Ugarte, jefe del Servicio de Pacientes Críticos de la Clínica Indisa, está probando, junto a otros expertos de ese recinto y de la Universidad Andrés Bello, tratar a pacientes contagiados suministrándoles ivermectina, antiparasitario comúnmente usado en el tratamiento de la pediculosis y la rosácea.
Estudios celulares a cargo de científicos de la Universidad de Moash (Melbourne, Australia) probaron en ensayos in vitro que este medicamento lograba frenar casi en un 99,8% la reproducción del virus en células humanas luego de 48 horas.
Con este antecedente, Ugarte y su equipo se lanzaron a inicios de abril a probar los efectos del remedio. Ya llevan más de 55 pacientes y los testeos se han extendido hasta las últimas semanas de mayo.
"Elaboramos un protocolo y se lo presentamos al comité científico de la Clínica Indisa. El comité tuvo que revisarlo y darle los vistos buenos; nos presentaron correcciones, observaciones y así fueron pasando los días. Cuando tuvimos la aprobación de ellos, se lo presentamos al comité de ética científica de la Universidad Andrés Bello. Nos aprobaron el estudio y ahí comenzamos a tratar a los pacientes. Los tratamos con ivermectina en el primer día de hospitalización. Todos tenían enfermedades severas, estaban hospitalizados en camas críticas, que es lo que yo manejo, y estaban graves o aún más graves", comenta el especialista.
Ugarte prosigue: "¿Qué es lo que vimos? A las 48 horas de haber dado la ivermectina, medimos una nueva PCR a los pacientes para ver si seguían eliminando virus o no. Sabemos que podrían haber destruido el virus y todavía eliminar un poco más, porque tú ves que quedan fragmentos de virus que las personas eliminan, aunque no sean infecciosos, pero igual medimos a las 48 horas y, sorpresa, el 85% de los pacientes que recibieron ivermectina, arrojó PCR negativa. Además, esto se asoció a la disminución de la mortalidad, mejoría de la oxigenación sanguínea, etcétera".
De bajo costo
Aprobada para su uso en humanos hace más de 40 años como antiparasitario, avalada por organismos por la Agencia de Medicamentos y Alimentación (FDA, EE.UU.) y la Organización Mundial de la Salud, el doctor Sebastián Ugarte describe a la ivermectina como un fármaco con efectos adversos bajos. Está en todos los países, su uso es seguro y de bajo costo ($5.000 aproximadamente la dosis por persona). "No es experimental. Está libre de patentes, por lo que se puede fabricar como genérico sin pagar mayor precio. Está fácilmente disponible y es bien tolerado en las dosis habituales, que son 200 microgramos por kilo. Esto fue lo que se administró en los pacientes con Covid-19 confirmada vía oral, en cápsulas y gotitas".El médico aclara que los resultados de su estudio son preliminares, pero apunta a que fueron reportados a las autoridades de salud: su eventual uso en pacientes con coronavirus podría disminuir hasta seis veces la tasa de mortalidad si se suministra apenas se realice el diagnóstico. "No es un medicamento para darlo casi al final de la enfermedad cuando el paciente está ya grave. Lo ideal es darlo altiro, apenas se diagnostica. Y si se da cuando una persona ya está conectada a ventilación mecánica, la tasa de mortalidad disminuye a tres", comenta sobre el fármaco que en Bolivia ya fue incluido dentro de la lista de medicamentos para frenar el Covid-19.
Eficacia antiviral
Luis Quiñones, director del Laboratorio de Carcinogénesis Química y Farmacogenética del Departamento de Oncología Básico Clínico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, confirma que hay evidencia científica de la efectividad de la ivermectina como antiviral."Se ha probado en otras patologías; por ejemplo, se probó in vitro y en pacientes con VIH. Se planteó que su mecanismo de acción inhibe a una enzima que se llama integrasa, que en el caso del VIH evita que el virus ingrese a la célula. Puede que en este caso sea algo nuevo y que ocurra también en esta enfermedad, por hacer una analogía. Y como dice el doctor Ugarte, mientras antes lo tratemos, mejor".
Quiñones llama a esperar con cautela los resultados de estudios clínicos; no solo por su eficacia, sino también por los eventuales efectos adversos. "Un antiparasitario es un pesticida. Los pesticidas, en general, son elementos que hay que manejar con mucho cuidado, porque si bien a veces no tienen efectos secundarios inmediatos, muchas veces tienen efectos secundarios a largo plazo", advierte. Entre esos efectos podrían encontrarse problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos) y teratogénesis (malformaciones fetales).
Coincide Jaime Labarca, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Católica. "Cuando quieres probar con mayor fuerza la efectividad de un medicamento, tienes que hacer estudios intervencionales, en los cuales tú no sabes quién está recibiendo el medicamento y quién está recibiendo el placebo. El uso de ivermectina tiene que confirmarse con estudios de esta naturaleza para así comparar. Lo del doctor Ugarte es promisorio, pero es observacional: se describe cómo reaccionó un grupo o persona frente a un determinado medicamento, y se tiene que confirmar con otro tipo de estudio. Hay que comparar si al mismo momento el paciente que recibió el otro remedio o no recibió el remedio le pasó lo mismo", especifica.
"La ivermectina es una droga que puede ser útil, pero esto requiere ser confirmado con estos estudios que tienen una metodología que permiten confirmar con más certeza los hallazgos", cierra.
