Fabricación: se saca una mica de algún anillado viejo, y luego se pega con cinta adhesiva por la parte de atrás del jockey, tal como lo usan los millennials.
George Pataky, quien se formó en la Delft University of Technology de Holanda, aporta lo siguiente sobre este modelo. "Es muy fácil de hacer, pero un tanto inestable. El principal problema es que si la tela del jockey es muy porosa, la cinta se puede despegar, sin posibilidad de volverla a fijar en su sitio".
Para asegurar éxito, primero hay que probar la cinta directamente en el gorro. Sólo si se pega con firmeza, funcionará.
Botella de tres litros. Ideado en España, este modelo de escudo facial es el que menos materiales necesita: basta una botella desechable de tres litros. Debe ser desechable, pues las retornables son muy duras y pueden provocar accidentes.
Fabricación: se corta la parte de arriba de la botella, a la altura en que se estrecha. Luego se repite la operación en la parte de abajo. El cilindro resultante se corta por la mitad y voilá. Escudo listo.
Sebastián Ugarte, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica Indisa, explica que "es completamente impermeable, sirve para contactos a corto rango (personal médico, guardias, cajeras), pero su limitación es que no cuentan con la capacidad de filtrado de la mascarilla".
Con radiografías. Alejandro Rodríguez, profesor de diseño de la Universidad de Valparaíso sabe que donde hay niños o jóvenes, también hay carpetas, estudios o informes en desuso.
Fabricación: acá lo importantes son las micas y los espirales. En la mica se dibujan dos semicirculos con un plato, los que darán origen a los pliegues que aportarán rigidez al modelo. Luego se ocupa el espiral para asegurarlo a la cabeza. "En caso de que no tengan micas, también pueden usar radiografías. Eso sí, antes deben ser limpiadas con cloro diluido para borrar las imágenes que tengan". Tranquilos, que una vez limpia no representa ningún peligro para la salud.