Cuando presentó su idea, se sacó un 1,9 en primera instancia; insistió hasta que llegó al 7 y hoy es su trabajo: viaja por el mundo escribiendo historias, compra ropa afuera y la vende online en su sitio y su showroom (Alonso de Córdova 5870, oficina 205, Las Condes).
"Lo mío no era estudiar", confiesa. "Lo pasaba pésimo y encontraba una tortura la PSU; demasiadas preguntas y no podía ni terminar los facsímiles. Para ser honesta, cuando la di muchas preguntas las tiré a la chuña y otras ni las contesté. Saqué como 550, algo así. En castellano, por ejemplo, eran como 20 textos gigantes y había que responder 3 preguntas, lo encontraba horrible".
-Pero de todas formas estudió Diseño Gráfico.
-No tenía claro qué estudiar y tampoco me gustó; elegí la carrera porque me entregó las herramientas para hacer mi emprendimiento. Era fanática de la moda y de viajar, y siempre supe que quería dedicarme a esto. Justo estaba empezando el boom de las redes sociales y quería hacer algo distinto; por eso "Soy Tendencia" fue mi tesis en la universidad.
-¿Las nuevas plataformas digitales cambiaron la forma de ver el turismo?
-Es una herramienta que nos ha facilitado la vida a los viajeros. Antes tenías que revisar los fan pages de las agencias turísticas para saber si un hotel era bueno o no, o si las fotos eran de usuarios reales. Ahora se puede hacer turismo entretenido; con la globalización puedes estar en un millón de lugares al mismo tiempo y compartir historias. Lo importante es entregar contenido responsable.