Nos guste o no, buena parte de los problemas que tenemos con respecto a nuestros
desechos domiciliarios tiene que ver con la falta de ganas de reciclar.
A eso se suma la supina ignorancia que el grueso de la humanidad posee sobre el tema. Y si bien el número de materiales y tratamientos son varios, lo mínimo que uno debería saber es qué ocupar y qué se recicla. O saber que el cristal de la copa que adorna esta página no debe reciclarse nunca con la botella que la acompaña.
"El tipo de vidrio tienen composiciones químicas distintas", explica Jorge Romero, ingeniero en medioambiente y jefe de reciclaje de la empresa Cristalerías Chile. La diferencia entre la copa de cristal y la botella de vidrio es clara: la cantidad de óxido de plomo que contienen.
"Las copas de cristal tienen mayor contenido que el vidrio en general", dice.
Ese material se agrega a las copas para que se vean más lindas y suenen mejor. Como cristal.
¿Cómo lo hace? Al detalle va Natalia Santana, académica del departamento de diseño industrial de Universidad Técnica Metropolitana: "El óxido de plomo se incorpora en el proceso de fabricación del vidrio para darle características de difracción de la luz".
"Los cristales se forman por gases a altas presiones y su estructura cristalina es ordenada, mientras que el vidrio es producto de la arena fundida a gran temperatura y su estructura cristalina es desordenada", agrega la también ingeniera industrial y en prevención de riesgos y medio ambiente.
Ese óxido de plomo, que hace que la copa suene y brille -como cuenta Hernán Inssen, ingeniero en Recursos Naturales y fundador de la empresa de gestión de residuos HOPE-, representa un obstáculo en el proceso de reciclaje.
"Son residuos distintos que deben tratarse aparte. Piensa que el reciclaje de vidrio es un gran vuelto a picar (que se derrite y luego forma nuevas botellas de igual calidad) y ahí no se pueden mezclar elementos", explica Inssen.
"No por el vidrio, que es similar al de las botellas. A veces vienen con una lámina plástica o de goma. Entonces requiere un proceso previo para que no haya problemas en el horno. Si lo tomo completo y lo tiro al horno, ahí se contamina mucho el material", explica Romero, de Cristalerías Chile.
Entonces, ¿qué hacer con el cristal? Nada. Puede hacer un lindo mini macetero con la copa, pero además de eso, no mucho más. Al menos en Chile.
"En general el cristal de copas en Europa se recicla. En Chile la industria del reciclaje está preparada para recibir envases y botellas de vidrio que son todos iguales. El resto de los vidrios no pueden ser reciclados", asegura Romero.
Por eso, no hay que mezclar vidrios. Y si va a reciclar, recuerde limpiar los envases, aunque esto último es por la comunidad, no por el proceso de reciclaje.
"Todos esos conchos de líquidos van generando olores y problemas en el punto de limpieza", agrega Hernán Inssen, de HOPE.
¿Y la cerámica?
Otro gallo canta con este elegante producto de antigua data y reputado historial "La cerámica es escombro", dice cortante Hernan Inssen, gerente de la empresa HOPE. Esto porque no hay forma de reciclarlo.
"La gente lo mezcla. El problema es que el punto de fundición de la botella de vidrio es de 1.400 grados, pero la cerámica es de 1.800. Entonces, si no lo separo, cuando muelo todo ese material y lo meto al horno para fundirlo y transformarlo en magma, la cerámica siempre queda dando vuelta y no se termina de fundir. Eso puede crear un problema en la botella, una piedrecilla, genera un problema de calidad", cuenta Jorge Romero, jefe de reciclaje de Cristalerías Chile.
A eso se suma la supina ignorancia que el grueso de la humanidad posee sobre el tema. Y si bien el número de materiales y tratamientos son varios, lo mínimo que uno debería saber es qué ocupar y qué se recicla. O saber que el cristal de la copa que adorna esta página no debe reciclarse nunca con la botella que la acompaña.
"El tipo de vidrio tienen composiciones químicas distintas", explica Jorge Romero, ingeniero en medioambiente y jefe de reciclaje de la empresa Cristalerías Chile. La diferencia entre la copa de cristal y la botella de vidrio es clara: la cantidad de óxido de plomo que contienen.
"Las copas de cristal tienen mayor contenido que el vidrio en general", dice.
Ese material se agrega a las copas para que se vean más lindas y suenen mejor. Como cristal.
¿Cómo lo hace? Al detalle va Natalia Santana, académica del departamento de diseño industrial de Universidad Técnica Metropolitana: "El óxido de plomo se incorpora en el proceso de fabricación del vidrio para darle características de difracción de la luz".
"Los cristales se forman por gases a altas presiones y su estructura cristalina es ordenada, mientras que el vidrio es producto de la arena fundida a gran temperatura y su estructura cristalina es desordenada", agrega la también ingeniera industrial y en prevención de riesgos y medio ambiente.
Ese óxido de plomo, que hace que la copa suene y brille -como cuenta Hernán Inssen, ingeniero en Recursos Naturales y fundador de la empresa de gestión de residuos HOPE-, representa un obstáculo en el proceso de reciclaje.
"Son residuos distintos que deben tratarse aparte. Piensa que el reciclaje de vidrio es un gran vuelto a picar (que se derrite y luego forma nuevas botellas de igual calidad) y ahí no se pueden mezclar elementos", explica Inssen.
Así son todos
Lo mismo pasa con los vidrios de las ventanas -llamados vidrios planos- que a veces tiene otros componentes que afectan el proceso de reciclaje."No por el vidrio, que es similar al de las botellas. A veces vienen con una lámina plástica o de goma. Entonces requiere un proceso previo para que no haya problemas en el horno. Si lo tomo completo y lo tiro al horno, ahí se contamina mucho el material", explica Romero, de Cristalerías Chile.
Entonces, ¿qué hacer con el cristal? Nada. Puede hacer un lindo mini macetero con la copa, pero además de eso, no mucho más. Al menos en Chile.
"En general el cristal de copas en Europa se recicla. En Chile la industria del reciclaje está preparada para recibir envases y botellas de vidrio que son todos iguales. El resto de los vidrios no pueden ser reciclados", asegura Romero.
Por eso, no hay que mezclar vidrios. Y si va a reciclar, recuerde limpiar los envases, aunque esto último es por la comunidad, no por el proceso de reciclaje.
"Todos esos conchos de líquidos van generando olores y problemas en el punto de limpieza", agrega Hernán Inssen, de HOPE.
¿Y la cerámica?
Otro gallo canta con este elegante producto de antigua data y reputado historial "La cerámica es escombro", dice cortante Hernan Inssen, gerente de la empresa HOPE. Esto porque no hay forma de reciclarlo.
"La gente lo mezcla. El problema es que el punto de fundición de la botella de vidrio es de 1.400 grados, pero la cerámica es de 1.800. Entonces, si no lo separo, cuando muelo todo ese material y lo meto al horno para fundirlo y transformarlo en magma, la cerámica siempre queda dando vuelta y no se termina de fundir. Eso puede crear un problema en la botella, una piedrecilla, genera un problema de calidad", cuenta Jorge Romero, jefe de reciclaje de Cristalerías Chile.