El diputado DC Gabriel Silber cerró un capítulo doloroso. La Fiscalía Metropolitana
Oriente, por orden de la fiscal de Alta Complejidad, Constanza Encina, informó a la
jueza Andrea Osorio, el 40 Juzgado de Garantía de Santiago, que el Ministerio Público
no iba a perseverar en el caso que afectó al parlamentario, por una carta anónima
enviada a 155 diputados el 9 de marzo de 2019 y que derrumbó la postulación de
Silber a la presidencia de la Cámara.
La audiencia fue en extremo breve, pero el caso duró casi un año cuando circuló el texto anónimo que acusaba al parlamentario de violencia intrafamiliar contra su ex esposa, Cristina Orellana.
La brigada del Cibercrimen reveló cuatro meses después que el responsable del anónimo era Jaime Varas, pareja de María José Rojas, asesora del diputado independiente René Alinco, quien manifestó desconocer todo este asunto.
"En relación al señalado correo electrónico, le doy mi palabra que no tuve la intención de causar la repercusión que tuvo, menos afectar su honra, la de su familia ni del partido político al cual usted pertenece.
"La información escrita por mí, de manera autónoma e independiente, en el correo electrónico en cuestión, es completamente infundada e irresponsable, sin contar con ninguna fuente ni fundamento de ningún tipo. Por el contrario, el correo lo redacté estúpidamente sin pensar en los efectos que podría ocasionar y de ello me arrepiento profundamente.
"Han sido días difíciles para mí, aunque seguramente no tanto como para usted. Sin embargo, le comento que para mi familia también han sido días complejos, hemos debido tolerar la difusión, las diversas interpretaciones y cuestionamientos de medios de comunicación hacia mi pareja, persona tan respetable y abogada como usted, hacia mi padre detenido desaparecido en dictadura, hermanos y ex compañeros del Partido Socialista en la Región de Atacama.
"Mi pareja, quien también se vio injustamente expuesta a causa de mi error, ha pasado por periodos de salud complicados, que hasta hoy no se superan, particularmente por los trascendidos en los diversos medios de prensa, y malos comentarios en distintos círculos de amistad y familiares, con costos hasta el día de hoy incalculables, pérdida de amistades, de compañeros y compañeras socialistas.
"Los costos de mi equivocación, los efectos tanto para usted, como para su entorno familiar y mi propia familia, hasta el día de hoy los continúo asumiendo con responsabilidad y con la más profunda reflexión, situación que ha sido más difícil de sobrellevar aún, debido a la exposición de mi vida personal un sinnúmero de veces por la prensa, desde distintos ángulos, hasta la actualidad.
"Quiero aprovechar esta oportunidad para señalarle que jamás manifesté en ningún medio de comunicación que usted me caía mal, de hecho, quiero confirmarle que no he emitido comentario alguno por ningún medio de prensa. Por el contrario, sólo conozco su labor política como parlamentario a grandes rasgos.
"No ha pasado un día en que no tenga arrepentimiento sobre mi error hacia usted. Esa fue la razón, por la cual decidí ir a entregar voluntariamente mi declaración a la Policía de Investigaciones de Chile. No soy un delincuente, jamás había cometido una falta ni nada parecido en mi vida, soy un profesional dedicado a temas ambientales, los que espero poder retomar después de superar esta lamentable situación.
Han sido días larguísimos, muy complejos, llenos de arrepentimiento, angustia y pena. Por lo anterior, es que le entrego mis más sinceras disculpas públicas, donde asumo mi error, jamás quise hacerle daño a su honra, ni en ningún ámbito. He reflexionado sobre mi equivocación y estoy profundamente arrepentido. Espero me pueda comprender y perdonar".
La audiencia fue en extremo breve, pero el caso duró casi un año cuando circuló el texto anónimo que acusaba al parlamentario de violencia intrafamiliar contra su ex esposa, Cristina Orellana.
La brigada del Cibercrimen reveló cuatro meses después que el responsable del anónimo era Jaime Varas, pareja de María José Rojas, asesora del diputado independiente René Alinco, quien manifestó desconocer todo este asunto.
Disculpas públicas
Jaime Varas envió a Silber una carta de disculpas."En relación al señalado correo electrónico, le doy mi palabra que no tuve la intención de causar la repercusión que tuvo, menos afectar su honra, la de su familia ni del partido político al cual usted pertenece.
"La información escrita por mí, de manera autónoma e independiente, en el correo electrónico en cuestión, es completamente infundada e irresponsable, sin contar con ninguna fuente ni fundamento de ningún tipo. Por el contrario, el correo lo redacté estúpidamente sin pensar en los efectos que podría ocasionar y de ello me arrepiento profundamente.
"Han sido días difíciles para mí, aunque seguramente no tanto como para usted. Sin embargo, le comento que para mi familia también han sido días complejos, hemos debido tolerar la difusión, las diversas interpretaciones y cuestionamientos de medios de comunicación hacia mi pareja, persona tan respetable y abogada como usted, hacia mi padre detenido desaparecido en dictadura, hermanos y ex compañeros del Partido Socialista en la Región de Atacama.
"Mi pareja, quien también se vio injustamente expuesta a causa de mi error, ha pasado por periodos de salud complicados, que hasta hoy no se superan, particularmente por los trascendidos en los diversos medios de prensa, y malos comentarios en distintos círculos de amistad y familiares, con costos hasta el día de hoy incalculables, pérdida de amistades, de compañeros y compañeras socialistas.
"Los costos de mi equivocación, los efectos tanto para usted, como para su entorno familiar y mi propia familia, hasta el día de hoy los continúo asumiendo con responsabilidad y con la más profunda reflexión, situación que ha sido más difícil de sobrellevar aún, debido a la exposición de mi vida personal un sinnúmero de veces por la prensa, desde distintos ángulos, hasta la actualidad.
"Quiero aprovechar esta oportunidad para señalarle que jamás manifesté en ningún medio de comunicación que usted me caía mal, de hecho, quiero confirmarle que no he emitido comentario alguno por ningún medio de prensa. Por el contrario, sólo conozco su labor política como parlamentario a grandes rasgos.
"No ha pasado un día en que no tenga arrepentimiento sobre mi error hacia usted. Esa fue la razón, por la cual decidí ir a entregar voluntariamente mi declaración a la Policía de Investigaciones de Chile. No soy un delincuente, jamás había cometido una falta ni nada parecido en mi vida, soy un profesional dedicado a temas ambientales, los que espero poder retomar después de superar esta lamentable situación.
Han sido días larguísimos, muy complejos, llenos de arrepentimiento, angustia y pena. Por lo anterior, es que le entrego mis más sinceras disculpas públicas, donde asumo mi error, jamás quise hacerle daño a su honra, ni en ningún ámbito. He reflexionado sobre mi equivocación y estoy profundamente arrepentido. Espero me pueda comprender y perdonar".