Trece años después de la mediática desaparición de Madeleine McCann, la niña
inglesa de tres años a la que se le perdió el rastro mientras dormía durante unas
vacaciones con sus padres en Praia da Luz, Portugal, la policía dio a conocer la
existencia de un convicto alemán como sospechoso de haberla matado. Es la mayor
y más seria novedad del caso en muchos años. La Oficina de la Policía Criminal
Federal de Alemania (BKA) y la fiscalía alemana de Braunschweig, junto con la
Policía Metropolitana de Reino Unido, dijeron que el hombre tiene 43 años, ha sido
condenado por varios crímenes sexuales, incluidos abusos de menores y pidieron la
ayuda de testigos.
Está comprobado que el alemán, al que los medios nombran Christian Brückner, estuvo en el lugar de los hechos. Vivió de forma habitual en el Algarve portugués, cerca de Praia da Luz, entre 1995 y 2007, entre las poblaciones de Lagos y Praia da Luz. Se mantenía con trabajos esporádicos, robando casas y hoteles y traficando drogas, indica la BKA.
El día que desapareció Madeleine usó su teléfono cerca del departamento donde se quedaban los McCann. Recibió una llamada en su teléfono, +31 5912730680, entre las 19.32 y 20.02 de la tarde del 3 de mayo de 2007. El número que lo llamó, + 351 916 510 683, estaba fuera del área, dice la BBC. La niña desapareció entre las 21.10 y las 22.00. Otro dato es que Brückner, quien poseía una furgoneta de camping Volkswagen VW T 3 Westfalia y un Jaguar XJR 6 oscuro con matrícula alemana, transfirió este último vehículo a nombre de otra persona el día siguiente de que se perdiera Madeleine.
Brückner estaba en el radar desde hace años, pero se convirtió en sospechoso en 2017. El hombre se encontraba con un amigo bebiendo una copa en un pub, en Alemania, cuando de improviso le confesó que "sabía todo" lo que le había sucedido a Madeleine tras ver el rostro en la televisión, en una nota que recordaba los 10 años del hecho, consigna "Daily Mail". El confidente fue a la policía alemana y la investigación se activó de inmediato. Los alemanes asumen que Madeleine está muerta e investigan el caso como un asesinato. Los padres de la niña agradecieron el nuevo esfuerzo.
Está comprobado que el alemán, al que los medios nombran Christian Brückner, estuvo en el lugar de los hechos. Vivió de forma habitual en el Algarve portugués, cerca de Praia da Luz, entre 1995 y 2007, entre las poblaciones de Lagos y Praia da Luz. Se mantenía con trabajos esporádicos, robando casas y hoteles y traficando drogas, indica la BKA.
El día que desapareció Madeleine usó su teléfono cerca del departamento donde se quedaban los McCann. Recibió una llamada en su teléfono, +31 5912730680, entre las 19.32 y 20.02 de la tarde del 3 de mayo de 2007. El número que lo llamó, + 351 916 510 683, estaba fuera del área, dice la BBC. La niña desapareció entre las 21.10 y las 22.00. Otro dato es que Brückner, quien poseía una furgoneta de camping Volkswagen VW T 3 Westfalia y un Jaguar XJR 6 oscuro con matrícula alemana, transfirió este último vehículo a nombre de otra persona el día siguiente de que se perdiera Madeleine.
Brückner estaba en el radar desde hace años, pero se convirtió en sospechoso en 2017. El hombre se encontraba con un amigo bebiendo una copa en un pub, en Alemania, cuando de improviso le confesó que "sabía todo" lo que le había sucedido a Madeleine tras ver el rostro en la televisión, en una nota que recordaba los 10 años del hecho, consigna "Daily Mail". El confidente fue a la policía alemana y la investigación se activó de inmediato. Los alemanes asumen que Madeleine está muerta e investigan el caso como un asesinato. Los padres de la niña agradecieron el nuevo esfuerzo.