Inspirado en los cientos de animales que han aparecido en las calles de distintas
ciudades del mundo confinadas por el Covid-1 9, Di Mondo (36) sacó de la bodega el
traje de pez volador que lució en la Gala de Viña de 2019. ¿El objetivo? Hacer una
sesión de fotos flash en una desierta Quinta Avenida, una de las principales arterias
de Nueva York, que comunica el norte y el sur de Manhattan. "Fue un escenario bien
apocalíptico ver la Quinta Avenida completamente vacía. Me dio pena. Las tiendas
obviamente estaban todas cerradas y la gente que había en la calle era muy poca, al
igual que los autos".
La sesión no duró más de 20 minutos. El chileno, que vive hace 13 años en la Gran Manzana, se trasladó de Brooklyn, donde vive, a Long Island, donde está la fábrica del sombrerero Eric Javits, su pareja. "Ahí tenía guardado el traje. Estaba muy nervioso porque es una tenida muy difícil de poner. La tela no es tan elástica y hay mucha pedrería. Imagínate que pesa 15 kilos. Hay que subir de a poco el traje y necesitas talco en todo el cuerpo para que así suba más fácil", explica el fashionista.
-¿Por qué quiso hacer una sesión de fotos en plena pandemia?
-Quise capturar el momento apocalíptico que estamos viviendo, pero también reflejar que en muchas partes del mundo vemos diferentes animales emerger en lugares que antes nunca estaban. Hacer la foto para mí también fue un acto de fe. Todo pasa por algo. Tal vez lo que está ocurriendo nos está previniendo de algo mucho peor en el futuro.
-¿Le preocupó la reacción de la gente?
-No, pero sí estaba nervioso al realizar algo tal vez considerado inapropiado. Nadie nos gritó nada mala onda. No sentí que la sesión de fotos fuese arriesgada, pero sí extraña porque se siente el vacío de la ciudad. Parece una película de ciencia ficción.
El fotógrafo Adrian Nina (@adriannina, 8999 seguidores en Instagram) añade: "Se sintió como si me hubiese escapado del colegio y estuviese en un lugar donde no debía estar. Aunque no estábamos haciendo nada ilegal, no queríamos toparnos con la policía porque se supone que no deberías pasarlo bien y además puede ser peligroso si atraes una multitud.
-¿La gente que estaba en la calle les dijo algo?
-No, pero Di Mondo les puso una sonrisa en la cara a todas esas personas. Muchos tomaron fotos y otros aplaudieron. No teníamos idea quéíbamos hacer, todo fue rapidísimo. Click, click, click y adiós.
-¿Qué le pareció el concepto?
-Totalmente real. Por primera vez escucho a los pájaros. Vivo en Brooklyn y todo se ve tan distinto. Ahora puedes ver que los animales están tan felices. He visto ardillas y mapaches en el parque. Me siento mal en decirlo, pero es placentero. Es el Nueva York de mis sueños, sin autos tocando la bocina, sin gente gritando, sin violencia.
-¿Cuándo comenzó su cuarentena, Di Mondo?
-El 9 de marzo, de manera voluntaria, pero el 13 de marzo Donald Trump declaró estado de emergencia. Yo me lo tomé muy en serio y me dio pena porque sentí muy profundamente que sería desolador el panorama por las posibles muertes y luego por la economía.
-¿Qué ha hecho?
-Me he dedicado al yoga y a la meditación. Es raro, pero parte de mí ha sentido tranquilidad por no tener que hacer las cosas apresuradas. Estoy sintiendo mucha calma.
-¿Se puede sacar algo bueno de la pandemia?
-El otro día un amigo me dijo que se sentía bajoneado pero yo le dije que no se podía llorar, sino salir adelante como sea. Yo automáticamente tengo ánimo y me autoexijo para ser mi mejor versión.
La sesión no duró más de 20 minutos. El chileno, que vive hace 13 años en la Gran Manzana, se trasladó de Brooklyn, donde vive, a Long Island, donde está la fábrica del sombrerero Eric Javits, su pareja. "Ahí tenía guardado el traje. Estaba muy nervioso porque es una tenida muy difícil de poner. La tela no es tan elástica y hay mucha pedrería. Imagínate que pesa 15 kilos. Hay que subir de a poco el traje y necesitas talco en todo el cuerpo para que así suba más fácil", explica el fashionista.
-¿Por qué quiso hacer una sesión de fotos en plena pandemia?
-Quise capturar el momento apocalíptico que estamos viviendo, pero también reflejar que en muchas partes del mundo vemos diferentes animales emerger en lugares que antes nunca estaban. Hacer la foto para mí también fue un acto de fe. Todo pasa por algo. Tal vez lo que está ocurriendo nos está previniendo de algo mucho peor en el futuro.
-¿Le preocupó la reacción de la gente?
-No, pero sí estaba nervioso al realizar algo tal vez considerado inapropiado. Nadie nos gritó nada mala onda. No sentí que la sesión de fotos fuese arriesgada, pero sí extraña porque se siente el vacío de la ciudad. Parece una película de ciencia ficción.
El fotógrafo Adrian Nina (@adriannina, 8999 seguidores en Instagram) añade: "Se sintió como si me hubiese escapado del colegio y estuviese en un lugar donde no debía estar. Aunque no estábamos haciendo nada ilegal, no queríamos toparnos con la policía porque se supone que no deberías pasarlo bien y además puede ser peligroso si atraes una multitud.
-¿La gente que estaba en la calle les dijo algo?
-No, pero Di Mondo les puso una sonrisa en la cara a todas esas personas. Muchos tomaron fotos y otros aplaudieron. No teníamos idea quéíbamos hacer, todo fue rapidísimo. Click, click, click y adiós.
-¿Qué le pareció el concepto?
-Totalmente real. Por primera vez escucho a los pájaros. Vivo en Brooklyn y todo se ve tan distinto. Ahora puedes ver que los animales están tan felices. He visto ardillas y mapaches en el parque. Me siento mal en decirlo, pero es placentero. Es el Nueva York de mis sueños, sin autos tocando la bocina, sin gente gritando, sin violencia.
Yoga y meditación
El chileno ha pasado la pandemia en una de las ciudades más golpeadas por el coronavirus. Según "The New York Times", hasta la fecha hay 1.057.800 contagiados en Estados Unidos. En total, 61.700 personas han muerto y 23.616 de esos fallecimientos son del estado de Nueva York.-¿Cuándo comenzó su cuarentena, Di Mondo?
-El 9 de marzo, de manera voluntaria, pero el 13 de marzo Donald Trump declaró estado de emergencia. Yo me lo tomé muy en serio y me dio pena porque sentí muy profundamente que sería desolador el panorama por las posibles muertes y luego por la economía.
-¿Qué ha hecho?
-Me he dedicado al yoga y a la meditación. Es raro, pero parte de mí ha sentido tranquilidad por no tener que hacer las cosas apresuradas. Estoy sintiendo mucha calma.
-¿Se puede sacar algo bueno de la pandemia?
-El otro día un amigo me dijo que se sentía bajoneado pero yo le dije que no se podía llorar, sino salir adelante como sea. Yo automáticamente tengo ánimo y me autoexijo para ser mi mejor versión.