"Pueden postular todas aquellas personas que tienen un título profesional o una licenciatura de, al menos, ocho semestres de una universidad acreditada", dice Tomás Recart, director ejecutivo de Fundación Enseña Chile.
La iniciativa, llamada Programa de Liderazgo Colectivo, se realiza para paliar el déficit de docentes. No tiene una cantidad definida de cupos y todos quienes cumplan con los requisitos pueden postular. Luego les realizarán una serie de pruebas y -de acuerdo a la demanda de profesores- los elegidos deben ir a una capacitación pedagógica durante todo enero. La idea es que comiencen su nueva vida como docentes en marzo de 2021.
"Ellos empiezan a trabajar como profesores a tiempo completo, contratados por el colegio", explica Recart. El salario va a depender de la cantidad de horas que los contraten. "El sueldo promedio para alguien que trabaja 38 horas es de $700.000 a $750.000 líquidos, más o menos. Eso varía porque en sectores más lejanos la hora vale más", aclara.
Al postular se elige la región donde puede dar clases (en total son 10; no hay programa en Arica y Parinacota, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, O'Higgins y Maule). Los colegios -con alto índice de vulnerabilidad- son designados de acuerdo al requerimiento de docentes. "Mientras más dispuesto estés a moverte, más probabilidades tienes de tener colegio", subraya.
Durante su trabajo, el profesional continuará recibiendo formación pedagógica y de liderazgo. "Enseñar es liderar, no se puede solo y tenemos que hacerlo en equipo. Queremos demostrar que el talento está en todos lados y los niños pueden aprender", destaca Recart.
La experiencia ha sido buena: cuando terminan los dos años del programa, uno de cada tres profesores se queda en el establecimiento para continuar dando clases por más tiempo.
Se puede postular hasta el viernes 12 de junio en Ensenachile.cl
Experiencia desafiante
Recién egresada de Agronomía en la UC, Valentina Piraino empezó a hacer clases de Física, Química y Biología en el colegio Siembra, de Puente Alto. Era su primer trabajo formal."Pararme a hacer clases a estudiantes de educación media fue muy desafiante. El primer mes no los podía hacer callar, todos los días tenía que planificar la clase de nuevo porque no estaba resultando", reconoce.
Le tomó un par de meses adaptarse al contexto. "Conocer a mis estudiantes fue clave. Como hacía las tres ciencias tenía muchas horas con ellos y pude formar un vínculo bien rápido", señala.
Así pudo sobrellevar los imprevistos que nunca faltan en la vida del docente. "Desde que se cortaba la luz porque todos prendían el hervidor al mismo tiempo para hacerse café, hasta que el data no funcionaba", recuerda.
Pasados los dos años del programa ya era profesora jefa y decidió quedarse un año más trabajando en ese establecimiento. "Es mucha pega. Me demoraba una hora para llegar al colegio y aprovechaba ese tiempo para corregir los controles en el Metro. Uno se va a adecuando y cuando ve los frutos hace que valga la pena", comenta.
Tanto le gustó la experiencia que siguió trabajando en Enseña Chile. "Al final uno aprende más que los alumnos. Es una sinergia muy linda que se da entre lo que desarrolla como profesional y va viendo cómo sus estudiantes van aprendiendo", concluye.
De todas las áreas
La materia que va a enseñar el profesional en la sala depende de lo que estudió en la universidad. "Como son profesores de especialidad en enseñanza media, la disciplina la adquieren en su profesión anterior. El ingeniero, por ejemplo, se da por hecho que enseña matemática", explica Tomás Recart.La fundación detalla que la factibilidad de dar clases va a depender de los ramos que haya cursado cada postulante. Según su experiencia, por ejemplo, un arquitecto podría dar clases de Matemáticas y Educación Tecnológica, un diseñador de Artes Visuales, un periodista de Lenguaje, un odontólogo de Biología y un ingeniero comercial de Matemática. También pueden postular quienes hayan estudiado Pedagogía en Educación Media.