"Estoy inquieto por lo que puede ocurrir, pero confío plenamente en que Francisca está aplicando todos los protocolos adecuados y está preparada", añade el cocinero.
Pocas horas después de terminar un turno de noche, Laree responde: "He trabajado por 10 años cuidando a pacientes en estado grave, pero siento que nunca nos hemos enfrentado a algo así. Este es un reto profesional muy grande". Relata que junto a sus colegas estudian a diario cada nueva información sobre el coronavirus y que por el momento le ha tocado atender sólo a un par de enfermos.
"Todos los que componemos el personal, incluidos médicos y personal de aseo, estamos cada día preparándonos a full para cualquier escenario", menciona la enfermera. Admiten que hay preocupación y hasta estrés por la forma en que se comporta el virus. "Es transversal y afecta a personas de cualquier edad. Lo que más angustia es que el virus es impredecible: a alguien le puede dar un simple resfrío mientras otro puede necesitar ventilación mecánica", afirma para luego complementar que junto a sus compañeros de trabajo están motivados a dar el mayor de sus esfuerzos "cuando la situación se ponga más intensa". "Es estresante en cierto sentido, nos genera incertidumbre qué va a pasar", afirma.
-Hay que ser valiente para exponerse, Francisca.
-Esto va más allá de un trabajo, es una vocación y un deber para ayudar de la mejor forma a los pacientes. No nos hacemos los héroes y más que los aplausos, me gustaría que la gente tome conciencia del peligro y que opte por no salir de sus casas.
-¿Cómo lo hace para evitar contagiarse? ¿Qué hace, por ejemplo, con la ropa?
-Sigo los protocolos y llevo una vida normal, de la casa al trabajo. Llego allá en auto con tenida normal y mi ropa de enfermera en un bolso. Al llegar a casa lavo de inmediato mi ropa. Para relajarme toco la guitarra, veo series de Netflix como "La casa de papel" y juego en la X-Box un juego clásico que se llama "Castlevania" y "Resident evil".
-¿Qué papel tiene Sergi para usted en estos días?
-Aunque esté muy lejos es mi sustento emocional. Él está siempre pendiente. Nos contactamos unos seis veces al día por video conferencia y conversamos. Yo le muestro a Guantes, mi gatita de un año que tiene sus patitas blancas. Cuando escuchaba que había hasta 900 muertos en un día en España me inquietaba, pero sé que Sergi se está cuidado en su cuarentena.
Desayunos compartidos
Aún estando en continentes distantes y husos horarios distintos, Sergi trata de mantener una costumbre de lo más romántica: tomar desayuno juntos."Ahora que habeis cambiado la hora, tenemos 6 horas de diferencia. Pero yo espero hasta que Francisca despierte", dice el cocinero.
Como toca la guitarra desde pequeño, Sergi interpreta una que otra canción para su novia. Además se ilusiona con los platos que cocinarán juntos cuando la pandemia amaine.
"Hablamos todo el tiempo y me doy cuenta que todo lo que debe estudiar. Me siento muy orgulloso de ella, de su profesionalidad y vocación de ayudar a las personas", asegura Arola.