Patricio Yáñez (59) se sorprendió en la mañana del martes al descubrir en su cuenta
de Instagram una foto que nunca había visto hasta entonces. Se la mandaron unos
amigos. Allí se ve a un imberbe Patito Nazario esforzándose en una carrera
disputada en 1975. Tenía 14 años y cursaba Segundo Medio en el Liceo de Quilpué.
Era una prueba clasificatoria para la final del torneo de atletismo organizado por "El Mercurio", en octubre. El año anterior, el profesor Badani, cuyo nombre quedó en el olvido, había motivado al joven Yáñez para correr. El muchacho era ampliamente conocido por su rapidez, cosa que después confirmaría en el fútbol. "Entrenábamos en el estadio Las Salinas y en las cuadras aledañas al colegio. Esa vez la final regional se hizo en el estadio de Playa Ancha, en pista de ceniza. Estuvimos 10 días en un internado de Viña del Mar", recuerda el ex futbolista.
"Compartía el atletismo con las pichangas, en el Deportivo Alto Florida, que era el club donde jugaba en Quilpué. Allí también jugó el maestro Elías Figueroa", agrega Yáñez, comentarista de Fox Sports.
"Me gustaba mucho el atletismo. Me agradaba entrenar. Tengo buenos recuerdos de estar con los compañeros de otras disciplinas, preparándonos para el torneo de 'El Mercurio'. Fue un sueño haber llegado a Santiago para ese torneo nacional. Estuvimos concentrados, los tres días que duró, frente al Estadio Nacional, en un internado en la calle Pedro de Valdivia", dice.
Yáñez no ganó la serie. Lo hizo Héctor Fernández, del colegio Saint Peters, con un tiempo de 11,6 segundos. Más atrás remató el futuro delantero de la Roja, con 11,8 segundos. No fue la mejor marca de Yañez. Por esos años su mejor tiempo en los 100 metros planos fue de 11,2 segundos. Nada mal. "Me parece un muy buen registro, considerando que es categoría juvenil y en pista de ceniza. Ahora estaría cerca de una final de campeonato nacional. Igual es difícil comparar porque ahora se corre en otro tipo de pista y con cronometraje electrónico", comenta la atleta Fernanda Mackenna, récord de Chile en los 400 metros entre 2014 y 2018.
"Fuimos juntos a la final nacional. Recuerdo que Pato era un niño muy tímido, callado y tranquilo. Creo que no clasificó para la final, pero parece que en la posta 4x100 llegamos terceros", sostiene por su parte el ganador de aquel duelo, Héctor Fernández.
Yañez tiene su versión de los acontecimientos: "En la serie de los 100 metros recuerdo que la noche anterior cayó en Santiago la típica lluvia que había en octubre. Entonces, al día siguiente, me tocó una pista bastante mojada por lo que no tuve un buen desempeño. Me costó bastante y ahí se notaron los que llevaban trabajando años y años en el atletismo".
Después de ese campeonato, Pato Yáñez siguió corriendo un año más, hasta que se inclinó por el fútbol: "Seguí jugando en la selección del liceo y me vieron en Quillota. Al año siguiente estaba en San Luis, en la segunda división".
"Yo seguí en el atletismo. Una vez me encontré con el Pato en el Estadio Nacional y conversamos un rato. La última vez que lo vi fue en el club de tenis El Alba y le comenté de esta foto, pero perdimos el contacto", relata Fernández, quien ahora tiene una empresa de sistemas de aire acondicionado y calefacción.
-¿Qué fue de su vida, Héctor?
-Como le decía, seguí en el atletismo, pero siempre muy atento a los éxitos del Pato en el fútbol. Fui a los Sudamericanos del 79 y del 81, en Colombia y Bolivia. En el Panamericano del 80, en Canadá, competí con los grandes, como Carl Lewis, quien ganó ese torneo. También estaban Ben Johnson y Calvin Smith. Yo no clasifiqué para la final. En 1982 me fui a Brasil, donde retomé mi carrera atlética, tras una lesión al tendón de Aquiles. Allí gané varios campeonatos estaduales de Porto Alegre y batí algunos récords de la época en 100 y 200 metros. ¿Le puedo pedir algo? ¿Le puede decir al Pato Yáñez que me gustaría darle la revancha de la carrera que le gané hace 45 años?
Era una prueba clasificatoria para la final del torneo de atletismo organizado por "El Mercurio", en octubre. El año anterior, el profesor Badani, cuyo nombre quedó en el olvido, había motivado al joven Yáñez para correr. El muchacho era ampliamente conocido por su rapidez, cosa que después confirmaría en el fútbol. "Entrenábamos en el estadio Las Salinas y en las cuadras aledañas al colegio. Esa vez la final regional se hizo en el estadio de Playa Ancha, en pista de ceniza. Estuvimos 10 días en un internado de Viña del Mar", recuerda el ex futbolista.
"Compartía el atletismo con las pichangas, en el Deportivo Alto Florida, que era el club donde jugaba en Quilpué. Allí también jugó el maestro Elías Figueroa", agrega Yáñez, comentarista de Fox Sports.
"Me gustaba mucho el atletismo. Me agradaba entrenar. Tengo buenos recuerdos de estar con los compañeros de otras disciplinas, preparándonos para el torneo de 'El Mercurio'. Fue un sueño haber llegado a Santiago para ese torneo nacional. Estuvimos concentrados, los tres días que duró, frente al Estadio Nacional, en un internado en la calle Pedro de Valdivia", dice.
Yáñez no ganó la serie. Lo hizo Héctor Fernández, del colegio Saint Peters, con un tiempo de 11,6 segundos. Más atrás remató el futuro delantero de la Roja, con 11,8 segundos. No fue la mejor marca de Yañez. Por esos años su mejor tiempo en los 100 metros planos fue de 11,2 segundos. Nada mal. "Me parece un muy buen registro, considerando que es categoría juvenil y en pista de ceniza. Ahora estaría cerca de una final de campeonato nacional. Igual es difícil comparar porque ahora se corre en otro tipo de pista y con cronometraje electrónico", comenta la atleta Fernanda Mackenna, récord de Chile en los 400 metros entre 2014 y 2018.
"Fuimos juntos a la final nacional. Recuerdo que Pato era un niño muy tímido, callado y tranquilo. Creo que no clasificó para la final, pero parece que en la posta 4x100 llegamos terceros", sostiene por su parte el ganador de aquel duelo, Héctor Fernández.
Yañez tiene su versión de los acontecimientos: "En la serie de los 100 metros recuerdo que la noche anterior cayó en Santiago la típica lluvia que había en octubre. Entonces, al día siguiente, me tocó una pista bastante mojada por lo que no tuve un buen desempeño. Me costó bastante y ahí se notaron los que llevaban trabajando años y años en el atletismo".
Después de ese campeonato, Pato Yáñez siguió corriendo un año más, hasta que se inclinó por el fútbol: "Seguí jugando en la selección del liceo y me vieron en Quillota. Al año siguiente estaba en San Luis, en la segunda división".
"Yo seguí en el atletismo. Una vez me encontré con el Pato en el Estadio Nacional y conversamos un rato. La última vez que lo vi fue en el club de tenis El Alba y le comenté de esta foto, pero perdimos el contacto", relata Fernández, quien ahora tiene una empresa de sistemas de aire acondicionado y calefacción.
-¿Qué fue de su vida, Héctor?
-Como le decía, seguí en el atletismo, pero siempre muy atento a los éxitos del Pato en el fútbol. Fui a los Sudamericanos del 79 y del 81, en Colombia y Bolivia. En el Panamericano del 80, en Canadá, competí con los grandes, como Carl Lewis, quien ganó ese torneo. También estaban Ben Johnson y Calvin Smith. Yo no clasifiqué para la final. En 1982 me fui a Brasil, donde retomé mi carrera atlética, tras una lesión al tendón de Aquiles. Allí gané varios campeonatos estaduales de Porto Alegre y batí algunos récords de la época en 100 y 200 metros. ¿Le puedo pedir algo? ¿Le puede decir al Pato Yáñez que me gustaría darle la revancha de la carrera que le gané hace 45 años?