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Rocío Ravest
Rocío Ravest habla de su hija María Fernanda, de 16 años, y dice que no sabe cómo, de un momento a otro, "dejó de ser mi guagua y ahora es toda una Iola que ya está pensando qué va a estudiar. Mi marido quiere que sea piloto de avión pero no sé, ella verá, todavía le falta para tomar esa decisión. La apoyaremos en lo que quiera".

Rocío piensa que hoy las mujeres han ganado espacios que antes no tenían. Ella sabe bien que hace algunas décadas, en Chile era hasta una provocación que una mujer fuera periodista deportiva -específicamente de fútbol- y más encima en televisión, como ella lo fue en los 90.

"Yo siempre fui futbolera. No de jugar porque eso nunca fue lo mío y además en mi época de colegio era impensable que las niñas jugáramos fútbol. Pero iba al estadio semanalmente con mi hermano Miguel, el mayor. Ahora puedo decirlo: colocolina total y fanática del Coca Mendoza, jajajá".

-¿Cómo llegó a la tele y a ser periodista futbolera?
-No estaba en mis planes, la verdad. Pese a que en la Uniacc, donde estudiaba, era un bicho raro porque me gustaba el fútbol, no tenía como objetivo trabajar en el fútbol. Se fue dando. Yo llegué a hacer la práctica a T VN gracias a mi profesor Guillermo Muñoz. Él era en ese tiempo editor periodístico del "De Pe a Pá", que conducía Pedro Carcuro, y yo, junto a otros periodistas en práctica, hacíamos las notas, que eran de temas muy variados. Poco a poco me fueron dando temas de fútbol. Seguí en eso y un día me ofrecieron irme al Área Deportiva.

-Llegó a un club de Tobi...
-Claro y por supuesto que eso lo hacían sentir. Empecé en un programa que se llamaba "El gran deporte del sábado", donde reporteábamos todos los deportes que no fueran fútbol. También estaban ahí Fernando Solabarrieta, Darío Cuesta y Alejando Machuca. Después nos fuimos al "Zoom deportivo" y claro, yo hacía la nota de resumen de todos los deportes del fin de semana que duraba un minuto y medio y que salía como a las dos de la mañana, jajajá.

-¿Se sentía discriminada?
-Sabía que debía ganarme un espacio y eso está bien. Pero lo que no me gustaba era que hacía bien la pega, pero sólo a los hombres les daban temas importantes. Me pasaron a reportear fútbol, pero no a los tres grandes. Lo hice bien y un día pregunté por qué no podía hacer yo a Colo Colo o a las universidades y un tipo me dijo: Porque tú eres mujer y ni siquiera has jugado . Me acuerdo que le respondí: ¿Acaso tú eres muy bueno jugando a la pelota? Se quedó calladito.

-¿De dónde sacó esa postura? ¿La adquirió con la experiencia que le tocó vivir?
-Mi papá siempre fue muy claro. Me decía: Hija, a ti siempre te exigiré más, porque el mundo laboral está hecho para los hombres . Y que tenía que ser fuerte. De él aprendí.

-¿Cómo era el trato de los futbolistas? ¿La cuestionaban por ser mujer? ¿Se hacían los lindos?
- No, con ellos nunca tuve problemas. Al contrario, tipos como Marcelo Salas o Iván Zamorano, que eran las grandes figuras de ese momento, siempre fueron amables conmigo. En realidad, los futbolistas nunca me cuestionaron, los que sí lo hicieron fueron mis colegas.

-Sergio Livingstone y Pedro Carcuro eran conductores del "Zoom". ¿Les incomodaba tener una mujer ahí?
-Al Sapito lo adoré siempre, fue siempre muy atento conmigo. Un siete. Lo mismo el director, Reynaldo Sepúlveda. Lo veo hoy y lo abrazo.

-Ya, ¿y el resto del equipo?
- Cuando entré al "Zoom", todos me ayudaron. Pero cuando fui escalando, noté que varios ya no me ayudaron más.

-¿Quiénes?
- Productores y algunos colegas...

-¿Quiénes?
-Jajajá, ya no vale la pena dar nombres, pero uno de los que cambió harto conmigo fue Darío Cuesta. Al principio me ayudaba, era muy atento, pero de repente, no me ayudó más. Otros hicieron lo mismo.

-¿Cree que la veían como una competencia desleal por ser mujer y guapa?
-La verdad es que la tele está llena de egos. Y se crean estigmas. Uno de los más corrientes es el de que la mujer bonita es tonta. Me costó romper ese triángulo, pero tuve que hacerlo.

-También hay rumores, algunos malintencionados...
-Claro. Ésta llegó acá porque se acostó con este otro .

-¿A usted le pasó?
-Sí, claro.

-¿Sufrió algún tipo de acoso o tuvo propuestas para "llegar lejos en la pega"?
-No, y lo digo de verdad porque recién ahora una ya se siente liberada para decirlo. Nunca me acosaron ni recibí ese tipo de propuestas, pero sé de compañeras que sí. Y no por rumores. Ellas mismas me lo contaron pero, claro, no voy a revelar sus nombres porque es algo de cada una de ellas.

-¿Por qué se fue del periodismo deportivo?
-Me fui de T VN cuando dejó de transmitir partidos. La empresa PSN se hizo de los derechos de las eliminatorias y comenzó a transmitirse el torneo por la TV pagada y eso redujo la pega. Además, me casé por primera vez y tuve a la María Fernanda y no quería trabajar con ella tan chiquitita. Al año de tenerla me llamaron de Showbiz, un canal de TV cable para hacer un programa de rugby. No cachaba nada pero gracias a un ex rugbista, Bruno Gatica, que estaba conmigo en el programa y que tenía una pizarrita tipo Bonvallet para que entendiera, comencé a encantarme. Luego me llamaron de La Red. Ahí hice tres programas al mismo tiempo: uno de noticias deportivas con Manuel de Tezanos y Rodrigo Norambuena; un compacto deportivo con Felipe Vidal y fui panelista del "Así somos". Pasaba todo el día en el canal y estaba perdiendo la relación con mi hija.

-Pero no se fue de la tele. Se fue a la naciente farándula...
-Sí pues, cambié de giro. Pese a que no quería trabajar en farándula, acepté irme ahí. Y me fui al programa "Intrusos". Y estar en ese frente finalmente hizo que dejara la televisión, aparentemente para siempre.

-¿No volvería a la TV?
-No volvería a hacer cualquier cosa, como lo que me tocó en el "Zoom". El fútbol ya no es lo que era cuando yo trabajaba ahí. Se perdió el romanticismo. No me seduce trabajar en ese frente como en esos años.

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