"Ahora estoy durmiendo mejor", bromea Rodrigo Goldberg instalado en su oficina,
ubicada en el segundo piso del Centro Deportivo Azul. Una llamativa camiseta de la
U, de marca Haddad, enmarcada, es uno de los objetos que decoran el lugar donde el
Polaco se instaló en abril del 2019 para asumir un cargo en la gerencia deportiva
junto a Sergio Vargas. "Estái más loco que esa fue mi primera camiseta. Ya voy a
traer la mía", dice el ex futbolista, quien después de una década ligado a los medios
de comunicación, recibió el llamado de la U.
"La Kika, mi mujer, me dijo que hay tres cosas a las que nos les puedes decir que no: al país, a la Teletón y a la U", cuenta el Polaco.
-Cuando se tituló de ingeniero, usted dijo que no se veía encerrado en una oficina hasta las seis de la tarde. ¿Qué pasó, Polaco?
-Cuando te llaman de la U y te dicen que te necesitan, no puedes decir que no. En esta oficina soy feliz y la amononé con camisetas de la U, chanchitos. Cuando llego al CDA y veo en la entrada del edificio el chuncho gigante, siento que esto no es pega.
-¿Aún se viene en Metro al trabajo?
-Siempre. Para el estallido social, algunos días la Kika me venía a buscar, pero sigo viajando en Metro. Después me tomo una micro. La gente me saluda piola. Nunca he tenido problemas. Me gusta venirme en Metro, porque puedo relajarme. Me carga manejar, entonces aprovecho de leer o de escuchar música. Debo haberme leído ocho o nueve libros, básicamente novelas. Ahora estoy leyendo "La catedral del mar", ambientada en la época medieval en Barcelona. Leer me relaja y llego motivado a la pega.
-¿Es muy complicado criar nuevamente a los 50 años?
-Tengo 48 años, no más. Ha sido muy entretenido y desafiante, porque llegaron dos niñas y justo mi hijo Cristóbal se fue a Estados Unidos. Hay otro que está en la universidad y una que ni siquiera entra ni al jardín. Me lo he tomado con otro sentido, lo disfruto más. Cuando los niños estaban chicos vivía más estresado. Ahora soy un agradecido de que los tres mayores son muy cercanos a sus hermanas. Una vez les dijeron que eran medias hermanas y uno saltó y casi le pegó la persona que dijo eso.
-¿Su hija Amanda fue la que tuvo problemas de salud, no?
-Sí, sufrió apnea pero está súper bien. La Amanda ya tiene cuatro años y después viene Aurelia, que tiene dos. Los hombres son Matías (1 6), Vicente (17) y Cristóbal (20). Siempre preparé mamaderas, cambié pañales y lo hago feliz. Hasta antes de asumir a la U, les daba la papa y aprovechaba de levantarlas. Los momentos más lindos son cuando me acuesto con ellos a jugar.
-Cuando le pidió matrimonio a su esposa, sus hijos participaron en la producción, -Fue muy bonito, una petición grupal y la Kika dijo que sí. La conocí en la radio Bío Bío. Rodrigo Astorga hizo de Cupido. La Kika se lleva todo el peso, no sólamente en la casa con las niñas o cuando llegan los grandes. También hay una buena relación con la mamá de los niños. Tenemos un apoyo que nos permite que los niños estén bien. Los cinco tienen sus gracias y necesidades. Y la Kika nunca ha hecho una diferencia con ninguno.
-¿Lo aconseja también en cuestiones de pega?
-Claro, cuando tenía dudas y no dormía, porque estaba urgido y ansioso, ella me decía que tuviera confianza. Ese apoyo es fundamental. Si no fuera por la Kika, andaría caminando por las paredes.
-¿Cómo fue eso de que su hijo se fue a vivir a Estados Unidos.
-Cristóbal está estudiando en Kansas, becado por una universidad. Vino a pasar la Navidad y se fue en enero. Yo sé que echa de menos. Lo llamo una vez a la semana por Facetime y cuando hay comidas familiares también. Yo sé que le da pena y a mí también... Me emociono cuando hablo de él.
-¿Él quiso irse?
-Sí. Estuvo hasta los cuatro años en Israel, aunque no se acuerda. Yo fui el primero en decirle que se fuera. Para todos fue difícil. A mí me sorprendió cuando se despidió de sus hermanos. Siempre andaban peleando, pero cuando se fue Cristóbal todos estaban abrazados llorando. Nunca había visto una imagen de los tres llorando. Está en la Liga de su universidad y ahí hay que esperar un año más para ver si puede cambiarse o irse a otra universidad. La idea que se quede los cuatro años. Ahora está en bachillerato en Ciencias de Administración.
-¿Es cierto que vuelve a la tele a un programa de cocina?
-No, sólamente fui a un capítulo de "Cocina fusión" de Karen Doggenweiler. En ese programa hago dupla con la Titi García-Huidobro. No seré panelista, sino que invitado en un capítulo. Ni me acuerdo lo que cocinamos, creo que puré de algo.
-¿Pensé que la rompería como en la Teletón?
-Jajajá. Tenía la esperanza de que la Kika me mandara a la punta del cerro y me dijera que no fuera. Pero ahí me dijo que a la Teletón no se le dice que no. Me puse a bajar la panza. Fue una buena experiencia, pero me agarraron para el leseo.
-¿Por qué cerró todas sus cuentas en redes sociales?
-Lo hice porque recibí amenazas por Instagram. No fue más que eso, pero me decían que sabían a qué hora tomaba el Metro y a qué hora volvía a la casa. No pasó nada, pero opté por salirme de todas las redes sociales.
-¿Después de su salida de los medios, se peleó con algún periodista o comentarista?
-Por mi experiencia sé cuáles son las líneas editoriales. Sé cómo es esto. Algunos son incisivos porque se los piden. Y la U vende y vendía el año pasado. No he cortado a nadie todavía. Ahora la tormenta está en Macul y la nube se fue para allá y después seguramente se irá a otros lados. Sé que esto vende cuando hay periodos malos. Hubo algunos, eso sí, que se ensañaron con la U.
"La Kika, mi mujer, me dijo que hay tres cosas a las que nos les puedes decir que no: al país, a la Teletón y a la U", cuenta el Polaco.
-Cuando se tituló de ingeniero, usted dijo que no se veía encerrado en una oficina hasta las seis de la tarde. ¿Qué pasó, Polaco?
-Cuando te llaman de la U y te dicen que te necesitan, no puedes decir que no. En esta oficina soy feliz y la amononé con camisetas de la U, chanchitos. Cuando llego al CDA y veo en la entrada del edificio el chuncho gigante, siento que esto no es pega.
-¿Aún se viene en Metro al trabajo?
-Siempre. Para el estallido social, algunos días la Kika me venía a buscar, pero sigo viajando en Metro. Después me tomo una micro. La gente me saluda piola. Nunca he tenido problemas. Me gusta venirme en Metro, porque puedo relajarme. Me carga manejar, entonces aprovecho de leer o de escuchar música. Debo haberme leído ocho o nueve libros, básicamente novelas. Ahora estoy leyendo "La catedral del mar", ambientada en la época medieval en Barcelona. Leer me relaja y llego motivado a la pega.
-¿Es muy complicado criar nuevamente a los 50 años?
-Tengo 48 años, no más. Ha sido muy entretenido y desafiante, porque llegaron dos niñas y justo mi hijo Cristóbal se fue a Estados Unidos. Hay otro que está en la universidad y una que ni siquiera entra ni al jardín. Me lo he tomado con otro sentido, lo disfruto más. Cuando los niños estaban chicos vivía más estresado. Ahora soy un agradecido de que los tres mayores son muy cercanos a sus hermanas. Una vez les dijeron que eran medias hermanas y uno saltó y casi le pegó la persona que dijo eso.
-¿Su hija Amanda fue la que tuvo problemas de salud, no?
-Sí, sufrió apnea pero está súper bien. La Amanda ya tiene cuatro años y después viene Aurelia, que tiene dos. Los hombres son Matías (1 6), Vicente (17) y Cristóbal (20). Siempre preparé mamaderas, cambié pañales y lo hago feliz. Hasta antes de asumir a la U, les daba la papa y aprovechaba de levantarlas. Los momentos más lindos son cuando me acuesto con ellos a jugar.
-Cuando le pidió matrimonio a su esposa, sus hijos participaron en la producción, -Fue muy bonito, una petición grupal y la Kika dijo que sí. La conocí en la radio Bío Bío. Rodrigo Astorga hizo de Cupido. La Kika se lleva todo el peso, no sólamente en la casa con las niñas o cuando llegan los grandes. También hay una buena relación con la mamá de los niños. Tenemos un apoyo que nos permite que los niños estén bien. Los cinco tienen sus gracias y necesidades. Y la Kika nunca ha hecho una diferencia con ninguno.
-¿Lo aconseja también en cuestiones de pega?
-Claro, cuando tenía dudas y no dormía, porque estaba urgido y ansioso, ella me decía que tuviera confianza. Ese apoyo es fundamental. Si no fuera por la Kika, andaría caminando por las paredes.
-¿Cómo fue eso de que su hijo se fue a vivir a Estados Unidos.
-Cristóbal está estudiando en Kansas, becado por una universidad. Vino a pasar la Navidad y se fue en enero. Yo sé que echa de menos. Lo llamo una vez a la semana por Facetime y cuando hay comidas familiares también. Yo sé que le da pena y a mí también... Me emociono cuando hablo de él.
-¿Él quiso irse?
-Sí. Estuvo hasta los cuatro años en Israel, aunque no se acuerda. Yo fui el primero en decirle que se fuera. Para todos fue difícil. A mí me sorprendió cuando se despidió de sus hermanos. Siempre andaban peleando, pero cuando se fue Cristóbal todos estaban abrazados llorando. Nunca había visto una imagen de los tres llorando. Está en la Liga de su universidad y ahí hay que esperar un año más para ver si puede cambiarse o irse a otra universidad. La idea que se quede los cuatro años. Ahora está en bachillerato en Ciencias de Administración.
-¿Es cierto que vuelve a la tele a un programa de cocina?
-No, sólamente fui a un capítulo de "Cocina fusión" de Karen Doggenweiler. En ese programa hago dupla con la Titi García-Huidobro. No seré panelista, sino que invitado en un capítulo. Ni me acuerdo lo que cocinamos, creo que puré de algo.
-¿Pensé que la rompería como en la Teletón?
-Jajajá. Tenía la esperanza de que la Kika me mandara a la punta del cerro y me dijera que no fuera. Pero ahí me dijo que a la Teletón no se le dice que no. Me puse a bajar la panza. Fue una buena experiencia, pero me agarraron para el leseo.
-¿Por qué cerró todas sus cuentas en redes sociales?
-Lo hice porque recibí amenazas por Instagram. No fue más que eso, pero me decían que sabían a qué hora tomaba el Metro y a qué hora volvía a la casa. No pasó nada, pero opté por salirme de todas las redes sociales.
-¿Después de su salida de los medios, se peleó con algún periodista o comentarista?
-Por mi experiencia sé cuáles son las líneas editoriales. Sé cómo es esto. Algunos son incisivos porque se los piden. Y la U vende y vendía el año pasado. No he cortado a nadie todavía. Ahora la tormenta está en Macul y la nube se fue para allá y después seguramente se irá a otros lados. Sé que esto vende cuando hay periodos malos. Hubo algunos, eso sí, que se ensañaron con la U.