A fines de marzo, Isaías Araya (25) decidió suspender por este 2020 sus estudios de
Ingeniería en Administración en Recursos Humanos. Tras la crisis social ya venía
fastidiado, pues debió finiquitar su año académico en modalidad online, cosa que no
le acomodaba mucho.
Si bien este año las razones que impulsaron a las clases virtuales son otras, a Isaías no hay forma de que le convenza este formato. "Sentí que no aprendía nada; no podía aclarar las dudas como corresponde, sumado a que las plataformas son muy deficientes", afirma.
De hecho, a fines de marzo la Feuc realizó una encuesta a los estudiantes donde se les consultó si el costo del arancel se alineaba con la calidad del aprendizaje que estaban recibiendo. "El 45% manifestó estar totalmente en desacuerdo con la premisa; o sea, no está para nada alineada la educación que están recibiendo con el arancel que están pagando. Dicen que nos les parece justo estar pagando cierta cantidad de dinero por clases en Zoom", argumenta.
Añade que muchas familias hoy derechamente no pueden pagar las carreras, pues las prioridades son otras.
Un informe entregado por el Sernac da cuenta que a la fecha han recibido más de 3.000 reclamos relacionados con educación. De este total, las universidades concentran 46,2% de los casos; le siguen los institutos profesionales, con 24,4%. "Los reclamos en educación apuntan principalmente a congelamientos o porque piden rebajas en los aranceles", afirman.
La suspensión temporal de los estudios, aclara, no tiene un costo adicional, siempre y cuando el trámite se haga en los plazos establecidos.
Desde la Universidad Católica del Maule señalan que su proceso de suspensión y renuncia se terminó el 30 de abril, con un total de 386 estudiantes que tramitaron estos procesos, lo que ha significado una disminución de los ingresos a la institución por sobre los $800 millones de pesos.
Para comparar, el 2019 el total de alumnos de pregrado de la UCM llegaba a 8.924, según estadísticas oficiales del sitio Mifuturo.cl del Mineduc.
La clave para una buena enseñanza virtual, recalca, es el manejo docente: "Los profesores deben ser capaces de traspasar un formato presencial a un formato online. Hay que tener matices y mayor flexibilidad con los estudiantes respecto a este proceso, porque tanto ellos como los docentes recién se están acostumbrando a este nuevo formato".
Desde el lado económico, plantea que ante la incertidumbre actual muchas familias prefieren resguardar sus recursos. "La mayor ventaja es que habrá más tranquilidad económica y podrá bajar un poco el estrés. Lo que sí, tiene como efecto negativo es que va alargar su carrera y puede perder el training estudiantil".
"Si la razones son económicas, de salud mental o vocacionales, por ejemplo, a muchos les convendrá resolver estos problemas para luego tener un avance académico estable. A muchas personas, suspender estudios les afecta en su avance académico, pero si es una decisión autónoma de los estudiantes, son ellos los que ponderan todas las variables y saben qué es lo mejor para cada uno", puntualiza Purcell.
Si bien este año las razones que impulsaron a las clases virtuales son otras, a Isaías no hay forma de que le convenza este formato. "Sentí que no aprendía nada; no podía aclarar las dudas como corresponde, sumado a que las plataformas son muy deficientes", afirma.
Costo/beneficio
Amaranta Valdivieso, presidenta interina de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), dice que hoy existen dos grandes razones entre los estudiantes para congelar sus estudios: incertidumbre económica y el formato de estudios en línea. "Muchos sienten que en este semestre no están recibiendo la educación ideal y por eso prefieren suspender", sostiene.De hecho, a fines de marzo la Feuc realizó una encuesta a los estudiantes donde se les consultó si el costo del arancel se alineaba con la calidad del aprendizaje que estaban recibiendo. "El 45% manifestó estar totalmente en desacuerdo con la premisa; o sea, no está para nada alineada la educación que están recibiendo con el arancel que están pagando. Dicen que nos les parece justo estar pagando cierta cantidad de dinero por clases en Zoom", argumenta.
Añade que muchas familias hoy derechamente no pueden pagar las carreras, pues las prioridades son otras.
Un informe entregado por el Sernac da cuenta que a la fecha han recibido más de 3.000 reclamos relacionados con educación. De este total, las universidades concentran 46,2% de los casos; le siguen los institutos profesionales, con 24,4%. "Los reclamos en educación apuntan principalmente a congelamientos o porque piden rebajas en los aranceles", afirman.
Una minoría
Según datos entregados por la PUC, la proporción de estudiantes que ha suspendido sus estudios este semestre aumentó 1,3% respecto a igual periodo del año pasado (de 1,7% del total de alumnos el 2019 a 3% este año). "Las principales razones se relacionan con temas económicos, vocacionales, problemas familiares o personales y de salud", detalla el vicerrector académico Fernando Purcell.La suspensión temporal de los estudios, aclara, no tiene un costo adicional, siempre y cuando el trámite se haga en los plazos establecidos.
Desde la Universidad Católica del Maule señalan que su proceso de suspensión y renuncia se terminó el 30 de abril, con un total de 386 estudiantes que tramitaron estos procesos, lo que ha significado una disminución de los ingresos a la institución por sobre los $800 millones de pesos.
Para comparar, el 2019 el total de alumnos de pregrado de la UCM llegaba a 8.924, según estadísticas oficiales del sitio Mifuturo.cl del Mineduc.
Training académico
Guillermo Robles, director de la Escuela Pedagogía en Educación Básica de la Universidad de Las Américas, coincide en que los factores que mayormente inciden en el abandono de las carreras hoy son financieros y relativos al formato del estudio.La clave para una buena enseñanza virtual, recalca, es el manejo docente: "Los profesores deben ser capaces de traspasar un formato presencial a un formato online. Hay que tener matices y mayor flexibilidad con los estudiantes respecto a este proceso, porque tanto ellos como los docentes recién se están acostumbrando a este nuevo formato".
Desde el lado económico, plantea que ante la incertidumbre actual muchas familias prefieren resguardar sus recursos. "La mayor ventaja es que habrá más tranquilidad económica y podrá bajar un poco el estrés. Lo que sí, tiene como efecto negativo es que va alargar su carrera y puede perder el training estudiantil".
"Si la razones son económicas, de salud mental o vocacionales, por ejemplo, a muchos les convendrá resolver estos problemas para luego tener un avance académico estable. A muchas personas, suspender estudios les afecta en su avance académico, pero si es una decisión autónoma de los estudiantes, son ellos los que ponderan todas las variables y saben qué es lo mejor para cada uno", puntualiza Purcell.