En la madrugada del 5 de julio de 2015, después de los festejos en el Estadio
Nacional y La Moneda, Sergio Jadue durmió abrazado a la Copa América. La imagen
es brutal, perturbadora: esperamos noventa y nueve años para conseguir esa copa,
lloramos, peleamos, nos enojamos y, sobre todo, perdimos para llegar a eso. Cuántas
veces el sufrimiento fue la única respuesta a todas nuestras ilusiones y en esa noche
mágica el mejor derecho a sentirla como propia se lo arrogó el protagonista del
expediente judicial CR-1 5-570 en la corte de Nueva York (United States of America
against Sergio Jadue ).
"El Presidente", la serie de Amazon Prime Video con la versión chilena del Fifagate a estrenarse el 5 de junio, nos trae ahora de vuelta el rancio perfume de la corrupción en el fútbol. Jadue no es el pez gordo de la historia, pero tampoco el primero en ser devorado; incluso podría ser el último espécimen de ese tipo de cadenas alimenticias en las que quien sobrevive para contarlo es lo suficientemente pequeño para no ser aplastado por los depredadores más grandes durante su huida.
Nos van a mostrar la vida de un pillo en su escalada hacia lo que él mismo presentía como la montaña más alta. Una vez iba desde la ANFP a un encuentro en La Moneda y le ordenó a su chofer que se devolviera porque no tenía estacionamiento reservado en el palacio presidencial. En una ficción basada en hechos reales los detalles no tienen por qué ser verídicos, en todo caso; sólo necesitan ser verosímiles: la serie anuncia maletines con dinero, anillos de oro, nightclubs, whisky, un poco de droga, autos caros. Es la vida perfecta para quien tropezó un día cualquiera con el poder, sin haberlo merecido jamás.
Si no es real todo lo que nos van a mostrar de Jadue como personaje, pega en el poste. Estamos hablando del presidente del fútbol chileno que se fue del país el mismo día en que Chile jugaba un partido importante contra Uruguay en Montevideo y cuyo nombre volvió a aparecer hace unos días en la prensa mundial, esta vez como receptor de tres pagos irregulares por un total de 1,5 millones de dólares en el banco Hapoalim de Israel.
Pero Jadue también es humano. Según una crónica de Rodrigo Fluxá en la revista "Sábado", para su último fin de semana en Chile, en noviembre de 201 5, su abuela le preparó un mixto de comida árabe: hojas de parra, pecho relleno, zapallitos. Luego juntó a cincuenta amigos en su parcela y se despidió con un emotivo discurso que finalizó con una frase alucinante: "Pude haber hecho una carrera excepcional". Lo peor de la frase es que pudo ser cierta, tanto como el mismo Jadue abrazado a la Copa América en la madrugada de aquel 5 de julio previo a su debacle, mientras todos creíamos que al día siguiente nos despertaríamos en el futuro que tanto habíamos soñado. Y el futuro era otra cosa: una serie sobre Sergio Jadue.
"El Presidente", la serie de Amazon Prime Video con la versión chilena del Fifagate a estrenarse el 5 de junio, nos trae ahora de vuelta el rancio perfume de la corrupción en el fútbol. Jadue no es el pez gordo de la historia, pero tampoco el primero en ser devorado; incluso podría ser el último espécimen de ese tipo de cadenas alimenticias en las que quien sobrevive para contarlo es lo suficientemente pequeño para no ser aplastado por los depredadores más grandes durante su huida.
Nos van a mostrar la vida de un pillo en su escalada hacia lo que él mismo presentía como la montaña más alta. Una vez iba desde la ANFP a un encuentro en La Moneda y le ordenó a su chofer que se devolviera porque no tenía estacionamiento reservado en el palacio presidencial. En una ficción basada en hechos reales los detalles no tienen por qué ser verídicos, en todo caso; sólo necesitan ser verosímiles: la serie anuncia maletines con dinero, anillos de oro, nightclubs, whisky, un poco de droga, autos caros. Es la vida perfecta para quien tropezó un día cualquiera con el poder, sin haberlo merecido jamás.
Si no es real todo lo que nos van a mostrar de Jadue como personaje, pega en el poste. Estamos hablando del presidente del fútbol chileno que se fue del país el mismo día en que Chile jugaba un partido importante contra Uruguay en Montevideo y cuyo nombre volvió a aparecer hace unos días en la prensa mundial, esta vez como receptor de tres pagos irregulares por un total de 1,5 millones de dólares en el banco Hapoalim de Israel.
Pero Jadue también es humano. Según una crónica de Rodrigo Fluxá en la revista "Sábado", para su último fin de semana en Chile, en noviembre de 201 5, su abuela le preparó un mixto de comida árabe: hojas de parra, pecho relleno, zapallitos. Luego juntó a cincuenta amigos en su parcela y se despidió con un emotivo discurso que finalizó con una frase alucinante: "Pude haber hecho una carrera excepcional". Lo peor de la frase es que pudo ser cierta, tanto como el mismo Jadue abrazado a la Copa América en la madrugada de aquel 5 de julio previo a su debacle, mientras todos creíamos que al día siguiente nos despertaríamos en el futuro que tanto habíamos soñado. Y el futuro era otra cosa: una serie sobre Sergio Jadue.