Eva Gómez estuvo de vacaciones los primeros días de marzo en Perú y cuando
volvió a Chile, el 9, se encontró con mediciones de temperatura en el aeropuerto y
restricciones por el coronavirus. Como había estado desconectada se comunicó con
su hermana, Concepción, en Sevilla, y ella le contó que allá ya había 28 muertos. Eva
se preocupó por su madre, también llamada Concepción, de 87 años, "así que le dije
a mi hermana trata de que no salga ", cuenta. Dos días después, el 11 de marzo, los
fallecidos habían subido a 54 allá y ahí vino la determinación de ambas con respecto
a la señora Concepción: "Ya no podía salir".
La decisión fue difícil porque antes de la pandemia, y pese a su edad, la mamá de Eva salía todos los días a comprar dos veces, bajaba tres pisos en su edificio por las escaleras y además caminaba varias cuadras por el barrio Triana, donde vive. Los primeros días estuvo encerrada junto a Mileidys, una cubana que la cuida desde que sufrió una caída, en enero, pero enfrentó el problema y ahora ya no es tema para ella: "Esto ya lo he cogido de los cuernos. Subo la escalera hasta la terraza (un piso), la bajo, hago mi gimnasia, ando en el pasillo y me arreglo como si saliera todas las tardes, en fin, que lo llevo estupendamente. Sólo deseo ver a mis hijos, abrazarlos y besarlos", asegura con acento andaluz la señora Conchita desde España.
En Santiago, Eva detalla un poco más cuál es la rutina que se armó su mamá para mantenerse activa. "Vive en un departamento como de 70 metros que tiene un pasillo y lo camina 50 veces al día. Además sube la escalera a la terraza. Nuestro temor era que con por culpa del encierro perdiera sus facultades físicas así que la incentivamos a que hiciera ejercicio", afirma la periodista.
El geriatra de la Clínica las Condes Carlos García dice que los adultos mayores que están encerrados "deben tratar de mantener la condición previa (de ejercicio antes del encierro) y si tienen un pasillo largo, que caminen lo que caminaban antes. Subir escaleras además es un excelente ejercicio. Para las personas con menos movilidad recomendamos cinco minutos de caminata en el interior, tres veces al día".
La decisión fue difícil porque antes de la pandemia, y pese a su edad, la mamá de Eva salía todos los días a comprar dos veces, bajaba tres pisos en su edificio por las escaleras y además caminaba varias cuadras por el barrio Triana, donde vive. Los primeros días estuvo encerrada junto a Mileidys, una cubana que la cuida desde que sufrió una caída, en enero, pero enfrentó el problema y ahora ya no es tema para ella: "Esto ya lo he cogido de los cuernos. Subo la escalera hasta la terraza (un piso), la bajo, hago mi gimnasia, ando en el pasillo y me arreglo como si saliera todas las tardes, en fin, que lo llevo estupendamente. Sólo deseo ver a mis hijos, abrazarlos y besarlos", asegura con acento andaluz la señora Conchita desde España.
En Santiago, Eva detalla un poco más cuál es la rutina que se armó su mamá para mantenerse activa. "Vive en un departamento como de 70 metros que tiene un pasillo y lo camina 50 veces al día. Además sube la escalera a la terraza. Nuestro temor era que con por culpa del encierro perdiera sus facultades físicas así que la incentivamos a que hiciera ejercicio", afirma la periodista.
El geriatra de la Clínica las Condes Carlos García dice que los adultos mayores que están encerrados "deben tratar de mantener la condición previa (de ejercicio antes del encierro) y si tienen un pasillo largo, que caminen lo que caminaban antes. Subir escaleras además es un excelente ejercicio. Para las personas con menos movilidad recomendamos cinco minutos de caminata en el interior, tres veces al día".