El karateca chileno Camilo Velozo recuerda que conoció a Anastasia Miastkovska
en un campamento de entrenamiento en Lviv, Ucrania, a principios de 2018. Le llamó
la atención de inmediato, dice, porque "era colorina", pero ella dio el primer paso. "Me
gustó su sonrisa apenas lo vi. Pensé: ¿quién es este chico? Luego lo busqué en
Instagram y le hablé. No fue tan difícil", rememora la joven. Su romance avanzó de
golpe: en 2019 se casaron y en marzo ella se vino a Chile.
Anastasia fue campeona europea de karate en 2017 y es profesora de educación física y técnica deportiva. Velozo, quien fue bronce en el Mundial de Karate en 201 8, se ríe al recordar su primera cita: se tomó una cerveza al seco antes para agarrar confianza. "Un día, en esas semanas de entrenamiento, la invité a comer sushi, pero la Anastasia no comió porque estaba haciendo el peso para una competencia. Antes de salir, mis compañeros Germán Charpentier y Rodrigo Rojas me dijeron que me tomara unas cervezas para que me fluyera el inglés, así que me tomé una cerveza al seco y partí. Y bueno, me alcanzó para tener una segunda cita", relata el deportista.
Velozo se declaró a Anastasia en una fiesta. Ella le preguntó si estaba loco. "Primero me preguntó por qué era tan atento. Ahí le dije que me gustaba. Era difícil porque mi inglés era precario en ese momento. Después me preguntó si estaba loco, si había visto dónde estaba Ucrania y dónde estaba Chile en el mapa y cómo imaginaba la relación. No sabía, pero lo quería intentar", recuerda Camilo. Esa noche se quedaron conversando hasta las 7 AM. "Anastasia me dijo que también lo quería intentar. En Ucrania no se piden pololeo, la relación parte desde el primer beso", añade. Después de esas tres semanas, se despidieron en un aeropuerto y se reencontraron en julio de ese año.
Las múltiples competencias del karate los juntaron en varias partes del mundo: en Berlín, Madrid, Shanghái, París, Dubái, Salzburgo, Moscú, entre otros lugares. "Ha sido como un cuento de hadas", dice Anastasia.
Pero en su relación a distancia hubo reglas claras desde un principio. funcionara esta relación teníamos claro que no podíamos ser celosos, mayor parte del tiempo no íbamos a estar juntos. Ser celosos iba a confianza. Nunca hemos tenido peleas por celos", dice Camilo. "Para que porque la romper la Hasta que en septiembre del año pasado, en una pieza de hotel en Tokio, Camilo le pidió matrimonio con un collage gigante. "Habíamos tirado un par de tallas al respecto y decíamos que nos conocíamos de toda la vida. Se lo propuse y se puso a lloran Pero primero les pedí permiso a sus papás. Me preguntaron si iba a ser un buen esposo. Les dije que sí", relata Camilo.
Se casaron en el Aeropuerto Internacional de Lviv, el 24 de octubre. "En mi ciudad hay un programa para quienes quieren casarse muy rápido. Se puede hacer en el aeropuerto, en un estadio o en un parque. Elegimos el aeropuerto porque era lo más significativo para nosotros", cuenta Anastasia.
El plan de Camilo, quien fue medalla de plata en los Panamericanos de Lima 2019, era irse a vivir a Ucrania, pero desde su federación le pidieron que siguiera preparándose en Chile. Dice que lo aceptó, pensando en su carrera (espera clasificar a Tokio 2020) y aprovechó de retomar sus estudios de ingeniería comercial.
Anastasia empezó a tener problemas con su coach este año, luego vino la pandemia y decidió agarrar sus cosas, abandonar su ciudad, Lviv, e iniciar una nueva vida en este lado del mundo.
Llegó a Chile el 24 de marzo, en su tercera vez en el país (antes vino para las Fiestas Patrias 2018 y el último Año Nuevo), y ahora está en trámite su visa de residencia. Acá le gustaría enseñar karate a niños. En La Florida viven con los papás de Camilo y sus hermanos Santiago e Iñaki. Por razones obvias, no ha podido conocer mucho de Chile, pero le gusta la gente y el clima. "La gente es muy amable, no tienen problemas en sonreír y ayudar. En Ucrania son más cerrados", asegura la joven.
Hablan principalmente en inglés, pero el idioma sigue siendo una barrera. "Es difícil llevar esta relación en tres idiomas. Hay cosas que me gustaría explicar en español, pero tampoco puedo impregnarlas en el inglés, así como a ella le gustaría decirme ciertas cosas en ucraniano. A veces no nos entendemos y es complicado cuando tenemos diferencias de opinión. Yo soy más enojón y ella es más testaruda", cuenta Camilo. ¿En qué temas chocan como pareja? "iEn la cocina!", grita Anastasia al teléfono. Ambos tienen 24 años.
Anastasia no se arrepiente de su decisión. "Cambié mi vida en cuatro días. Fue una forma de expresar amor. La carrera deportiva es algo que puede terminar rápido o lento, pero al fin y al cabo va a terminar en un momento y la familia siempre va a estar contigo. Allá tenía trabajo, entrenamiento, pero no tenía a la persona que más necesitaba", asegura.
Lo único que no encuentra en Chile es la smetana, una crema agria que no puede faltar en las comidas en Europa del Este. "Reclama porque no la tenemos acá", la echa al agua Camilo.
Anastasia fue campeona europea de karate en 2017 y es profesora de educación física y técnica deportiva. Velozo, quien fue bronce en el Mundial de Karate en 201 8, se ríe al recordar su primera cita: se tomó una cerveza al seco antes para agarrar confianza. "Un día, en esas semanas de entrenamiento, la invité a comer sushi, pero la Anastasia no comió porque estaba haciendo el peso para una competencia. Antes de salir, mis compañeros Germán Charpentier y Rodrigo Rojas me dijeron que me tomara unas cervezas para que me fluyera el inglés, así que me tomé una cerveza al seco y partí. Y bueno, me alcanzó para tener una segunda cita", relata el deportista.
Velozo se declaró a Anastasia en una fiesta. Ella le preguntó si estaba loco. "Primero me preguntó por qué era tan atento. Ahí le dije que me gustaba. Era difícil porque mi inglés era precario en ese momento. Después me preguntó si estaba loco, si había visto dónde estaba Ucrania y dónde estaba Chile en el mapa y cómo imaginaba la relación. No sabía, pero lo quería intentar", recuerda Camilo. Esa noche se quedaron conversando hasta las 7 AM. "Anastasia me dijo que también lo quería intentar. En Ucrania no se piden pololeo, la relación parte desde el primer beso", añade. Después de esas tres semanas, se despidieron en un aeropuerto y se reencontraron en julio de ese año.
Las múltiples competencias del karate los juntaron en varias partes del mundo: en Berlín, Madrid, Shanghái, París, Dubái, Salzburgo, Moscú, entre otros lugares. "Ha sido como un cuento de hadas", dice Anastasia.
Pero en su relación a distancia hubo reglas claras desde un principio. funcionara esta relación teníamos claro que no podíamos ser celosos, mayor parte del tiempo no íbamos a estar juntos. Ser celosos iba a confianza. Nunca hemos tenido peleas por celos", dice Camilo. "Para que porque la romper la Hasta que en septiembre del año pasado, en una pieza de hotel en Tokio, Camilo le pidió matrimonio con un collage gigante. "Habíamos tirado un par de tallas al respecto y decíamos que nos conocíamos de toda la vida. Se lo propuse y se puso a lloran Pero primero les pedí permiso a sus papás. Me preguntaron si iba a ser un buen esposo. Les dije que sí", relata Camilo.
Se casaron en el Aeropuerto Internacional de Lviv, el 24 de octubre. "En mi ciudad hay un programa para quienes quieren casarse muy rápido. Se puede hacer en el aeropuerto, en un estadio o en un parque. Elegimos el aeropuerto porque era lo más significativo para nosotros", cuenta Anastasia.
El plan de Camilo, quien fue medalla de plata en los Panamericanos de Lima 2019, era irse a vivir a Ucrania, pero desde su federación le pidieron que siguiera preparándose en Chile. Dice que lo aceptó, pensando en su carrera (espera clasificar a Tokio 2020) y aprovechó de retomar sus estudios de ingeniería comercial.
Anastasia empezó a tener problemas con su coach este año, luego vino la pandemia y decidió agarrar sus cosas, abandonar su ciudad, Lviv, e iniciar una nueva vida en este lado del mundo.
Llegó a Chile el 24 de marzo, en su tercera vez en el país (antes vino para las Fiestas Patrias 2018 y el último Año Nuevo), y ahora está en trámite su visa de residencia. Acá le gustaría enseñar karate a niños. En La Florida viven con los papás de Camilo y sus hermanos Santiago e Iñaki. Por razones obvias, no ha podido conocer mucho de Chile, pero le gusta la gente y el clima. "La gente es muy amable, no tienen problemas en sonreír y ayudar. En Ucrania son más cerrados", asegura la joven.
Hablan principalmente en inglés, pero el idioma sigue siendo una barrera. "Es difícil llevar esta relación en tres idiomas. Hay cosas que me gustaría explicar en español, pero tampoco puedo impregnarlas en el inglés, así como a ella le gustaría decirme ciertas cosas en ucraniano. A veces no nos entendemos y es complicado cuando tenemos diferencias de opinión. Yo soy más enojón y ella es más testaruda", cuenta Camilo. ¿En qué temas chocan como pareja? "iEn la cocina!", grita Anastasia al teléfono. Ambos tienen 24 años.
Anastasia no se arrepiente de su decisión. "Cambié mi vida en cuatro días. Fue una forma de expresar amor. La carrera deportiva es algo que puede terminar rápido o lento, pero al fin y al cabo va a terminar en un momento y la familia siempre va a estar contigo. Allá tenía trabajo, entrenamiento, pero no tenía a la persona que más necesitaba", asegura.
Lo único que no encuentra en Chile es la smetana, una crema agria que no puede faltar en las comidas en Europa del Este. "Reclama porque no la tenemos acá", la echa al agua Camilo.