Desde que apareció en la Teletón del año 2004, Sebastián Demangel es una cara
conocida de la cruzada. El hombre hizo llorar a Don Francisco al contarle en esa
oportunidad que lo bajaban de las micros porque creían que estaban borracho,
cuando lo cierto es que un accidente automovilístico post carrete, a los 17 años, lo
dejó con una ataraxia cerebelosa que generó secuelas en su habla y movimientos. El
caso de Demangel fue recordado este jueves en la matinatón que reunió a los
canales de la televisión abierta.
Hoy tiene 39 años y no pudo revivir ese instante viéndose por televisión, pero dice que "lo bueno es que ahora sí lo pudo ver el resto de la gente porque están todos encerrados en sus casas y pudieron ver mi mensaje", bromea.
-Mucha gente lo comentó en Twitter, Sebastián.
-Ha pasado tanto tiempo que me parece bueno que se acuerden de mí. Todos estamos más viejos: yo ya tengo 39 y hay cosas que me cuestan un poco más hacer, como por ejemplo, si se me cae algo atrás del librero me cuesta más agacharme. Siento que para algunos quedé congelado en el tiempo con esa aparición en la Teletón, siempre joven, pero ha pasado mucha agua bajo el puente.
-¿Qué ha sido de usted?
-Cuando aparecí en la Teletón estaba estudiando comunicación audiovisual en la Uniacc, pero me salí porque era una pasarela. Me cambié a la Escuela de Cine, que era un asado permanente. Me titulé ahí y rechacé muchas ofertas de trabajo en la televisión porque estaba estudiando. Ahora me arrepiento un poco, pero también pienso que la tele pone a la gente medio tonta.
-¿Y qué hace en su vida diaria?
-Vivir, poh.
-¿No es lo que hacemos todos?
-Me refiero a vivir bien, tranquilo.
-Eso es otra cosa. ¿Tiene alguna fórmula?
-Hay que pensar en llegar a la cima. Ese es mi propósito: llegar a la cima, y creo que el de todos, pero algunos son medio pasteles y se van por el camino fácil, el más planito y eso incluye vicios, desorden. Creo que para estar bien primero hay que ser ordenado con uno mismo y eso llevarlo a la vida diaria: levantarse, hacer la cama, ducharse, limpiar todos los días, ordenar, comer bien. Eso es lo indispensable para vivir bien.
-¿Qué tiene que ver el aseo, Sebastián?
-Es que no se trata de un orden de que quede bonito, sino que de cómo tratas a tu casa, cuán esmerado y bondadoso seas con tu cuerpo, cuán limpio estés, hasta con tu timbre de voz se reconoce ese amor por uno mismo y que claramente puedes dar a los demás. Hay que agudizar los ojos y los oídos para reconocer ese amor.
-Falta mucho de eso parece...
-Sí y la invitación es a que nos pongamos más críticos con nosotros mismos. Ser generosos, evaluar qué tan amable soy conmigo y con los demás. Nos comportamos como hienas y deberíamos comportarnos como leones.
-¿Pero se da algún gustito?
-No, lo único que hago es esgrima, buceo, nado y voy a escalar a un muro, pero estoy parado hace cuatro meses porque me esguincé el pie izquierdo. El resto es simple: hago todos los días en la casa unos ejercicios de elongación, flexiones de brazos que me ayudan a tener mi cuerpo fuerte para pararme cada día. Y así como yo puedo caminar y hacer todo eso, ¿cómo la gente no va a poder apretar un botón desde su casa y donar para la Teletón?
-¿Qué piensa de la Teletón de este año?
-El otro día un amigo me preguntó lo mismo y agregó que iba a estar difícil por todo lo que ha pasado (en el país), más este virus y yo pensé que quizás hay que hacer algo más sensato: que no hay que ayudar una vez al año, sino que ayudar durante todo el año. Que esos empresarios que donan mil millones de una vez, lo hagan en 12 cuotas en el año. Pienso que es una buena idea, que me llamen los de la Teletón para asesorarlos, jajajá.
Hoy tiene 39 años y no pudo revivir ese instante viéndose por televisión, pero dice que "lo bueno es que ahora sí lo pudo ver el resto de la gente porque están todos encerrados en sus casas y pudieron ver mi mensaje", bromea.
-Mucha gente lo comentó en Twitter, Sebastián.
-Ha pasado tanto tiempo que me parece bueno que se acuerden de mí. Todos estamos más viejos: yo ya tengo 39 y hay cosas que me cuestan un poco más hacer, como por ejemplo, si se me cae algo atrás del librero me cuesta más agacharme. Siento que para algunos quedé congelado en el tiempo con esa aparición en la Teletón, siempre joven, pero ha pasado mucha agua bajo el puente.
-¿Qué ha sido de usted?
-Cuando aparecí en la Teletón estaba estudiando comunicación audiovisual en la Uniacc, pero me salí porque era una pasarela. Me cambié a la Escuela de Cine, que era un asado permanente. Me titulé ahí y rechacé muchas ofertas de trabajo en la televisión porque estaba estudiando. Ahora me arrepiento un poco, pero también pienso que la tele pone a la gente medio tonta.
-¿Y qué hace en su vida diaria?
-Vivir, poh.
-¿No es lo que hacemos todos?
-Me refiero a vivir bien, tranquilo.
-Eso es otra cosa. ¿Tiene alguna fórmula?
-Hay que pensar en llegar a la cima. Ese es mi propósito: llegar a la cima, y creo que el de todos, pero algunos son medio pasteles y se van por el camino fácil, el más planito y eso incluye vicios, desorden. Creo que para estar bien primero hay que ser ordenado con uno mismo y eso llevarlo a la vida diaria: levantarse, hacer la cama, ducharse, limpiar todos los días, ordenar, comer bien. Eso es lo indispensable para vivir bien.
-¿Qué tiene que ver el aseo, Sebastián?
-Es que no se trata de un orden de que quede bonito, sino que de cómo tratas a tu casa, cuán esmerado y bondadoso seas con tu cuerpo, cuán limpio estés, hasta con tu timbre de voz se reconoce ese amor por uno mismo y que claramente puedes dar a los demás. Hay que agudizar los ojos y los oídos para reconocer ese amor.
-Falta mucho de eso parece...
-Sí y la invitación es a que nos pongamos más críticos con nosotros mismos. Ser generosos, evaluar qué tan amable soy conmigo y con los demás. Nos comportamos como hienas y deberíamos comportarnos como leones.
Deportista
Sebastián dice que aplica lo del orden. El departamento en que vive en Plaza de Armas está de punta en blanco y sólo hay un trapeador tirado por ahí. "Este departamento me lo regalaron, así es que sólo pago los gastos comunes de $36.000, que incluyen agua. No tengo mayores gastos ni aspiraciones, así es que con lo que me da mi papá, que es quien me ayuda, me alcanza de sobra".-¿Pero se da algún gustito?
-No, lo único que hago es esgrima, buceo, nado y voy a escalar a un muro, pero estoy parado hace cuatro meses porque me esguincé el pie izquierdo. El resto es simple: hago todos los días en la casa unos ejercicios de elongación, flexiones de brazos que me ayudan a tener mi cuerpo fuerte para pararme cada día. Y así como yo puedo caminar y hacer todo eso, ¿cómo la gente no va a poder apretar un botón desde su casa y donar para la Teletón?
-¿Qué piensa de la Teletón de este año?
-El otro día un amigo me preguntó lo mismo y agregó que iba a estar difícil por todo lo que ha pasado (en el país), más este virus y yo pensé que quizás hay que hacer algo más sensato: que no hay que ayudar una vez al año, sino que ayudar durante todo el año. Que esos empresarios que donan mil millones de una vez, lo hagan en 12 cuotas en el año. Pienso que es una buena idea, que me llamen los de la Teletón para asesorarlos, jajajá.