Este jueves, Apumanque acaba de abrir sus puertas, a modo de plan piloto. Y entre los compradores, las autoridades y los vendedores se siente una atmósfera de tensión y contenida alegría, que se mezcla con el olor a fuerte sanitización del lugar. Son las 11:57 de la mañana y han ingresado 472 personas. Por ley, de acuerdo a los metros cuadrados, el mall puede recibir, en estas circunstancias de emergencia a 1 .100 personas.
La demanda de las lanas
El vitrineo consiste en una caminata lenta de la mayoría de los visitantes. Todos llevan puestas sus mascarillas al igual que algunos maniquíes de vitrinas. Se respeta la distancia al caminan Hayl 95 tiendas que abrieron voluntariamente de 365 locales y una de las favoritas, es la Cordonería Madrid. La pizarra que tiene puesta en la vitrina indica que solo pueden entrar dos clientes a la vez, pero hay más de 15 señoras y un hombre alto con maletín, haciendo fila para entrar a comprar. "Mi señora me encargó elásticos, porque quiere hacer mascarillas, pero por lo general estoy muy distante del mundo de las lanas", dice Roberto Rabie, quien espera su turno, mientras atrás de él, una señora enojada le pide a María Elena Manríquez, otra clienta en la fila, que baje el tono de su voz para hablar por teléfono. "Estaba hablando con mi tía que vive en Boca Ratón, Miami. Le estaba comentando que acá ya hay un mall abierto y se ve cierta normalidad. No es para que esta señora me pegue un reto. Yo prefiero tomarlo con humor", comenta ella. Está próxima a ser abuela y se le acabó la lana para un chaleco que está en proceso."El tejido para mí es terapéutico, porque con todo esto me he bajoneado mucho. Además, va a nacer mi primera nieta y quiero tejerle algo", cuenta la señora Paula Mora, a la espera de que ocho personas entren antes que ella.
Francisco Atala es dueño del local de 20 metros cuadrados, hace cuatro años. "Un ovillo de lana simple fluctúa entre los 700 y 800 pesos. Tiene tres vendedoras en la tienda y dice que se siente feliz de que su tienda sea una opción para que las personas en estos tiempos". Hay tres vendedores al interior de la tienda y como medida de seguridad mantienen la puerta corredera cerrada.
Alcohol gel a granel
A pocos metros de la cordonería tres manicuristas atienden a tres clientas. No hay fila para entrar, se admite máximo cuatro personas al interior y cada profesional tiene en su mesita de trabajo una mica a modo de ventanal que aisla al vendedor del cliente y viceversa. En la entrada hay alcohol gel disponible para las clientas. La dueña de la tienda de ropa femenina Alf, no está optimista. "Creo que es la semana más complicada del virus. Llevamos seis semanas sin abrir y yo vendo ropa. No se puede tocar la ropa y tampoco se puede probar", dice Patricia Contreras, que en tiempos normales vende, mensualmente, 5 millones de pesos.Ocho mil personas
Pasada las 13:00 horas por la entrada de Avenida Apoquindo hay más o menos 25 personas que esperan ingresar. Les chequean la temperatura con termómetros de láser, con el pie activan un dispensador de alcohol gel para las manos e ingresan. Entran todos menos Odette Bedecarratz, de 81 años. "Me dijeron que tienen prohibido entrar a los mayores de 70 y yo venía a comprarme mi lápiz de ojos y mi cubre ojeras", lamenta, mostrando los pocos centímetros de lápiz gastado por el sacapuntas, que le queda.El alcalde Joaquín Lavín, quien está al interior del mall, enfatiza que "la idea es recomendarle fuertemente a esos clientes mayores que no vengan".
Previo a la pandemia, los 12 mil metros cuadrados de Apumanque aguantaba a 2.700 personas por hora, según precisa el alcalde. Este jueves, hasta las 17 horas, se contabilizaron 8.224 personas en 5 horas. El peak se dio a 11.40 con 750 personas al interior del mall. Pero la apertura del mall, ya es un hecho.