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Las pegas donde casi no trabajan mujeres
En los últimos 20 años la participación laboral femenina ha crecido sostenidamente en Chile. Según un estudio del Observatorio Laboral del Sence, en 1998 sólo 39% de las mujeres adultas tenía trabajos remunerados (versus 75% de los hombres); en 2017, había subido al 49%. Aún así, estamos lejos de los índices promedio de la OCDE (61 %).

¿Cuáles son los rubros más desiguales? La construcción, la industria manufacturera y la minería, donde hay oficios donde derechamente las mujeres casi no se asoman (ver tabla). Técnicament, se les llama trabajos masculinizados .

"Estamos intentando corregir esta brecha a través de capacitaciones y cuotas de género en las salas de clases. Son pequeños incentivos que eliminan esos sesgos culturales que se reflejan en el trabajo", dice Juan Manuel Santa Cruz, director nacional del Sence.


¿Algunos de estos incentivos? Capacitaciones para que conducir camiones mineros o bonos que entregan un trabajadoras entre 25 y 59 años que pertenezcan al 40% población, según el Registro Social de Hogares.
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Mujeres pioneras

mujeres aprendan aporte monetario más vulnerable de a a la Alejandra Bustos (28) lleva 10 años en el rubro de la construcción y dice amar lo que hace. Entró a este mundo a los 18 años; aprendió de sus compañeros maestros y hoy es rematadora; es decir, hace instalaciones de papel mural, cerámicas y piso flotante, entre otros. "Lo más lindo de la construcción es la satisfacción de trabajar y ver la transformación de los lugares", destaca.

Para sentirse menos sola en un área tan masculinizada, Alejandra armó hace un año su pyme Fem Remodelaciones, donde un grupo de mujeres maestras entregan servicios particulares.

Según el informe del Sence, uno de los oficios con mayor potencial futuro -y con más predominio masculino- es el de la electricidad. Pía Ramírez (30) es la excepción a la regla: lleva 2 años trabajando en la mantención vehículos pesados; comenzó con los buses del Transantiago y ahora se pasó a los camiones de transporte de valores.

El 2018 cursó una capacitación de Electricidad y Electrónica Automotriz en la Fundación Cristo Vive y era la única mujer. Hoy la pega le llueve, dice, y asegura que es de lo más entretenida. "No me costó encontrar trabajo, hice mi práctica y no me fui de los buses. Jamás he estado cesante y me ha ido excelente", afirma la electricista.

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