El regreso de Leonardo, el villano máximo de "Verdades ocultas" interpretado por
Carlos Díaz que había muerto en el capítulo del 31 de diciembre luego de que le
dispararan a quemarropa y que ahora reapareció con grandes cicatrices en su rostro,
no es el único giro inverosímil que ha incluido la teleserie de Mega. La cirugía de
cambio de rostro gracias al que Javiera Díaz de Valdés tomó el puesto de Carmen
Zavala y la salvada milagrosa de Ricardo (Julio Jung Jr.), tras ser agredido por su
hermano Leonardo, son algunos de los ejemplos.
Pese a lo poco creíble de la vuelta del perverso Leonardo, el público celebró llenando de memes, comentarios y teorías las redes sociales. El episodio promedió 20,7 puntos de sintonía. ¿Por qué la audiencia sigue tan engachada a una historia llena de giros locos y que en julio cumple tres años al aire?
Kika Silva se declara seguidora de "Verdades ocultas", que promedia 20,4 unidades desde que empezó el 24 de julio de 2017 hasta ahora. La modelo cuenta que "pese a que tiene estos giros irreales, el resto es súper cotidiano. Uno ve gente normal, obviando estas cosas ficticias. Tiene muchas historias diferentes, amor y drama. Enganché con la teleserie, no me molesta ver estos sucesos tan fantásticos, no me hacen ruido", asegura.
El publicista Roberto Arancibia sostiene que "al parecer, en este caso la ficción superó cualquier realidad medianamente razonable, pero la gente necesita una válvula de escape. Estos vuelcos les producen risa y la siguen viendo por morbo, para ver con qué van a salir ahora". Y agrega que "yo te puedo asegurar que los libretistas están muy atentos a lo que se dice al respecto en las redes sociales porque siempre ahí puede haber un spin-off interesante que no es mala idea incorporar. Se van tanto al chancho que al final la gente se sigue divirtiendo, creo que muy pocos abandonaron la teleserie cuando llegó a algún límite lógico porque sigue teniendo buen rating. El público quiere contenido fácil y digerible, y aunque se ría un poco sabe que se trata de una ficción", dice.
El sociólogo Carlos Porter, director de la agencia Porter Advertising, plantea que "lo que buscan los creadores es construir relevancia, que es aún más importante que captar audiencia, porque es todo aquello que provoca recordación". Agrega que "lo que busca este personaje es generar conflicto, que es lo que mueve la historia. Lo que les importa a los medios es el nivel de recordación, es decir, cuántas veces te comentan y si te comentan el objetivo está cumplido, sin mencionar la calidad del producto. Hoy en día los programas de TV continúan en las redes sociales".
El director de la carrera de periodismo en la Universidad Andrés Bello, Pablo Laplace, advierte que "la teleserie se sostiene en la aceptación de la fantasía por parte del público. Es lo mismo que ocurría en los años 70 cuando hubo una proliferación de monstruos que querían destruir el mundo y eran bastante precarios, con unos decorados mal hechos, pero la audiencia los aceptaba con beneplácito porque había una satisfacción detrás, que era el entretenimiento, se produce una gratificación. Esto también se podría comparar con lo que ocurrió con Jon Snow, al que tuvieron que resucitar en Game of Thrones . Aunque sea lo más inverosímil, yo lo agradezco porque me sirve para distraerme. En el fondo lo agradeces porque te entregan lo que quieres ver", concluye.
Pese a lo poco creíble de la vuelta del perverso Leonardo, el público celebró llenando de memes, comentarios y teorías las redes sociales. El episodio promedió 20,7 puntos de sintonía. ¿Por qué la audiencia sigue tan engachada a una historia llena de giros locos y que en julio cumple tres años al aire?
Kika Silva se declara seguidora de "Verdades ocultas", que promedia 20,4 unidades desde que empezó el 24 de julio de 2017 hasta ahora. La modelo cuenta que "pese a que tiene estos giros irreales, el resto es súper cotidiano. Uno ve gente normal, obviando estas cosas ficticias. Tiene muchas historias diferentes, amor y drama. Enganché con la teleserie, no me molesta ver estos sucesos tan fantásticos, no me hacen ruido", asegura.
El publicista Roberto Arancibia sostiene que "al parecer, en este caso la ficción superó cualquier realidad medianamente razonable, pero la gente necesita una válvula de escape. Estos vuelcos les producen risa y la siguen viendo por morbo, para ver con qué van a salir ahora". Y agrega que "yo te puedo asegurar que los libretistas están muy atentos a lo que se dice al respecto en las redes sociales porque siempre ahí puede haber un spin-off interesante que no es mala idea incorporar. Se van tanto al chancho que al final la gente se sigue divirtiendo, creo que muy pocos abandonaron la teleserie cuando llegó a algún límite lógico porque sigue teniendo buen rating. El público quiere contenido fácil y digerible, y aunque se ría un poco sabe que se trata de una ficción", dice.
El sociólogo Carlos Porter, director de la agencia Porter Advertising, plantea que "lo que buscan los creadores es construir relevancia, que es aún más importante que captar audiencia, porque es todo aquello que provoca recordación". Agrega que "lo que busca este personaje es generar conflicto, que es lo que mueve la historia. Lo que les importa a los medios es el nivel de recordación, es decir, cuántas veces te comentan y si te comentan el objetivo está cumplido, sin mencionar la calidad del producto. Hoy en día los programas de TV continúan en las redes sociales".
El director de la carrera de periodismo en la Universidad Andrés Bello, Pablo Laplace, advierte que "la teleserie se sostiene en la aceptación de la fantasía por parte del público. Es lo mismo que ocurría en los años 70 cuando hubo una proliferación de monstruos que querían destruir el mundo y eran bastante precarios, con unos decorados mal hechos, pero la audiencia los aceptaba con beneplácito porque había una satisfacción detrás, que era el entretenimiento, se produce una gratificación. Esto también se podría comparar con lo que ocurrió con Jon Snow, al que tuvieron que resucitar en Game of Thrones . Aunque sea lo más inverosímil, yo lo agradezco porque me sirve para distraerme. En el fondo lo agradeces porque te entregan lo que quieres ver", concluye.