-->

Escribe y presiona enter

On
Tres eficientes técnicas caseras para limpiar electrodomésticos
Las cuarentenas, obligatorias o voluntarias, han provocado un fenómeno advertido por más de algún usuario, apelando a eso que suele llamarse el sentido común. Al pasar más tiempo en casa, ocupamos con mayor frecuencia nuestros electrodomésticos, sobre todo los relacionados a la preparación de alimentos.

Esto, a su vez, obliga a aumentar las rutinas de limpieza de los aparatos. "Si antes limpiábamos los electrodomésticos cada dos semanas, ahora recomendamos hacerlo todas las semanas", dice Constanza Correa, brand manager de la marca Blanik, para quien el ránking de máquinas con uso intensivo en esta época es encabezado por el microondas, seguido por la tostadora de pan. En cada caso, se puede recurrir a métodos de limpieza alternativos, pero altamente seguros y efectivos.

Para el microondas, Correa recomienda lo siguiente: "Se puede mezclar jugo de limón y agua en un recipiente, aproximadamente en la misma cantidad. Luego lo ponemos a calentar en el microondas y cuando comience a hervir, lo dejamos adentro, cerrado. El vapor que se liberará hará que se ablande la suciedad pegada a las paredes del microondas y también hará desaparecer el mal olor dejado por ciertas comidas".

Nancy Pizarro, doctora en Química y académica de la Universidad Andrés Bello, refrenda la efectividad de este método: "El jugo de limón, y también el de naranjas, posee componentes orgánicos volátiles, como el ácido cítrico y ácido ascórbico. Estos, al ser hervidos junto con el agua, se evaporan y ese vapor puede conseguir que el aparato se limpie por dentro. Esta limpieza también puede tener cierto grado de desinfección".

Por otra parte, la sal gruesa y un cepillo de dientes viejo pueden ser muy útiles para los tostadores de pan eléctricos. "Con el cepillo de dientes se logra llegar a los espacios interiores complicados, donde quedan trozos de pan atrapados", explica Correa. La tarea requiere un poco más de trabajo si hay pedazos carbonizados que no se despegan fácilmente. "En ese caso, hay que agregar sal gruesa dentro de las ranuras del tostador, cubrirlo completo con papel aluminio y pegarlo con cinta adhesiva. Luego hay que darlo vuelta y agitarlo. De esta forma, la sal gruesa ayudará por fricción a remover lo que está pegado. Eso sí, después de realizar este procedimiento es muy importante sacar todos los restos de la sal para evitar que el tostador se oxide", explica Constanza Correa.

Click para comentar