De acuerdo al último informe epidemiológico del Minsal, publicado la noche del
viernes, las regiones de Magallanes, Metropolitana, Tarapacá y Antofagasta son las
zonas del país con mayor cantidad de casos de Covid-19 acumulados por cada 100
mil habitantes. A este último cálculo se le conoce como tasa de incidencia y permite
apreciar la proporción de infectados en un territorio.
Magallanes tiene una tasa de 523,7. La Región Metropolitana de 359,5; Tarapacá de 201,9 y Antofagasta de 190,1. El promedio nacional es de 203,1.
En números absolutos, la publicación establece que la capital concentra el 73,9% de los contagios a nivel nacional: 29.207 de los 39.513 casos confirmados (no incluye los informados el sábado). Le siguen, aunque muy de lejos, La Araucanía, Valparaíso, Antofagasta y Biobío. Todas con menos de 2.000 infectados acumulados desde el inicio de la epidemia.
Estos datos permiten entender por qué el gobierno decretó cuarentena total en casi todo Santiago, y en las zonas urbanas de Antofagasta, Mejillones, Iquique y Alto Hospicio. Punta Arenas, que concentra el 95,6% de los contagios totales de Magallanes, dejó el confinamiento obligatorio el 7 de mayo pasado.
¿Por qué la epidemia está concentrada en la capital y las zonas extremas del país? Entregan sus reflexiones el infectólogo Rodrigo Blamey, de la Clínica Las Condes, y el epidemiólogo Jaime Cerda, del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica.
"Las ciudades de los extremos de Chile tienen un intercambio con extranjeros mucho mayor que el resto de las ciudades. Lo más probable es que eso significó el ingreso de casos precozmente y como no estaban todas las alertas establecidas en un comienzo, ayudó a diseminar la infección. Recuerda que los primeros casos en Punta Arenas llegaron con los cruceros", comenta Blamey.
"En Magallanes -agrega Cerda-, como es una población más pequeñita (178.362) logra modificar fácilmente su tasa de incidencia. Basta que aparezcan algunos casos para que aumente mucho esta cifra".
Ambos doctores coinciden en que era esperable que Santiago concentrara la mayoría de los casos. El virus, al transmitirse de persona a persona por las gotitas respiratorias, suele expandirse rápidamente en zonas altamente conectadas, hiperpobladas y con elevadas tasas de hacinamiento.
"Uno podría decir que en Santiago la gente vive más hacinada que en regiones. En las comunas céntricas existen estos guetos verticales que hacen más difícil cumplir con las medidas generales (distancia social sobre todo). La gente en regiones, en general, vive más distanciada una de la otra y eso ayuda a que se contagien menos", complementa Cerda.
El infectólogo Blamey explica que falta mirar más datos para entender realmente lo que pasa en regiones: "Sería bueno saber la cantidad de test PCR por millón de habitantes que se hacen en cada lugar del país. Solo tenemos el dato a nivel nacional. En algunas zonas aparecen muy pocos casos (solo cinco en toda la región de Aysén, por ejemplo) pero no se sabe cuántos exámenes se están haciendo y si son suficientes".
Magallanes tiene una tasa de 523,7. La Región Metropolitana de 359,5; Tarapacá de 201,9 y Antofagasta de 190,1. El promedio nacional es de 203,1.
En números absolutos, la publicación establece que la capital concentra el 73,9% de los contagios a nivel nacional: 29.207 de los 39.513 casos confirmados (no incluye los informados el sábado). Le siguen, aunque muy de lejos, La Araucanía, Valparaíso, Antofagasta y Biobío. Todas con menos de 2.000 infectados acumulados desde el inicio de la epidemia.
Estos datos permiten entender por qué el gobierno decretó cuarentena total en casi todo Santiago, y en las zonas urbanas de Antofagasta, Mejillones, Iquique y Alto Hospicio. Punta Arenas, que concentra el 95,6% de los contagios totales de Magallanes, dejó el confinamiento obligatorio el 7 de mayo pasado.
¿Por qué la epidemia está concentrada en la capital y las zonas extremas del país? Entregan sus reflexiones el infectólogo Rodrigo Blamey, de la Clínica Las Condes, y el epidemiólogo Jaime Cerda, del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica.
"Las ciudades de los extremos de Chile tienen un intercambio con extranjeros mucho mayor que el resto de las ciudades. Lo más probable es que eso significó el ingreso de casos precozmente y como no estaban todas las alertas establecidas en un comienzo, ayudó a diseminar la infección. Recuerda que los primeros casos en Punta Arenas llegaron con los cruceros", comenta Blamey.
"En Magallanes -agrega Cerda-, como es una población más pequeñita (178.362) logra modificar fácilmente su tasa de incidencia. Basta que aparezcan algunos casos para que aumente mucho esta cifra".
Ambos doctores coinciden en que era esperable que Santiago concentrara la mayoría de los casos. El virus, al transmitirse de persona a persona por las gotitas respiratorias, suele expandirse rápidamente en zonas altamente conectadas, hiperpobladas y con elevadas tasas de hacinamiento.
"Uno podría decir que en Santiago la gente vive más hacinada que en regiones. En las comunas céntricas existen estos guetos verticales que hacen más difícil cumplir con las medidas generales (distancia social sobre todo). La gente en regiones, en general, vive más distanciada una de la otra y eso ayuda a que se contagien menos", complementa Cerda.
El infectólogo Blamey explica que falta mirar más datos para entender realmente lo que pasa en regiones: "Sería bueno saber la cantidad de test PCR por millón de habitantes que se hacen en cada lugar del país. Solo tenemos el dato a nivel nacional. En algunas zonas aparecen muy pocos casos (solo cinco en toda la región de Aysén, por ejemplo) pero no se sabe cuántos exámenes se están haciendo y si son suficientes".