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Adriana Barrientos subió 7 kilos en cuarentena
Asia es una bulldog francés de dos años. Vive junto a la modelo Adriana Barrientos, en un departamento ubicado en el barrio El Golf, en Las Condes. Asia es una mascota acostumbrada a dar extensos paseos, uno en la mañana y otro en la tarde. Y todos los días. Pero las medidas de precaución impuestas por el coronavirus la han limitado. Esto ha provocado consecuencias en Asia. Pero, por sobre todo, en Adriana: "Mi vida ha cambiado muchísimo", dice la modelo, quien confiesa haber subido siete kilos en dos meses.

"Mi rutina comenzaba con levantarme, ponerme unas calzas, un peto, agarrar un litro de agua y bajar al gimnasio que está en mi edificio. Ahí hacía 30 minutos de elíptica y cinco series de 100 abdominales. Toda la rutina me tomaba una hora. Pero el 9 de marzo, cuando extendieron la cuarentena en Las Condes, cerraron los espacios comunes: el gimnasio, la piscina; desde ese día que estoy sin hacer ningún tipo de actividad física", detalla.

-¿Cómo era la rutina que compartían con Asia?
-Luego del gimnasio, llegaba a la casa, me duchaba, tomaba un rico desayuno y salíamos a caminar. La caminata era de una hora. Y salíamos todos los días. Comenzábamos donde vivo, que es el barrio El Golf, hasta por lo menos Avenida Vitacura, de ida y regreso; más o menos dos kilómetros. En la tarde íbamos a algún parque, como el Araucano, y lo recorríamos entero. Pero con la cuarentena podíamos salir sólo media hora (dos veces al día).

-Caminaban harto.
-Yo no me daba cuenta de que con esa caminata quemaba muchas calorías. Nunca pensé que el paseo de mi mascota me ayudaba a mantenerme en forma. Es una vida muy sana y deportista que inconscientemente estaba haciendo.

-¿Subió de peso en cuarentena?
-En cuarentena, debía cambiarme de ropa cada vez que regresaba de pasear a mi perrita. Empecé a usar todos los jeans que tenía y no hubo ningún problema la primera semana; ya la segunda, empezaron a entrarme con dificultad; y a la tercera semana, simplemente no me subieron más los pantalones. Me asusté. Vi poco a poco cómo iba subiendo de peso. Yo tengo la costumbre de pesarme, empecé la cuarentena con 53 kilos; ahora peso 60.

-¿Come más que antes?
-No. Mantengo un orden en mi dieta. No tengo problemas de que si me pongo nerviosa, me pongo a comer, o de aburrimiento; tan tentada no soy. Hoy desayuné una taza de quaker con un poquito de leche y con un plátano picado; eso lo acompañé con un café. De almuerzo voy a comer pastas a la huancaína con lomo saltado, que es comida peruana. En general no cocino. Siempre mando a pedir la comida, me la traen de restoranes. Me preocupo de comer súper bien y me gusta comer rico. No como mucho, pero como bien rico.

-¿Piensa hacer dieta?
-No estoy dispuesta a disminuir la cantidad de comida. Me da miedo de que si bajo la cantidad de comida, voy a tener menos calorías. Y -ni dios lo quiera- si me llego a enfermar, debo estar con todas las fuerzas para poder enfrentar una enfermedad tan terrible como la del coronavirus. Entonces este no es un momento para ponerme a hacer dieta.

-¿Qué hizo con la ropa que ya no le queda?
-Con un amigo hicimos una venta de clóset. Pero los chalecos y los pantalones se fueron entre $5.000 y $20.000, más que eso no. Entonces no tiene mucho sentido. Creo que con todo lo que vendí habré ganado $250.000 y eran cinco maletas de ropa.

-¿Compró ropa nueva?
-Compré unas prendas para verme bonita con mi nuevo cuerpo, con mi nueva figura. Los pantalones que tengo, que son dos tallas más chicas, se ven espantosos con los rollitos saliéndose para el lado. Así que compré por internet pantalones que son de mi nueva talla, chalecos que son muchos más anchos que me permiten lucir una figura delgada y bien estilizada. Agradezco que en este minuto no esté trabajando de modelo, sino sería súper complicado, porque los modelos en general son para chicas talla 36 y en este momento yo estoy en talla 40. Voy a esperar que todo se solucione para volver a hacer deporte y hacer esas largas caminatas con mi perrita, y así poder recuperar la vida saludable que teníamos antes.

-¿Su mascota también subió de peso?
-También. Ella era una perrita que estaba súper en forma, era puro músculo; ahora la pobrecita es gordita y es como blandita. Así que, pucha, mamá e hija nos vimos súper perjudicadas físicamente en esta cuarentena. Pero creo que no somos las únicas que hemos subido de peso. Me da la sensación de que muchas personas han subido.

-A usted le gusta salir a bailar. ¿Cómo lo hace ahora?
-Me encanta salir a bailar. Creo que eso, aunque no lo creas, también te ayuda a bajar de peso. Estar bailando desde la una hasta las cinco de la madrugada, claramente ayuda. ¡Ahora estoy todas las noches en reposo! Antes salía el jueves y me encantaba. Los sábados y los domingos tenía eventos, y en los eventos también bailaba. Increíble lo que uno baja de peso bailando; además yo no tomo alcohol. ¡He engordado por no salir a bailar! He engordado y además lo he pasado mal.

-¿Por qué mal?
-Porque cuando salgo a bailar conozco chicos guapos, me entretengo; entonces uno, haces deportes; y dos, beneficia la salud sicológica.

Adriana, en todo caso, puede estar tranquila.

Según el nutricionista Jorge Peña, quien cursa un doctorado en Nutrición, "un alza violenta de peso en una persona como Adriana no es significativa, porque se puede corregir. Si sigue subiendo sostenidamente, ahí podría ser perjudicial. Sí le podría afectar en su trabajo, porque podría generar un conflicto con la imagen corporal".

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