"Los pacientes con Covid-19 llegan con mucho temor y ansiedad de lo que va a
pasar. Entonces cuando llegan a esta unidad, y nosotros les decimos que vamos a
tener que intubarlos, se les explica el procedimiento, se les dice todo lo que se les va
a hacer, se les da la chance de hablar con su familia en ese momento por si quieren
decirle algo, porque van a estar dormidos, sedados", cuenta Bárbara De la Cortina.
Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Las Condes, atiende pacientes Covid positivo. "Hay pacientes que necesitan drogas vasoactivas, para mantener la presión adecuada; otros que necesitan ventilación mecánica invasiva y otros no invasiva. Hemos tenido pacientes de treinta años, pero la mayor cantidad se concentra de cincuenta años hacia arriba", detalla.
Los pacientes graves están alrededor de catorce o quince días intubados. "Cuando los extuban, se despiertan desorientados, con mucho temor. Preguntan: ¿Qué pasó? ¿Cuándo tiempo estuve en coma? Ansiosos, dicen que quieren ver a sus familias. Entonces ahí hemos ido buscando métodos de comunicación para que tengan contacto con su gente. Y que su gente también, de alguna manera virtual, por ejemplo con llamadas por celular, puedan tranquilizarlos".
Algunos pacientes, cuenta la enfermera, se dan cuenta de que tienen fiebre y piensan que van a empeorar. "Como enfermeras damos harta contención emocional a esos pacientes que salen del estado crítico a una unidad de menor complejidad".
-¿Qué cosas les dice para contenerlos?
-Pucha, que estuvieron súper graves, que se les dio todo el manejo, que ahora ya están mucho mejor; el hecho de que estén despiertos, indica un nivel de mejoría importante, que ya lo peor pasó. Por mucho que sea un paciente Covid, igual le tomamos la mano, porque estamos con las medidas de protección personal correctas, adecuadas. Muchas veces los pacientes necesitan que sean tratados como un paciente cualquiera. Porque muchos pueden sentirse que son la persona que tiene este bicho raro y nadie va a querer acercarse.
-Claro...
-No tenemos que perder la humanización en el cuidado. Tengo que darle contención emocional, tomarle su mano, tocársela, claramente con guantes, y decirles que estamos ahí. Que es un paciente más, que salió adelante y que va a tener que seguir luchando. Y que lo peor ya pasó. Explicándole también las cosas que están sintiendo: Tienes esto puesto aquí, que es un catéter, sirve para esto . Entonces ahí les va bajando un poquito la ansiedad.
-¿Cómo es el caso de los pacientes que no están intubados, con ventilación no invasiva, conscientes?
-Ellos igual se sienten aislados porque no están recibiendo visitas. En el sentido emocional igual sufren harto porque no pueden ver a su familia. Los autorizamos para que tengan el celular adentro, o les pasamos tablets para que se comuniquen virtualmente con su familia. Y también les damos el ánimo y la compañía que merecen. También tienen un televisor en las habitaciones. Si solicitan una radio, también se les da.
-¿Cómo se prepara para atender a los pacientes?
-Tenemos habitaciones separadas, cada una con su puerta. Cada vez que vamos a entrar a esa habitación, tenemos que prepararnos con implementos de protección personal. Fuera de la habitación tenemos que ponernos mascarilla, antiparras, gorro, pechera (delantal) y guantes. Esto siempre lo hacemos con una persona que nos está supervisando.
-¿Cómo son sus turnos?
-Trabajamos en turnos rotativos. Un día trabajamos desde las ocho de la mañana hasta la ocho de la noche. Y al día siguiente, desde las ocho de la noche a ocho de la mañana. Tenemos dos días de descanso. Y nuevamente comienza la rotación.
La enfermera cuenta que cuando está en su edificio, y ha habido aplausos a las nueve de la noche, en homenaje al trabajo del personal médico, algunos vecinos miran hacia su balcón y le dan las gracias. "Ahí se me llena el corazón", dice.
Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Las Condes, atiende pacientes Covid positivo. "Hay pacientes que necesitan drogas vasoactivas, para mantener la presión adecuada; otros que necesitan ventilación mecánica invasiva y otros no invasiva. Hemos tenido pacientes de treinta años, pero la mayor cantidad se concentra de cincuenta años hacia arriba", detalla.
Los pacientes graves están alrededor de catorce o quince días intubados. "Cuando los extuban, se despiertan desorientados, con mucho temor. Preguntan: ¿Qué pasó? ¿Cuándo tiempo estuve en coma? Ansiosos, dicen que quieren ver a sus familias. Entonces ahí hemos ido buscando métodos de comunicación para que tengan contacto con su gente. Y que su gente también, de alguna manera virtual, por ejemplo con llamadas por celular, puedan tranquilizarlos".
Algunos pacientes, cuenta la enfermera, se dan cuenta de que tienen fiebre y piensan que van a empeorar. "Como enfermeras damos harta contención emocional a esos pacientes que salen del estado crítico a una unidad de menor complejidad".
-¿Qué cosas les dice para contenerlos?
-Pucha, que estuvieron súper graves, que se les dio todo el manejo, que ahora ya están mucho mejor; el hecho de que estén despiertos, indica un nivel de mejoría importante, que ya lo peor pasó. Por mucho que sea un paciente Covid, igual le tomamos la mano, porque estamos con las medidas de protección personal correctas, adecuadas. Muchas veces los pacientes necesitan que sean tratados como un paciente cualquiera. Porque muchos pueden sentirse que son la persona que tiene este bicho raro y nadie va a querer acercarse.
-Claro...
-No tenemos que perder la humanización en el cuidado. Tengo que darle contención emocional, tomarle su mano, tocársela, claramente con guantes, y decirles que estamos ahí. Que es un paciente más, que salió adelante y que va a tener que seguir luchando. Y que lo peor ya pasó. Explicándole también las cosas que están sintiendo: Tienes esto puesto aquí, que es un catéter, sirve para esto . Entonces ahí les va bajando un poquito la ansiedad.
-¿Cómo es el caso de los pacientes que no están intubados, con ventilación no invasiva, conscientes?
-Ellos igual se sienten aislados porque no están recibiendo visitas. En el sentido emocional igual sufren harto porque no pueden ver a su familia. Los autorizamos para que tengan el celular adentro, o les pasamos tablets para que se comuniquen virtualmente con su familia. Y también les damos el ánimo y la compañía que merecen. También tienen un televisor en las habitaciones. Si solicitan una radio, también se les da.
-¿Cómo se prepara para atender a los pacientes?
-Tenemos habitaciones separadas, cada una con su puerta. Cada vez que vamos a entrar a esa habitación, tenemos que prepararnos con implementos de protección personal. Fuera de la habitación tenemos que ponernos mascarilla, antiparras, gorro, pechera (delantal) y guantes. Esto siempre lo hacemos con una persona que nos está supervisando.
-¿Cómo son sus turnos?
-Trabajamos en turnos rotativos. Un día trabajamos desde las ocho de la mañana hasta la ocho de la noche. Y al día siguiente, desde las ocho de la noche a ocho de la mañana. Tenemos dos días de descanso. Y nuevamente comienza la rotación.
La enfermera cuenta que cuando está en su edificio, y ha habido aplausos a las nueve de la noche, en homenaje al trabajo del personal médico, algunos vecinos miran hacia su balcón y le dan las gracias. "Ahí se me llena el corazón", dice.