Algunos pueden considerar que, como no tiene una oferta de primera necesidad,
seguramente es otra industria que será víctima de los efectos de la pandemia. Desde
los sexshop dicen que la realidad es otra. En época de cuarentena sus ventas han
crecido exponencialmente gracias a que la mayoría de las empresas tiene
desarrollado el ecommerce y porque se han sumado más clientes por el
confinamiento obligado o voluntario.
José Montero, dueño de la cadena Starsex, con locales en Santiago Centro y Providencia, cuenta que han tenido que cerrarlos por las cuarentenas obligadas en esas comunas, pero que pese a que las ventas físicas han sido malas, la comercialización por internet las han compensado por lejos: "Si en promedio vendíamos por internet unos 60 productos diarios, ahora estamos llegando entre 1 60 y 200 diarios, más de un 200 por ciento de alza ", asegura.
Clientes que iban a sus tiendas optaron por adquirir por internet, pero también personas que se han incorporado al consumo del sexshop ayudan al incremento de las ventas en época de encierro. "Nos hemos dado cuenta que cuando entra en cuarentena una comuna hay más demanda desde esa comuna, eso nos pasó en Santiago y cuando se inició en Temuco empezaron los pedidos desde allá", cuenta Montero.
No se atreve a decir el perfil de nuevo público que ha ganado por el confinamiento, pero sospecha de que es variado. "La rutina, el encierro, pueden estar llevando a las parejas a atreverse con cosas distintas, pero también porque la soltera o el soltero, que no puede juntar con su pareja por la cuarentena, está innovando. Uno se da cuenta por los tipos de juguetes que han subido las ventas, como por ejemplo los masturbadores masculinos, que antes se pedían menos", comenta Montero.
Jane Morgan, dueña de la tienda Japijane, dice que marzo y abril por lo general son malos para las ventas, que tienen su peak en febrero, para la celebración del Día de Los Enamorados y en diciembre para Navidad. "Pero estos días de cuarentena, las ventas se parecen a esos mejores meses, son comparables, lo que nos tiene sorprendidos", dice. Claro que en su caso de los nuevos clientes, el 70% son mujeres.
-¿Qué está pasando?
-Están comprando más solteras y solteros y también parejas porque en el encierro la líbido baja bastante, no hay mucho espacio propio, pasan todos los días juntos, lo que no es muy bueno para tener fantasías y acuden a los juguetes.
Pero también, cuenta Jane Morgan, que el distanciamiento de algunas parejas, que no se pueden ver por la cuarentena, ha ayudado a vender juguetes que se manejan a distancia, como el vibrador Lush 2.0, que cuesta $109.990 (hay otra versión a 99.000 pesos). Viene con una aplicación que se baja a los celulares y a través de ella uno de los dos pide autorización para contactarse. "En la aplicación se pueden manejar las vibraciones del juguete. Las parejas pueden hablar por chat o hacer videollamadas. Es un juguete que se conoció porque se usa en las películas pornos", explica.
Juan Mejías, dueño del sexshop Apasionados, ubicado en Las Rejas Norte 22, que aún no le ha tocado cerrar por cuarenta, cuenta que también ha llegado más gente al local y que lo que más piden son lubricantes y vibradores. "Pero por internet las ventas han crecido un 400 por ciento más o menos y se vende todo tipo de juguetes", asegura.
"Uno de los juguetes que se han empezado a pedir bastante es el vibrador Flamingo (cuesta 79.990 pesos), que se puede manejar a distancia a través de un chat control. Si tiene internet se conecta con la pareja, le mandan una invitación para conectar y una vez conectados, la pareja en la aplicación puede activar la vibración en distintos niveles y empieza el jugueteo", finaliza Mejías.
José Montero, dueño de la cadena Starsex, con locales en Santiago Centro y Providencia, cuenta que han tenido que cerrarlos por las cuarentenas obligadas en esas comunas, pero que pese a que las ventas físicas han sido malas, la comercialización por internet las han compensado por lejos: "Si en promedio vendíamos por internet unos 60 productos diarios, ahora estamos llegando entre 1 60 y 200 diarios, más de un 200 por ciento de alza ", asegura.
Clientes que iban a sus tiendas optaron por adquirir por internet, pero también personas que se han incorporado al consumo del sexshop ayudan al incremento de las ventas en época de encierro. "Nos hemos dado cuenta que cuando entra en cuarentena una comuna hay más demanda desde esa comuna, eso nos pasó en Santiago y cuando se inició en Temuco empezaron los pedidos desde allá", cuenta Montero.
No se atreve a decir el perfil de nuevo público que ha ganado por el confinamiento, pero sospecha de que es variado. "La rutina, el encierro, pueden estar llevando a las parejas a atreverse con cosas distintas, pero también porque la soltera o el soltero, que no puede juntar con su pareja por la cuarentena, está innovando. Uno se da cuenta por los tipos de juguetes que han subido las ventas, como por ejemplo los masturbadores masculinos, que antes se pedían menos", comenta Montero.
Jane Morgan, dueña de la tienda Japijane, dice que marzo y abril por lo general son malos para las ventas, que tienen su peak en febrero, para la celebración del Día de Los Enamorados y en diciembre para Navidad. "Pero estos días de cuarentena, las ventas se parecen a esos mejores meses, son comparables, lo que nos tiene sorprendidos", dice. Claro que en su caso de los nuevos clientes, el 70% son mujeres.
-¿Qué está pasando?
-Están comprando más solteras y solteros y también parejas porque en el encierro la líbido baja bastante, no hay mucho espacio propio, pasan todos los días juntos, lo que no es muy bueno para tener fantasías y acuden a los juguetes.
Pero también, cuenta Jane Morgan, que el distanciamiento de algunas parejas, que no se pueden ver por la cuarentena, ha ayudado a vender juguetes que se manejan a distancia, como el vibrador Lush 2.0, que cuesta $109.990 (hay otra versión a 99.000 pesos). Viene con una aplicación que se baja a los celulares y a través de ella uno de los dos pide autorización para contactarse. "En la aplicación se pueden manejar las vibraciones del juguete. Las parejas pueden hablar por chat o hacer videollamadas. Es un juguete que se conoció porque se usa en las películas pornos", explica.
Juan Mejías, dueño del sexshop Apasionados, ubicado en Las Rejas Norte 22, que aún no le ha tocado cerrar por cuarenta, cuenta que también ha llegado más gente al local y que lo que más piden son lubricantes y vibradores. "Pero por internet las ventas han crecido un 400 por ciento más o menos y se vende todo tipo de juguetes", asegura.
"Uno de los juguetes que se han empezado a pedir bastante es el vibrador Flamingo (cuesta 79.990 pesos), que se puede manejar a distancia a través de un chat control. Si tiene internet se conecta con la pareja, le mandan una invitación para conectar y una vez conectados, la pareja en la aplicación puede activar la vibración en distintos niveles y empieza el jugueteo", finaliza Mejías.