"Empezar de cero", parece ser el lema de Lía Cabello, mamá y suegra fitness que
inauguró un gimnasio familiar en Peñalolén junto con sus dos hijos Eileen y Brandon
López y en el que también participan las parejas de ambos.
Empezó de cero hace 20 años, con su marido Daniel, cuando era dueña de casa y se metió a un gimnasio para convertirse en instructora. También cuando tuvo la oportunidad de comprar las máquinas de ejercicios y no tenía ni un peso. O cuando se separó y tuvo que dedicarse a vender autos y trabajar en una tabaquería. O cuando murió su marido y nuevamente se hizo cargo de las máquinas y tuvo que buscar un lugar para reinaugurar el gimnasio. O cuando lideró a los suyos, los López, en el programa "Invencibles, la familia más fuerte de Chile", de Chilevisión.
"No le temo a empezar de nuevo", dice ella desde el Gimnasio Club Olímpico Sport Trainer, su reciente emprendimiento, que esta vez cuenta con un espacio para máquinas y otro para que su hija enseñe gimnasia artística a los niños.
"La idea es que esto sea familiar, que mientras las niñas entrenan gimnasia artística, la mamá, el papá u otros familiares entrenen en las máquinas", cuenta Lía.
Ella sabe de lo que habla, porque llevaba a su hija Eileen a las clases de gimnasia artística y luego a los entrenamientos de la Selección, donde la niña compartía con otro cabro chico que mostraba algunas condiciones y se llamaba Tomás González.
Eileen estudió educación física pero siguió ligada a la gimnasia, haciendo clases y formando su propio grupo de niñas. Luego se casó con su colega Cadú, un brasileño con el que también trabajan ahora en el gimnasio de Lía.
Brandon, en cambio, quiso ser futbolista. Incluso estuvo entrenando medio año con la Sub 14 de La Serena en la Cuarta Región y por un pelo no se quedó jugando profesionalmente. También pasó por Magallanes, pero finalmente optó por el culturismo, en el que también fue seleccionado. Y justamente en una competencia en Paraguay, hace dos años, conoció a Francisca Villavicencio, también seleccionada chilena con quien vivió un flechazo instantáneo. "A las dos semanas, estábamos viviendo juntos", dice ella. Además de pololo, se convirtió en entrenador, gracias a lo cual Fran ganó tres campeonatos seguidos de bikini fitness.
"Mi hijo creció debajo del mesón del gimnasio escuchando qué era una dieta, cuáles eran los ejercicios, mientras jugaba con sus monos", dice Lía, que volvió a competir en fisicoculturismo justamente cuando Brandon entró a las competencias.
El 13 de septiembre de 2004, recuerda Lía, de memoria prodigiosa, inauguraron su primer gimnasio, en el paradero 11 de la Gran Avenida, cerca de donde vivían. Allí instalaron las máquinas que compraron con el apoyo de un socio que aportó el capital, porque ellos no tenían ni uno. Estaba en un segundo piso. En el primero, había una carnicería.
Ahí estuvieron cinco años, hasta que se cambiaron a otro más grande que, confiesa ella, les quedó demasiado grande y tuvieron que abandonarlo. Se cambiaron a otro más pequeño. El 2018, murió su marido Daniel López y lo velaron en el mismo gimnasio.
A pesar del shock que les provocó ese inesperado hecho, participaron en 'Invencibles", de Chilevisión, en el que quedaron a medio camino.
El 3 de septiembre del año pasado, inauguraron el local de Los Guindos 6071, Peñalolén. "Y el 4, yo estaba de cumpleaños. Parti abriendo a las 10 de la mañana, pero muchas veces me quedó a dormir acá. Ahora abro a las seis de la mañana", cuenta.
Empezó de cero hace 20 años, con su marido Daniel, cuando era dueña de casa y se metió a un gimnasio para convertirse en instructora. También cuando tuvo la oportunidad de comprar las máquinas de ejercicios y no tenía ni un peso. O cuando se separó y tuvo que dedicarse a vender autos y trabajar en una tabaquería. O cuando murió su marido y nuevamente se hizo cargo de las máquinas y tuvo que buscar un lugar para reinaugurar el gimnasio. O cuando lideró a los suyos, los López, en el programa "Invencibles, la familia más fuerte de Chile", de Chilevisión.
"No le temo a empezar de nuevo", dice ella desde el Gimnasio Club Olímpico Sport Trainer, su reciente emprendimiento, que esta vez cuenta con un espacio para máquinas y otro para que su hija enseñe gimnasia artística a los niños.
"La idea es que esto sea familiar, que mientras las niñas entrenan gimnasia artística, la mamá, el papá u otros familiares entrenen en las máquinas", cuenta Lía.
Ella sabe de lo que habla, porque llevaba a su hija Eileen a las clases de gimnasia artística y luego a los entrenamientos de la Selección, donde la niña compartía con otro cabro chico que mostraba algunas condiciones y se llamaba Tomás González.
Eileen estudió educación física pero siguió ligada a la gimnasia, haciendo clases y formando su propio grupo de niñas. Luego se casó con su colega Cadú, un brasileño con el que también trabajan ahora en el gimnasio de Lía.
Brandon, en cambio, quiso ser futbolista. Incluso estuvo entrenando medio año con la Sub 14 de La Serena en la Cuarta Región y por un pelo no se quedó jugando profesionalmente. También pasó por Magallanes, pero finalmente optó por el culturismo, en el que también fue seleccionado. Y justamente en una competencia en Paraguay, hace dos años, conoció a Francisca Villavicencio, también seleccionada chilena con quien vivió un flechazo instantáneo. "A las dos semanas, estábamos viviendo juntos", dice ella. Además de pololo, se convirtió en entrenador, gracias a lo cual Fran ganó tres campeonatos seguidos de bikini fitness.
"Mi hijo creció debajo del mesón del gimnasio escuchando qué era una dieta, cuáles eran los ejercicios, mientras jugaba con sus monos", dice Lía, que volvió a competir en fisicoculturismo justamente cuando Brandon entró a las competencias.
El 13 de septiembre de 2004, recuerda Lía, de memoria prodigiosa, inauguraron su primer gimnasio, en el paradero 11 de la Gran Avenida, cerca de donde vivían. Allí instalaron las máquinas que compraron con el apoyo de un socio que aportó el capital, porque ellos no tenían ni uno. Estaba en un segundo piso. En el primero, había una carnicería.
Ahí estuvieron cinco años, hasta que se cambiaron a otro más grande que, confiesa ella, les quedó demasiado grande y tuvieron que abandonarlo. Se cambiaron a otro más pequeño. El 2018, murió su marido Daniel López y lo velaron en el mismo gimnasio.
A pesar del shock que les provocó ese inesperado hecho, participaron en 'Invencibles", de Chilevisión, en el que quedaron a medio camino.
El 3 de septiembre del año pasado, inauguraron el local de Los Guindos 6071, Peñalolén. "Y el 4, yo estaba de cumpleaños. Parti abriendo a las 10 de la mañana, pero muchas veces me quedó a dormir acá. Ahora abro a las seis de la mañana", cuenta.