Adán Vergara (39 años) y Cherry de Paula (42 años) se conocieron el 2004 en Santiago, en una
junta de amigos en común. Él era un prometedor defensa del Cobreloa que peleaba
los títulos nacionales en ese tiempo, mientras que ella estaba en su peak mediático
gracias a sus coreografías de axé con el grupo "Porto Seguro".
Esa noche intercambiaron números y empezaron un coqueteo a distancia, ya que el futbolista vivía en Calama. "Justo me salió un evento en Calama al mes de conocernos y fue ahí cuando Adán me pidió pololeo. Fuimos a almorzar, salió todo perfecto y bonito", recuerda la bailarina brasileña.
Desde aquel día, Cherry apañó a su actual marido en cada una de sus aventuras futbolísticas. Pasaron por México, Brasil, Suiza, China, Valparaíso, Venezuela, Chillán, Temuco y San Antonio, su última parada en el profesionalismo.
La pareja, que ahora tiene dos hijos, Ethan (8) y Matthew (9), pensaba que por fin habían terminado las mudanzas, pero a Vergara lo ascendieron a entrenador de la Sub 17 de Cobreloa. Tuvieron que moverse de nuevo, precisamente a Calama, la ciudad donde nació su amor hace 16 años.
"Yo empecé a estudiar para técnico mientras jugaba. Le dije a Cherry que el tema iba a ser parecido, que como técnico también estoy supeditado a ir a otras ciudades o países. Ella ya se acostumbró, mis hijos también. Nos vinimos a principios de febrero y estamos súper bien, en una casa a las afueras del centro", dice Vergara.
Cherry lleva ocho años como instructora de zumba (@cherrydepaula) y explica que los cambios no le complican. Por el contrario, dice que le sirven para expandir su trabajo. "No es fácil, pero esta vida de gitanos nos acomoda. Cada uno tiene su vocación en la vida y con Adán siempre hemos querido trabajar con la comunidad, ser un aporte. Cuando estás en la televisión puedes llegar a todo el mundo, pero no es lo mismo que estar haciendo clases en persona, de cerca con la gente", asegura.
-¿Cómo lo hace con sus clases de zumba ahora con la cuarentena, Cherry?
-Estoy haciéndolas por zoom. Tengo gente desde el norte al sur de Chile que se conecta y lo pasamos súper bien bailando. También estoy empezando a trabajar con la Cormedup (Corporación Municipal de Deportes y Recreación) acá en Calama. Con todo lo que está pasando es importante fijarse en la salud mental, no solo la física, y siento que con la zumba puedo ayudar a sacar a la gente de la rutina.
-¿Ha cambiado Calama desde que Adán le pidió pololeo hace 16 años?
-Bastante. Antes era más chica. Ahora la ciudad tiene mucho verde, está todo muy bonito. A mí me encanta ir al estadio y recuerdo que el de Cobreloa era uno pequeño, con graderías de madera. Cuando llegamos a Calama ahora, Adán nos llevó a conocer el estadio y está maravilloso.
Vergara, quien llegó a vivir a una pensión a Calama con 16 años y debutó en Primera División un año más tarde, coincide. "Mi pensión estaba en el centro y recuerdo que incluso habían algunas calles de tierra. Yo viví parte del crecimiento de la ciudad, cuando empezaron a hacer condominios y edificios. El aeropuerto está precioso, ha mejorado muchísimo.
-¿Y el restorán donde pidió pololeo sigue ahí, Adán?
-Sí, era un restorán en el mall, aunque en ese tiempo no habían muchos, jajajá. Queremos que pase la pandemia para poder ir a visitar todos esos lugares donde empezó nuestra historia, como San Pedro de Atacama o el Valle de la Luna. Calama es una ciudad especial porque me ha dado los mejores momentos de mi vida, como el inicio de nuestra vida juntos.
Esa noche intercambiaron números y empezaron un coqueteo a distancia, ya que el futbolista vivía en Calama. "Justo me salió un evento en Calama al mes de conocernos y fue ahí cuando Adán me pidió pololeo. Fuimos a almorzar, salió todo perfecto y bonito", recuerda la bailarina brasileña.
Desde aquel día, Cherry apañó a su actual marido en cada una de sus aventuras futbolísticas. Pasaron por México, Brasil, Suiza, China, Valparaíso, Venezuela, Chillán, Temuco y San Antonio, su última parada en el profesionalismo.
La pareja, que ahora tiene dos hijos, Ethan (8) y Matthew (9), pensaba que por fin habían terminado las mudanzas, pero a Vergara lo ascendieron a entrenador de la Sub 17 de Cobreloa. Tuvieron que moverse de nuevo, precisamente a Calama, la ciudad donde nació su amor hace 16 años.
"Yo empecé a estudiar para técnico mientras jugaba. Le dije a Cherry que el tema iba a ser parecido, que como técnico también estoy supeditado a ir a otras ciudades o países. Ella ya se acostumbró, mis hijos también. Nos vinimos a principios de febrero y estamos súper bien, en una casa a las afueras del centro", dice Vergara.
Cherry lleva ocho años como instructora de zumba (@cherrydepaula) y explica que los cambios no le complican. Por el contrario, dice que le sirven para expandir su trabajo. "No es fácil, pero esta vida de gitanos nos acomoda. Cada uno tiene su vocación en la vida y con Adán siempre hemos querido trabajar con la comunidad, ser un aporte. Cuando estás en la televisión puedes llegar a todo el mundo, pero no es lo mismo que estar haciendo clases en persona, de cerca con la gente", asegura.
-¿Cómo lo hace con sus clases de zumba ahora con la cuarentena, Cherry?
-Estoy haciéndolas por zoom. Tengo gente desde el norte al sur de Chile que se conecta y lo pasamos súper bien bailando. También estoy empezando a trabajar con la Cormedup (Corporación Municipal de Deportes y Recreación) acá en Calama. Con todo lo que está pasando es importante fijarse en la salud mental, no solo la física, y siento que con la zumba puedo ayudar a sacar a la gente de la rutina.
-¿Ha cambiado Calama desde que Adán le pidió pololeo hace 16 años?
-Bastante. Antes era más chica. Ahora la ciudad tiene mucho verde, está todo muy bonito. A mí me encanta ir al estadio y recuerdo que el de Cobreloa era uno pequeño, con graderías de madera. Cuando llegamos a Calama ahora, Adán nos llevó a conocer el estadio y está maravilloso.
Vergara, quien llegó a vivir a una pensión a Calama con 16 años y debutó en Primera División un año más tarde, coincide. "Mi pensión estaba en el centro y recuerdo que incluso habían algunas calles de tierra. Yo viví parte del crecimiento de la ciudad, cuando empezaron a hacer condominios y edificios. El aeropuerto está precioso, ha mejorado muchísimo.
-¿Y el restorán donde pidió pololeo sigue ahí, Adán?
-Sí, era un restorán en el mall, aunque en ese tiempo no habían muchos, jajajá. Queremos que pase la pandemia para poder ir a visitar todos esos lugares donde empezó nuestra historia, como San Pedro de Atacama o el Valle de la Luna. Calama es una ciudad especial porque me ha dado los mejores momentos de mi vida, como el inicio de nuestra vida juntos.