La escena que vivió no paralizó a la ex panelista del "Buenos días a todos", quien comenzó a ordenar: "Revisé una bolsa con almendras laminadas y tenía como un polvillo. Ese día limpiamos con cloro, eché insecticida y volví a guardar las cosas. A los cuatro días, este miércoles, abrí otra vez y estaba lleno de polillas de nuevo".
-¿Qué hizo esa segunda vez?
-Limpiamos nuevamente y tuvimos que botar varias cosas. Hablé con mi fumigador y me dijo que se trataba de una plaga de polillas que entran en la comida que, normalmente, se ven mucho en verano, pero que con el calor se había extendido hasta ahora (marzo). Y me aconsejó meter todo en frascos de vidrio, bien sellados.
Cristian Villagra, doctor en ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva y docente del Instituto de Entomología de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, explica que estas polillas que encontró Tondreau "son un grupo de lepidópteros (polillas) que son pequeñas, de colores pocos vistosos, generalmente nocturnas. Hay unas que son bien nefastas que se ven mucho en las casas y que son del género Plodia, son polillas que parasitan la comida y se consideran polillas plaga. Originarias de Europa, son buenas para comer alimentos almacenados como cebada, cereales, maíz".
-¿Por qué se meten en la comida? ¿Qué hacen ahí?
-En los alimentos almacenados ellas ponen sus larvas y esas larvas se alimentan de esos alimentos o depositan en donde pueden. Incluso generan una seda blancuzca que es la zona donde se desarrollan las larvas.
-Maca contó que había limpiado y que a los días otra vez habían polillas, ¿cuánto viven?
-En general insectos de estas características son muy prolíficos, los ciclos de vida a veces son semanas para vivir pocos días. También tiene que ver con la estacionalidad marcada de nuestro país. Eso hace que llegue un momento, cuando empieza bajar la temperatura, que se detiene la propagación de ciertos insectos molestos.
Luis Parra, doctor en biología de la Universidad de Oviedo y académico de la Universidad de Concepción, agrega que "estas polillas ponen sus larvas en envases ya abiertos y desde ahí van contaminando otros productos. Lo que recomiendo es hacer una buena limpieza y desechar productos que puedan estar contaminados. Y después es importante almacenar los alimentos, como cereales, harina, frutos secos, arroz en recipientes bien sellados, ojalá de vidrio".
-¿Y qué pasaría si uno, de puro volada, se comiera estos huevos porque son chiquitos?
-No pasa nada, no transmiten enfermedades y, si el alimento está bien cocinado, no debería pasar nada. Además dicen que son buena fuente de proteína, jajajá. Por ahora Tondreau tiene pensado fumigar la casa. El encargado de hacerlo, Gustavo Castro, suma al tema que "ha estado fuerte el tema de estas polillas, el grano recibe más calor con las altas temperaturas que se han extendido en lo que va del año y las larvas se reproducen más rápido. Al fumigar, eliminas la larvas por seis meses, después es recomendado hacerlo dos veces al año".
¿El precio? Castro dice que cobra "por una casa de 120 metros cuadrados, $80.000. El proceso, al fumigar, hay que cerrar la casa por unas horas, luego ventilar por otras horas y después pasar un pañito por las superficies. A las 24 horas ya se puede hacer aseo".