No debe haber evidencia más demoledora de la importancia y necesidad de las
vacunas que el tiempo presente. Sin vacuna, nos convertimos de un zarpazo en los
seres más vulnerables del planeta. Y sin embargo, un grupo de individuos, con
asombrosa imaginación, sigue buscando mecanismos para tratar de demostrar lo
contrario.
El último de estos recursos ha sido la divulgación de una entrevista por redes sociales a una viróloga norteamericana llamada Judy Mikovits, y cuyo video se ha multiplicado exponencialmente por el mundo, incluyendo Chile.
En la entrevista, Mikovits plantea una serie de aventuradas teorías sobre el coronavirus, sin ser jamás contrastadas por la comunidad científica. Lo que viene a continuación es, precisamente, ese ejercicio de verificación.
Vivian Luchsinger, doctora en Virología y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dice que una opinión de este tipo "es menospreciar a los virus".
"El coronavirus es un virus RNA y una de las características de los virus RNA es que cambian con frecuencia su información genética. Tanto es así, que tenemos los coronavirus Sars-Cov (del 2003), el Mers (2014), y ahora el Sars-Cov-2. Tres coronavirus en dos décadas. No 800 años", responde la doctora.
"El coronavirus viene con la vacuna contra la influenza. Si alguna vez te vacunaron contra la gripe, te inyectaron coronavirus".
"No sé con qué respalda esta afirmación, pero... A ver", suspira la doctora Luchsingen "Una vacuna no puede llevar además otro virus. Entre otras cosas porque hay controles estrictos de purificación. El coronavirus, en particular, sería fácilmente inactivado por los procedimientos físicos y químicos a los que se exponen las vacunas para inactivarlos".
"Las personas que se vacunaron contra la influenza, tienen un 36% más de posibilidades de desarrollar el Covid-19".
Jaime Labarca, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Católica, dice que no existe ningún estudio que demuestre dicha afirmación y que el dato muy probablemente lo haya obtenido Mikovits de un sesgo.
"Los adultos mayores, por ser un grupo de riesgo, son uno de los principales focos de los programas de vacunación por influenza", explica. "Y como los adultos mayores son también la mayoría de los casos graves por Covid-1 9, es obvio que coincidan los casos graves con gente vacunada".
"Usar la mascarilla literalmente activa tu propio virus. Te estás enfermando por tus propias expresiones reactivadas de coronavirus".
"Esto atenta contra toda información científica que existe", se indigna Luchsinger. "Tú te infectas con el coronavirus, generas una respuesta inmune y lo eliminas. Por lo tanto, ¿cómo vas a reactivar un coronavirus si ya lo eliminaste? ¿Y por qué tendría que reactivarse respirando el propio aire que expulsas? No tiene ningún sustento".
"La hidroxicloroquina es el medicamento más eficaz para tratar el Covid-19, pero esto se les oculta a las personas".
Responde Labarca: "La hidroxicloroquina es un fármaco contra la malaria, pero cuya efectividad contra el coronavirus aún no está demostrada. De hecho, cuando se hicieron estudios más completos, mostró un efecto benéfico marginal. Y tiene varios efectos adversos, en el ritmo cardiaco y en la retina".
El último de estos recursos ha sido la divulgación de una entrevista por redes sociales a una viróloga norteamericana llamada Judy Mikovits, y cuyo video se ha multiplicado exponencialmente por el mundo, incluyendo Chile.
En la entrevista, Mikovits plantea una serie de aventuradas teorías sobre el coronavirus, sin ser jamás contrastadas por la comunidad científica. Lo que viene a continuación es, precisamente, ese ejercicio de verificación.
Entre las afirmaciones de Mikovits, se cuentan:
"Está muy claro que este virus fue manipulado. Eso no puede ser natural. El virus no saltó directamente a los humanos. Esta fue una evolución viral acelerada. Si fuera una evolución natural, tomaría hasta 800 años en ocurrir".Vivian Luchsinger, doctora en Virología y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dice que una opinión de este tipo "es menospreciar a los virus".
"El coronavirus es un virus RNA y una de las características de los virus RNA es que cambian con frecuencia su información genética. Tanto es así, que tenemos los coronavirus Sars-Cov (del 2003), el Mers (2014), y ahora el Sars-Cov-2. Tres coronavirus en dos décadas. No 800 años", responde la doctora.
"El coronavirus viene con la vacuna contra la influenza. Si alguna vez te vacunaron contra la gripe, te inyectaron coronavirus".
"No sé con qué respalda esta afirmación, pero... A ver", suspira la doctora Luchsingen "Una vacuna no puede llevar además otro virus. Entre otras cosas porque hay controles estrictos de purificación. El coronavirus, en particular, sería fácilmente inactivado por los procedimientos físicos y químicos a los que se exponen las vacunas para inactivarlos".
"Las personas que se vacunaron contra la influenza, tienen un 36% más de posibilidades de desarrollar el Covid-19".
Jaime Labarca, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Católica, dice que no existe ningún estudio que demuestre dicha afirmación y que el dato muy probablemente lo haya obtenido Mikovits de un sesgo.
"Los adultos mayores, por ser un grupo de riesgo, son uno de los principales focos de los programas de vacunación por influenza", explica. "Y como los adultos mayores son también la mayoría de los casos graves por Covid-1 9, es obvio que coincidan los casos graves con gente vacunada".
"Usar la mascarilla literalmente activa tu propio virus. Te estás enfermando por tus propias expresiones reactivadas de coronavirus".
"Esto atenta contra toda información científica que existe", se indigna Luchsinger. "Tú te infectas con el coronavirus, generas una respuesta inmune y lo eliminas. Por lo tanto, ¿cómo vas a reactivar un coronavirus si ya lo eliminaste? ¿Y por qué tendría que reactivarse respirando el propio aire que expulsas? No tiene ningún sustento".
"La hidroxicloroquina es el medicamento más eficaz para tratar el Covid-19, pero esto se les oculta a las personas".
Responde Labarca: "La hidroxicloroquina es un fármaco contra la malaria, pero cuya efectividad contra el coronavirus aún no está demostrada. De hecho, cuando se hicieron estudios más completos, mostró un efecto benéfico marginal. Y tiene varios efectos adversos, en el ritmo cardiaco y en la retina".