegura Figueroa.
Jorge Arancibia, director de la Empresa Puerto Valparaíso, valora la tecnología creada por Maestranza Diesel. "Permite que Puerto Valparaíso contribuya con el desarrollo científico y tecnológico del país. Nosotros tenemos un pensamiento de sustentabilidad y me parece que este tipo de generación eléctrica es un símbolo de lo que queremos hacer con los desarrollos portuarios", destaca.
Sebastián Figueroa, jefe de proyectos del área de Innovación y Desarrollo (I+D) de la empresa Maestranza Diesel, dice que el país tiene un recurso energético que, potencialmente, es tan bueno como el sol. "Así de abundante es. Lo que se necesita es desarrollar tecnología para eso", menciona el ingeniero mecánico industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María.
Figueroa y su equipo quisieron aprovechar el tempestuoso oleaje del borde costero de Valparaíso. Para eso crearon una maquina con forma de brazo metálico, que mide quince metros de largo y pesa nueve toneladas. ¿Para qué? Para transformar la energía undimotriz, la que viene de las olas, en energía mecánica. Y eso es solo el principio, pues este prototipo denominado Brazo Al Mar (Bam ll), e inaugurado el jueves pasado en el muelle Barón de Valparaíso, tiene la virtud de convertir la energía mecánica en corriente eléctrica.
La Bam ll transforma la energía undimotriz en energía mecánica a través del movimiento de dos boyas metálicas que pesan 600 kilos cada y flotan sobre el mar. "Tienen una geometría de 1 metro de diámetro, y 1,5 de altura. La relación volumen y peso le da la característica a la boya de poder flotar", explica el ingeniero.
Cada vez que las boyas suben producto del oleaje, descienden por su propio peso. Eso lo logran gracias a que están conectadas al brazo metálico que las sostiene. Al descender, enseña Figueroa, generan una tensión en los cables de acero que están conectados a ambas boyas.
"Esos cables están conectados a un tambor doble que se ubica en la parte del brazo que está en tierra. El tambor tiene un sistema que gira según el movimiento de las boyas. Los cables se enrollan y desenrollan debido a la acción de dos contrapesos metálicos de 50 kilos que permiten que las poleas se enreden y desenreden, como lo que ocurre cuando andas en bicicleta y pedaleas hacia delante y atrás. El tambor es el que convierte la energía de las olas en energía mecánica al momento de girar", describe.
El tambor doble, cuenta, tiene instalado un sistema que permite transformar ese movimiento de ida y vuelta en un giro de un solo sentido."La energía mecánica de esos movimientos se almacena en un volante de inercia, una rueda pesada de metal que se conectada a tres generadores con una potencia de un watt cada uno. Y son los generadores los que finalmente transforman la energía mecánica en eléctrica", destaca.
Para que el tambor doble gire se necesitan 1 50 revoluciones (rotaciones) por minuto. "Es lo necesario para que el tambor entregue un voltaje mayor a los 48 voltios, que es el voltaje de cada batería", relata Figueroa.
Esa energía eléctrica, por cierto, no se desecha. La Bam ll aprovecha la corriente eléctrica para mantener encendidas las ampolletas que iluminan a la estructura por las noches. "Pronto vamos a instalar un tótem con USB. Actualmente tenemos un inversor de corriente a 220 voltios, que es la energía que existe en las casas. Puedes enchufar un cargador de celular, por ejemplo. Eso es por el momento", dice Figueroa, quien ya antes había instalado un aparato similar, aunque de una dimensión menor.
"La diferencia es que ésta permite rescatar las boyas del mar, ya sea por mantención o porque viene una tormenta. Los generadores, que transforman la energía mecánica en eléctrica, pueden utilizarse como un motor para levantar las boyas. También le agregamos unas palancas para levantar las boyas manualmente y unas ruedas para retroceder la estructura desde el borde costero", asegura Figueroa.
Jorge Arancibia, director de la Empresa Puerto Valparaíso, valora la tecnología creada por Maestranza Diesel. "Permite que Puerto Valparaíso contribuya con el desarrollo científico y tecnológico del país. Nosotros tenemos un pensamiento de sustentabilidad y me parece que este tipo de generación eléctrica es un símbolo de lo que queremos hacer con los desarrollos portuarios", destaca.