La foto que acompaña esta nota la tomó el arquitecto Sebastián Gray y la publicó en
su cuenta de Twitter (@sebastian_gray). En ella se aprecia que muchos de sus
vecinos del edificio donde vive, como precaución ante un eventual contagio de covid-
19, se sacan los zapatos antes de entrar a la casa y los dejan fuera. ¿Sirve
efectivamente esta medida?
Contesta Pablo Vial, infectólogo de la Clínica Alemana: "El suelo que uno pisa y los zapatos no son una forma de transmisión ni de contaminación de los lugares. No tenemos que sicopatearnos con todo tipo de medidas que no tienen ninguna importancia, porque si no, uno se va agregando tareas y temores. Al final todo termina produciendo pánico. Por eso digo que hay que focalizarse en lo más importante: lavarse siempre las manos y mantener distancia social".
El especialista agrega: "Si alguien quiere sacarse los zapatos, nadie puede estar en contra, pero eso es por otras razones, no la prevención de la infección."
-¿Entones no puede pasar que uno salga a la calle, pise el virus y lo lleve con los zapatos a la casa?
-Eso no pasa. El virus no está en el suelo. Mira, cuando chico me enseñaban que dios está aquí y en todos los lugares. Esto parece lo mismo: el virus está aquí y en todos los lugares, pero eso no es así. Y por eso focalizarse en detalles de ese tipo de cosas, que no tienen ninguna trascendencia en la infección, sólo contribuyen al pánico y a que la gente ande temerosa.
-Entonces nos olvidamos de los zapatos.
-Es que el virus no está en todas partes. Lo que está establecido desde el punto de vista epidemiológico son las superficies que están cerca, como una mesa, que puede estar ocupada por varias personas, o las manillas, por ejemplo, que son manipuladas por mucha gente y que se tocan directamente con las manos. Y son las manos en definitiva las que pueden llevar el virus a las superficies y luego uno se pasa las manos por la nariz y la boca. Por eso es mejor estar focalizados en no estar cerca de la gente y en lavarse las manos.
El doctor aclara que para verse afectado por un contagio a través de lo que pisamos con nuestros zapatos, "hay que tener muy mala suerte" y "se tienen que cumplir muchas condiciones."
"Lo único que tendría que pasar es que una persona ande infectada dando vueltas por la calle, tire un escupo al suelo, uno pase por ahí mismo muy luego con los zapatos y de ahí muy luego también uno entre a la casa. Y que después alguien toque las suelas con las manos o con la nariz", describe.
Contesta Pablo Vial, infectólogo de la Clínica Alemana: "El suelo que uno pisa y los zapatos no son una forma de transmisión ni de contaminación de los lugares. No tenemos que sicopatearnos con todo tipo de medidas que no tienen ninguna importancia, porque si no, uno se va agregando tareas y temores. Al final todo termina produciendo pánico. Por eso digo que hay que focalizarse en lo más importante: lavarse siempre las manos y mantener distancia social".
El especialista agrega: "Si alguien quiere sacarse los zapatos, nadie puede estar en contra, pero eso es por otras razones, no la prevención de la infección."
-¿Entones no puede pasar que uno salga a la calle, pise el virus y lo lleve con los zapatos a la casa?
-Eso no pasa. El virus no está en el suelo. Mira, cuando chico me enseñaban que dios está aquí y en todos los lugares. Esto parece lo mismo: el virus está aquí y en todos los lugares, pero eso no es así. Y por eso focalizarse en detalles de ese tipo de cosas, que no tienen ninguna trascendencia en la infección, sólo contribuyen al pánico y a que la gente ande temerosa.
-Entonces nos olvidamos de los zapatos.
-Es que el virus no está en todas partes. Lo que está establecido desde el punto de vista epidemiológico son las superficies que están cerca, como una mesa, que puede estar ocupada por varias personas, o las manillas, por ejemplo, que son manipuladas por mucha gente y que se tocan directamente con las manos. Y son las manos en definitiva las que pueden llevar el virus a las superficies y luego uno se pasa las manos por la nariz y la boca. Por eso es mejor estar focalizados en no estar cerca de la gente y en lavarse las manos.
El doctor aclara que para verse afectado por un contagio a través de lo que pisamos con nuestros zapatos, "hay que tener muy mala suerte" y "se tienen que cumplir muchas condiciones."
"Lo único que tendría que pasar es que una persona ande infectada dando vueltas por la calle, tire un escupo al suelo, uno pase por ahí mismo muy luego con los zapatos y de ahí muy luego también uno entre a la casa. Y que después alguien toque las suelas con las manos o con la nariz", describe.