En la correspondencia de la revista científica "Nature Medicine" (httpsugo.nature.com/390ROdJ) -una sección en que los científicos proponen temas de discusión- investigadores de las universidades de Columbia, Edimburgo, Sydney y otras, publicaron un artículo que argumenta por qué el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-1 9, tiene su origen en la naturaleza, a través de la selección natural, donde sobrevive el más fuerte o el que mejor se adapta. Y descarta con evidencia contundente la teoría conspirativa que asegura que el virus fue creado en un laboratorio.
Origen natural
El artículo indica que el SARS-CoV-2 coincide con el virus presente en una especie de murciélagos chinos en un 96 por ciento. Ese 4 por ciento restante, explica la viróloga Nicole Tischler, equivale a una parte del nuevo coronavirus que justamente es la llave de acceso a la puerta de las células humanas.Tischler cuenta que cuando algo nuevo aparece en la naturaleza, lo primero que se hace es secuenciar su genoma, su información genética. En humanos es el equivalente del ADN. "Uno lo analiza y ve en qué se asemeja a lo que ya conocemos. Los científicos encontraron que el genoma se asemeja al de los betacoronavirus. Y dentro de ellos, se parece mucho más al coronavirus que tienen los murciélagos de Wuhan en China", detalla la investigadora de la Fundación Ciencia y Vida.
Agrega que el estudio corroboró que tiene la misma llave para entrar a la cerradura de las células humanas. Pero cómo mete la llave es lo distinto. Ese sistema, que es diferente, permitió que el virus se anclara a las células humanas. Evolucionó. Mutó.
"La punta de la llave, que es lo que primero entra en una cerradura y lo que importa para que infecte a los humanos, es idéntica a la de un coronavirus presente en los pangolines. Ese es el primer argumento que usan para decir que el virus proviene de la naturaleza y no de un laboratorio", menciona la asesora de la Sociedad Chilena de Microbiología.
Tischler cuenta que el artículo describe que el coronavirus ancestral de los pangolines (que los infectó a ellos) probablemente hizo un proceso parecido al del virus SARS-CoV-2. "Por eso dicen que fue un proceso natural y no inventado. Es un mecanismo típico de adaptación", destaca.
Más argumentos
Además del argumento explicado en el artículo publicado en "Nature Medicine", que trata sobre el origen natural del virus, el virólogo Ricardo Soto-Grifo destaca otras dos razones que evidencian que el SARS-CoV-2 no fue creado en un laboratorio.El virólogo e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile explica que las cabezas de las puntas que le dan forma de corona al nuevo coronavirus tienen un mecanismo que les permite esconderse del sistema inmune humano.
Agrega que la única forma que tiene el virus para evolucionar y llegar a tener esa característica es por medio de una presión del sistema inmune. Para eso, asegura Soto-Rifo, si los científicos hubieran querido crearlo en un laboratorio debieron haberse inyectado el virus, lo que es extremadamente brutal. "Nadie haría eso. Es muy difícil que a alguien se le haya ocurrido hacer todo esto para hacer un virus tan infectivo", destaca.
Dos posibilidades
Alejandro Dinamarca, investigador del Centro de Micro Bioinnovación de la Universidad de Valparaíso, dice que como toda forma de vida, los virus no escapan a los principios de la evolución darwiniana.Dinamarca asegura que los científicos establecieron dos posibilidades sobre el origen del virus. "La primera es que el SARS-CoV-2 evolucionó por selección natural en un hospedero animal para luego pasar a humanos (zoonosis), mientras que la segunda es que el virus sufrió un proceso de selección natural en humanos. Esto último implicaría que a nivel global posiblemente el virus ya circulaba (sin generar síntomas), mutó y se dio origen a la pandemia", finaliza.