Belén y el empresario tienen dos hijos: Mariano de seis años y Elisa de cuatro. Ella detalla que una vez que comenzaron a salir "estábamos juntos todos los días" y agrega riéndose que "fue todo lo contrario a lo que yo había planeado a hacer con mi vida, jajajá". A los tres meses de romance, como justo coincidió con los feriados de septiembre, Pablo fue a conocer a la familia de Belén, que vive cerca de Río Cuarto, en Argentina. "Se llevaron súper bien. Pablo es bien simpático y sociable, anduvieron a caballo, comimos asado. A todos les cayó muy bien desde el comienzo", comenta.
Sobre su aniversario de nueve años, ella reflexiona que "es mucho tiempo, casi una década. Es impresionante cómo se pasan los años porque pareciera que fue ayer que empezamos a salir y ya tenemos dos niños. Eso estuvimos hablando el día que celebramos, porque hemos hecho muchas cosas juntos".
Como pareja tienen en común el deporte, les gusta viajar y ambos saben cuándo ceder. "Yo soy más cable a tierra y él es más acelerado", confiesa Belén y también reconoce que ella es más paciente. "Por ejemplo ahora mi hijo mayor está aprendiendo a leer y escribir en inglés entonces soy yo la que generalmente le ayuda a hacer las tareas porque tengo mucha paciencia", señala. Actualmente, la argentina está dedicada a sus niños y también está en un negocio relacionado con el área de la salud.
-¿Qué considera que ha sido importante para que su relación funcione, Belén?
-Hablar las cosas siempre es lo mejon Porque a veces uno cree que el otro piensa algo o que le cae mal algo, y no es así. El "yo creía, yo pensaba", es malo porque uno no sabe nunca lo que la otra persona piensa o lo que le molesta, entonces es mejor hablar las cosas. Por suerte Pablo es bastante sincero y directo. La comunicación es fundamental.
-¿Es tema el matrimonio para ustedes?
-No hemos tenido tiempo (para casarnos) porque hemos hecho un montón de cosas. Primero nació Mariano, después vino Elisa, Pablo siempre tiene mucho trabajo. Después comenzamos a construirnos nuestra casa, después llenarla, los muebles y aún estamos en esa parada. No hemos tenido ni tiempo de hablar de matrimonio. Para mí no es indispensable casarme, lo importante es estar bien juntos y en familia. No es un requisito. Si nos casamos bien, y si no, estoy feliz igual.