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Andree Burgat
"Estábamos hablando por celular cosas de la vida cuando de la nada ella comenzó a gritar: iNo! iNo! ¡Yo no voy a abrir la puerta! Yo no entendía de qué se trataba. Me demoré como cuatro segundos en comprender que la estaban asaltando, porque la conversación cambió bruscamente", cuenta Jack Burgat (73), el papá de la periodista Andree Burgat, esposa del animador Eduardo Fuentes ("Mentiras verdaderas").

Este jueves, a las 18:20 de la tarde, la profesional vivió uno de los episodios más tensos de su vida. Iba camino a Santiago desde su casa en Chicureo, con el dispositivo manos libres conectado y hablando por teléfono con su papá, cuando cuatro encapuchados detuvieron un Chevrolet Aveo de color gris delante de su Peugeot GT 5008, año 2019 y automático, en el enlace de la avenida Buenaventura, en la salida de la Ruta 5 Sur.

Horas después de lo sucedido y un poco más tranquila, Andree cuenta que vio que dos de los cuatro delincuentes se acercaron al vidrio del piloto y copiloto apuntándola con una pistola. La rodearon y empezaron a golpearle los vidrios para que se bajara del auto.

"Ahí me di cuenta de que golpeaban fuerte los vidrios, pero no los quebraban. Tampoco usaban la pistola para hacerlo. En ese momento sentí inconscientemente que el arma era de mentira", dice. Asegura que en algún instante pudo ver que estaba "como mal terminada. Vi un detalle, que se veía como ese típico plástico que se junta y no queda perfecto".

Su padre, todavía al teléfono y "sin saber cómo estaba la situación en el momento", le aconsejaba: "¡No, no, no, no salgas, no salgas, no pares ni abras! ¡Pon en marcha atrás el auto y acelera a full nomás!".

La periodista dice entonces que no dudó y "atiné a retroceder lo más rápido que pude. Quebré un tanto el volante para así tener un ángulo mayor porque, como estaba en una salida de autopista, tenía poco espacio. Y como retrocedí muy fuerte, choqué el auto por atrás contra unas barreras de contención. Me fijé que ellos dejaron más o menos un metro de espacio entre el auto con el que me obstaculizaron y esta especie como de vereda o berma, que era bien alta. Mientras aceleraba, le pedía a mi auto que fuera capaz de resistir este choque y seguir hacia adelante para poder salvarme".

Siempre comunicados

Los asaltantes, que "a simple vista parecían unos adolescentes", al ver que la periodista aceleró, se dividieron: dos se corrieron hacia el lado y los otros dos se le pusieron por delante para intentar frenarla, dice.

"Iba tan fuerte y decidida que ellos saltaron hacia el lado para que yo no los pudiera atropellar. Ahí zafé, quedé muy nerviosa, muy mal, desorientada totalmente. No sabía dónde iba, después me tranquilicé porque seguí hablando por teléfono con mi papá", recuerda la periodista.

Su padre no cortó en ningún momento la llamada. "Ella no respondía a lo que yo le decía, pero sí seguía las indicaciones que le daba. El problema es que yo no sabía si detrás de ella había un auto o no, entonces ese tipo de cosas ella las tuvo que manejar según su propia apreciación", detalla Jack Burgat.

Una vez que su hija logró escapar de la emboscada, él dice que se cercioró de que estuviera bien y guardó silencio, porque su hija se acercó a otro auto a preguntarle si tenía los neumáticos pinchados. "Ella se puso en el caso de que, en algunas encerronas, los delincuentes ponen miguelitos para que te detengas igual. Pero ese señor le dijo que no, que no estaban pinchados. Luego, ella se detuvo un poco más allá y empezó a llorar por los nervios obvios que le produjo el momento. Yo le decía que se tranquilizara porque ella estaba bien y eso finalmente era lo que importaba", comenta.

Una vez más serena, el papá le recomendó que fuera de inmediato a Carabineros y que él la iría a acompañar. "Cuando llegué a la Comisaría de Chicureo, ya estaba bastante tranquila", dice.

La periodista precisa que "Carabineros me dijo que este auto gris anda dando vuelta siempre por acá, por las salidas de la nororiente de Quilicura, de Buenaventura. Tienen esa ruta. Me dijeron que se concentraron en mi auto porque sabían que podía ser más rápido que el Dodge de ellos (los carabineros)".

En tanto, su Peugeot GT 5008 quedó con daños en el parachoques delantero, la rueda delantera derecha, la caja de velocidades, las cámaras de retroceso y de ayuda al estacionamiento, y en el costado izquierdo trasero completo. Como su auto tiene seguro, ella lo llevó este viernes al taller para reparación.

Reflexionando sobre lo ocurrido, Burgat dice que "yo creo que si me hubiera bajado, me habrían golpeado. Hubiese sido terrible, por eso decidí acelerar con todo".

Agrega que los carabineros le explicaron que "los delincuentes profesionales son los que asaltan con un auto por delante y otro por detrás. En un caso así,me aconsejaron que me bajara de inmediato porque probablemente andarían con armas de verdad y se dedican a la desarmaduría. Entonces, son robos más serios porque son por encargo"

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