“Nada me habría
gustado más que
haber podido
aplaudir al gobierno por sus
buenas medidas, pero no puedo porque los errores son muchos más que los logros”, reconoce el diputado Iván Flores
(DC) al analizar el escenario
que vive el país en medio de la
pandemia de coronavirus. El
expresidente de la Cámara -
quien reconoce que su sucesor
Diego Paulsen (RN) le está poniendo empeño pero critica el
desaguisado de la oposición
que dejó al Gobierno sin contrapeso al dejar la mesa en manos de Chile Vamos-, critica lo
que considera una improvisación de La Moneda.
-¿Cuál es la evaluación del manejo de la pandemia?
-Al principio diría que hubo una estrategia clara y que a diferencia de lo que venía ocurriendo en el mundo, parecía que algunas de las medidas estaban apuntando al camino correcto. Pero al transcurrir el tiempo nos dimos cuenta de que hay improvisaciones, desarticulaciones y era evidente que si la pandemia llegaba alas comunas más pobres, se iba a producir un brote violento de los contagios.
-¿Qué critica de la estrategia?
- Quienes viven en las comunas más ricas pueden quedarse en sus casas, trabajar a teledistancia, conducir sus negocios, y tienen la despensa llena. Al inicio hubo un contagio contenido. Pero eso no era como para que el Presidente dijera que lo peor de la pandemia había pasado y que empezábamos a transitar ala nueva normalidad porque según el ministro de Salud teníamos el mejor sistema de salud del planeta. Todo esto, junto al anuncio del retorno a clases, la apertura de los mall, el regreso de los funcionarios públicos, de que podíamos salir a tomar un cafecito o una cervecita con empanada, de que estábamos en una meseta… generó una señal rara y contradictoria ante la comunidad. Y lo habían advertido los expertos, los epidemiólogos; entonces no sé en qué estaba pensando el gobierno para no seguir con medidas estrictas aún cuando se complicaramás la economía. Ahora tenemos una curva explosiva y logarítmica que fue lo que ocurrió justamente en los países a los que peor les fue y tenemos una de las más altas tasas del mundo de contagios aunque afortunadamente una baja tasa de mortalidad hasta ahora. La pregunta es ¿dónde vamos a parar si no frenamos en este instante la propagación?
-¿En qué traduce la desarticulación, la improvisación?
-Los anuncios no están dando los resultados esperados porque transitan de un argumento a otro, o de una explicación a otra y uno termina confundido. Pero aquí no caben las improvisaciones ni los mensajes presidenciales ambiguos. Basta de anuncios inexactos y de improvisación.
-¿En qué sentido?
- Por ejemplo, se anunció la compra de los mil ventiladores mecánicos en enero pero hicieron una compra fallida en marzo y terminamos dependiendo de la dádiva de algunas empresas privadas. El Presidente hace anuncios sin tener nada armado y lanza medidas creyendo que calman ala ciudadanía, pero se van armando sobre la marcha. El caso delas canastas es el mejor ejemplo. Cuando dijo que se iban a entregar 2,5 millones de canastas al 70% de las familias no me cuadraban las cifras porque en Chile son 5 millones de familias y quedaba un millón y medio dando vuelta. Lo segundo era ¿dónde van a comprar?¿A los agricultores complicados o a los supermercados y así van a generar desabastecimiento de los mercados? ¿Y qué procedimiento van a usar para comprar? Pero bueno, eso es agregarle pelo a una sopa viscosa que no se sabe si es cazuela o menestrón. Luego el Presidente dice que van a comprar a granel y eso requiere una logística complejísima que toma meses. Después el ministro Sichel se pega el numerito del año; o echó al agua a su jefe o no entendió lo que el Presidente quería hacer. El ministro dice que es el 70% del 40% de la población más vulnerable. De nuevo no calzan las cifras porque si es así serían un millón 500 canastas. Después Sichel dice que van a entregar esa ayuda al 70% de las comunas encuarentenadas y para embarrarla más, señala que entregarán las canastas al 70% de las familias de la RM que están en cuarentena. Más tarde el Presidente aclara que es el 70% de las familias más pobres y la clase media. Se agrega que será un millón 600 mil canasta en la RM y el resto para regiones. Puras contradicciones. Entonces basta de anuncios sin bajadas exactas. O estamos improvisando o alguien se quiere ganar un premio mundial que claramente no vamos a ganar.
-También ha cuestionado la situación d la agricultura.
-Importamos el 70% del trigo, principalmente desde Argentina que ha reconocido que no puede asegurar esas ventas porque están produciendo entre un 30 y un 50% menos. Y nosotros hemos venido dejando caer a nuestra agricultura sustituyéndola por productos importados con los que los agricultores locales no pueden competir. Y tenemos un ministro de Agricultura, que no sé en qué planeta está cuando asegura que los precios no van a subir en Chile ni tampoco habrá desabastecimiento. ¿Esto significa que los alcaldes están desinformados cuando piden que se fijen los precios porque están subiendo los alimentos? Y por otro lado tenemos a los agricultores pidiendo medidas de apoyo porque de lo contrario nos vamos a quedar sin alimentos básicos porque de manzanas y kiwis no vamos a vivir. Necesitamos trigo y maíz,y hay regiones como La Araucanía que está produciendo un 40% menos de maíz. Y si nos quedamos sin maíz, ¿cómo se van a alimentarlos pollos y cerdos que son las principales carnes que consumen los chilenos? El maíz de Chile llega hasta octubre y si los países que nos lo venden no están en condiciones de hacerlo ¿podremos seguir produciendo pollos y cerdos? Los agricultores tienen dudas.
-¿Cómo explica esto?
-No sé si están tapando una realidad o quiere decir que ni el ministro Sichel ni el ministro Walker están entendiendo lo que está pasando o desde sus escritorios de Santiago están manejando cifras que no conocen. Y esas son las autoridades que nos están conduciendo hoy en medio de una pelotera sanitaria y económica enorme lo que,la verdad,me tiene más que preocupado. Hay una desarticulación increíble y anuncios insulsos. Más que la pandemia en sí me tienen preocupado las medidas que toma el gobierno. Las regiones productivas de alimentos están desamparadas y en vez de estar dos semanas hablando de las canastas familiares fue mucho más efectivo el anuncio del subsecretario de Desarrollo Regional, Claudio Alvarado, de entregar directamente a los municipios 100 millones de dólares para que los alcaldes compren comida,medicamentos y pagar servicios básicos. Eso es más efectivo y no tiene ni la polvareda ni la improvisación que hemos visto.
-¿A su juicio cuál ha sido el principal error?
-Creo que como todos el Gobierno lo único que quiere es que termine la pandemia pero si estuvieran tan alarmados habrían mirado con más atención lo que ha ocurrido en los países poderosos de América y Europa -porque los asiáticos son los que lo han hecho mejor-, que están de rodillas. Hay que sacar ejemplos pero acá todo es relativo, laxo, con un poquito de cuarentena y un poquito de toque de queda. No he visto una política sanitaria y económica con claridad. Los anuncios son a medias como cuando el Presidente anuncia dos mil millones de dólares para que la gente se quede en la casa, pero al final eran 800 millones y esa fue la gran discusión que hubo en el Congreso. Como oposición conseguimos un poco más pero nos acusaron de obstruccionistas. Quiero aclarar que el país tiene reservas, pero mientras más tiempo pase va a ser más caro salir de este chaparrón. Sin embargo, se insiste en hacer todo de a poquitito con la excusa de que “más adelante no se sabe”. La verdad es que éste es uno de los peores gobiernos que hemos tenido.
-¿Corremos el riesgo de convertirnos en la Italia o la España de la región?
-Le pido a Dios que eso no ocurra y que ilumine a este Gobierno porque aquí lo que falta es rigurosidad.
-Para los regionalistas una solución es trabajar en las redes locales y territoriales, o sea, con los municipios.
-Absolutamente. Lo dijimos desde el principio. Los alcaldes lo dijeron en marzo. Cuando anunciaron las canastas lo primero que pensé es entréguenle la plata a los alcaldes porque ellos conocen su realidad y a la gente que necesita. Tienen las redes y tal como se hizo en el aspecto sanitario, en que se contrató más gente, también debieran autorizar a los municipios a contratar más personal. Pero el gobierno insiste en el centralismo y en medidas como las canastas y se equivoca, y se equivoca y se equivoca. ¡Por Dios que mal gobierno!.
-¿Cuál es la evaluación del manejo de la pandemia?
-Al principio diría que hubo una estrategia clara y que a diferencia de lo que venía ocurriendo en el mundo, parecía que algunas de las medidas estaban apuntando al camino correcto. Pero al transcurrir el tiempo nos dimos cuenta de que hay improvisaciones, desarticulaciones y era evidente que si la pandemia llegaba alas comunas más pobres, se iba a producir un brote violento de los contagios.
-¿Qué critica de la estrategia?
- Quienes viven en las comunas más ricas pueden quedarse en sus casas, trabajar a teledistancia, conducir sus negocios, y tienen la despensa llena. Al inicio hubo un contagio contenido. Pero eso no era como para que el Presidente dijera que lo peor de la pandemia había pasado y que empezábamos a transitar ala nueva normalidad porque según el ministro de Salud teníamos el mejor sistema de salud del planeta. Todo esto, junto al anuncio del retorno a clases, la apertura de los mall, el regreso de los funcionarios públicos, de que podíamos salir a tomar un cafecito o una cervecita con empanada, de que estábamos en una meseta… generó una señal rara y contradictoria ante la comunidad. Y lo habían advertido los expertos, los epidemiólogos; entonces no sé en qué estaba pensando el gobierno para no seguir con medidas estrictas aún cuando se complicaramás la economía. Ahora tenemos una curva explosiva y logarítmica que fue lo que ocurrió justamente en los países a los que peor les fue y tenemos una de las más altas tasas del mundo de contagios aunque afortunadamente una baja tasa de mortalidad hasta ahora. La pregunta es ¿dónde vamos a parar si no frenamos en este instante la propagación?
-¿En qué traduce la desarticulación, la improvisación?
-Los anuncios no están dando los resultados esperados porque transitan de un argumento a otro, o de una explicación a otra y uno termina confundido. Pero aquí no caben las improvisaciones ni los mensajes presidenciales ambiguos. Basta de anuncios inexactos y de improvisación.
-¿En qué sentido?
- Por ejemplo, se anunció la compra de los mil ventiladores mecánicos en enero pero hicieron una compra fallida en marzo y terminamos dependiendo de la dádiva de algunas empresas privadas. El Presidente hace anuncios sin tener nada armado y lanza medidas creyendo que calman ala ciudadanía, pero se van armando sobre la marcha. El caso delas canastas es el mejor ejemplo. Cuando dijo que se iban a entregar 2,5 millones de canastas al 70% de las familias no me cuadraban las cifras porque en Chile son 5 millones de familias y quedaba un millón y medio dando vuelta. Lo segundo era ¿dónde van a comprar?¿A los agricultores complicados o a los supermercados y así van a generar desabastecimiento de los mercados? ¿Y qué procedimiento van a usar para comprar? Pero bueno, eso es agregarle pelo a una sopa viscosa que no se sabe si es cazuela o menestrón. Luego el Presidente dice que van a comprar a granel y eso requiere una logística complejísima que toma meses. Después el ministro Sichel se pega el numerito del año; o echó al agua a su jefe o no entendió lo que el Presidente quería hacer. El ministro dice que es el 70% del 40% de la población más vulnerable. De nuevo no calzan las cifras porque si es así serían un millón 500 canastas. Después Sichel dice que van a entregar esa ayuda al 70% de las comunas encuarentenadas y para embarrarla más, señala que entregarán las canastas al 70% de las familias de la RM que están en cuarentena. Más tarde el Presidente aclara que es el 70% de las familias más pobres y la clase media. Se agrega que será un millón 600 mil canasta en la RM y el resto para regiones. Puras contradicciones. Entonces basta de anuncios sin bajadas exactas. O estamos improvisando o alguien se quiere ganar un premio mundial que claramente no vamos a ganar.
-También ha cuestionado la situación d la agricultura.
-Importamos el 70% del trigo, principalmente desde Argentina que ha reconocido que no puede asegurar esas ventas porque están produciendo entre un 30 y un 50% menos. Y nosotros hemos venido dejando caer a nuestra agricultura sustituyéndola por productos importados con los que los agricultores locales no pueden competir. Y tenemos un ministro de Agricultura, que no sé en qué planeta está cuando asegura que los precios no van a subir en Chile ni tampoco habrá desabastecimiento. ¿Esto significa que los alcaldes están desinformados cuando piden que se fijen los precios porque están subiendo los alimentos? Y por otro lado tenemos a los agricultores pidiendo medidas de apoyo porque de lo contrario nos vamos a quedar sin alimentos básicos porque de manzanas y kiwis no vamos a vivir. Necesitamos trigo y maíz,y hay regiones como La Araucanía que está produciendo un 40% menos de maíz. Y si nos quedamos sin maíz, ¿cómo se van a alimentarlos pollos y cerdos que son las principales carnes que consumen los chilenos? El maíz de Chile llega hasta octubre y si los países que nos lo venden no están en condiciones de hacerlo ¿podremos seguir produciendo pollos y cerdos? Los agricultores tienen dudas.
-¿Cómo explica esto?
-No sé si están tapando una realidad o quiere decir que ni el ministro Sichel ni el ministro Walker están entendiendo lo que está pasando o desde sus escritorios de Santiago están manejando cifras que no conocen. Y esas son las autoridades que nos están conduciendo hoy en medio de una pelotera sanitaria y económica enorme lo que,la verdad,me tiene más que preocupado. Hay una desarticulación increíble y anuncios insulsos. Más que la pandemia en sí me tienen preocupado las medidas que toma el gobierno. Las regiones productivas de alimentos están desamparadas y en vez de estar dos semanas hablando de las canastas familiares fue mucho más efectivo el anuncio del subsecretario de Desarrollo Regional, Claudio Alvarado, de entregar directamente a los municipios 100 millones de dólares para que los alcaldes compren comida,medicamentos y pagar servicios básicos. Eso es más efectivo y no tiene ni la polvareda ni la improvisación que hemos visto.
-¿A su juicio cuál ha sido el principal error?
-Creo que como todos el Gobierno lo único que quiere es que termine la pandemia pero si estuvieran tan alarmados habrían mirado con más atención lo que ha ocurrido en los países poderosos de América y Europa -porque los asiáticos son los que lo han hecho mejor-, que están de rodillas. Hay que sacar ejemplos pero acá todo es relativo, laxo, con un poquito de cuarentena y un poquito de toque de queda. No he visto una política sanitaria y económica con claridad. Los anuncios son a medias como cuando el Presidente anuncia dos mil millones de dólares para que la gente se quede en la casa, pero al final eran 800 millones y esa fue la gran discusión que hubo en el Congreso. Como oposición conseguimos un poco más pero nos acusaron de obstruccionistas. Quiero aclarar que el país tiene reservas, pero mientras más tiempo pase va a ser más caro salir de este chaparrón. Sin embargo, se insiste en hacer todo de a poquitito con la excusa de que “más adelante no se sabe”. La verdad es que éste es uno de los peores gobiernos que hemos tenido.
-¿Corremos el riesgo de convertirnos en la Italia o la España de la región?
-Le pido a Dios que eso no ocurra y que ilumine a este Gobierno porque aquí lo que falta es rigurosidad.
-Para los regionalistas una solución es trabajar en las redes locales y territoriales, o sea, con los municipios.
-Absolutamente. Lo dijimos desde el principio. Los alcaldes lo dijeron en marzo. Cuando anunciaron las canastas lo primero que pensé es entréguenle la plata a los alcaldes porque ellos conocen su realidad y a la gente que necesita. Tienen las redes y tal como se hizo en el aspecto sanitario, en que se contrató más gente, también debieran autorizar a los municipios a contratar más personal. Pero el gobierno insiste en el centralismo y en medidas como las canastas y se equivoca, y se equivoca y se equivoca. ¡Por Dios que mal gobierno!.