-->

Escribe y presiona enter

On
Andrea Molina
Andrea Molina tuvo dos compromisos importantes agendados este martes 2: supervisar cómo evacuaban el edificio donde funciona la Corporación de Fomento y Desarrollo de la Municipalidad de La Florida, que ella dirige. "Vamos a instalar un hospital que apoyará a los Cesfam y consultorios de la comuna", cuenta la ex diputada. Su segunda actividad fue una reunión por google meet con la profesora jefe de su hija menor: "Me entregaron una evaluación, vamos a ver qué cosas tenemos que reforzar", agregó.

La ex animadora lleva dos años a cargo de la corporación. El alcalde Rodolfo Carter le encargó que "armara un programa gratuito de salud mental para todos los vecinos de La Florida. Dejé el Congreso en marzo del 2018 y alcancé a estar dos meses cesante", dice. El trabajo, contó, se ha duplicado desde el inicio de la pandemia: "Hacemos un seguimiento a los familiares de los fallecidos por Covid-19. Los llamo para decirles que vamos a iniciar el proceso de acompañamiento sicológico y les asignamos un profesional. Aparte estamos haciendo sanitización en edificios y condominios y armando un proyecto para que los conductores de colectivos y furgones escolares puedan trabajar".

-¿Qué la ha ayudado más en su actual trabajo: sus ocho años de experiencia como diputada o su trabajo en el programa "Hola Andrea"?
-Los dos. La gente me identifica como una persona comprometida y seria. La empatía y el cariño sé que vienen de los ocho años que estuve en el "Hola Andrea". En el programa aprendí a formar buenos equipos de trabajo, a relacionarme con abogados y médicos y acercarlos a las inquietudes de la gente. Mi idea es que los vecinos se sientan queridos, acogidos y valorados, características que no se dan mucho en el sistema público. En estos días nos han tocado casos bien duros con los vecinos.

-En enero renunció a la UDI. ¿Echa de menos el Congreso?
-No, la verdad es que ahí no tengo ninguna intención de volver. Si hubiese querido seguir lo habría hecho. Creo que cumplí una etapa, que ocho años son suficientes. Me gusta lo que hago ahora. Todo lo que sea gestión, servicio y trabajo social me entusiasma. Como diputada también tuve un sello de estar en terreno. Es mi esencia. No puedes estar hablando de lo que está pasando si lo haces sentada en tu casa.

La ex diputada vive con sus dos hijas: Noelia (21 años) y Laura (14) y "una persona que nos ayuda. Ella está solita en Chile, hablamos al inicio de la emergencia y acordamos que nos quedaríamos juntas. Ha sido una época de compartir mucho y con veinte mil cosas a la vez como todos. Estoy todos los días Laurita, levántate, tienes clases a las ocho y media, tienes que hacer las tareas . La grande estudia biología y está súper enchufada con sus clases. Tiene súper claro que depende de ella salir adelante".

-Es más complicado cuando están en la adolescencia.
-Totalmente. La Laura hay días que está más animada, otros menos. Uno tiene que estar ahí, tratando de ayudar y cuidando de mantener una buena relación. Tampoco es la idea estar agarrándose con los hijos, ni estar de bruja todos los días. Es difícil porque tienes que hacer bien tu pega, estar pendiente de la casa, de qué se come, de cuidarte, tratar de mantenerte firme y sana mental y emocionalmente. Al mismo tiempo tienes que saber cómo abordar a tu hijo. No sacas nada con pelear y gritar. Lo pasas mal.

-¿Le pasó?
-Sí, en la primera etapa de la cuarentena. Hasta que llegó un momento que dije "basta, no es justo, no corresponde". Ya me pasó cuando estaba en el "Hola Andrea" que me enfermé por querer hacerlo todo. Ya aprendí muy duramente que tengo un límite, que no puedo llevarme los problemas del trabajo a mi casa. No puedes dejar de dormir ni descuidar la relación con tus hijos por querer solucionar todo.

-Algunas personas estamos durmiendo mal. ¿Qué hace para relajarse?
-Me funciona mucho meditar y hacer yoga. Me ayuda a estar mental y físicamente fuerte. Me doy el espacio diario de buscar una clase en Instagram y practicar yoga durante una hora. Boto mucho estrés. Aparte me ha servido creer en un ser superior y poner las cosas que no puedo solucionar en sus manos. En mis ocho años en la política aprendí a no contaminarme, a mantenerme en mi postura, a ser consecuente con lo que dices y haces.

-Le voy a hacer una pregunta frívola. ¿Ha podido ir a la peluquería, pintarse las uñas?
-Siempre me he preocupado de andar bien arreglada. Ahora me importa andar cómoda y bien protegida. Casi que debería ponerme un cartel con mi nombre para que la gente sepa quién soy debajo de la mascarilla, jajajá. Las uñas las tengo bien cortas y limpias. Mi máximo arreglo es ponerme rimel y pasarme el lapicito por los ojos para que se vean bonitos. Para el resto no hay tiempo. En general ando con moño. Es más cómodo y sano.

Click para comentar