Garrido y Matías Elgueta están fascinados con el avance de su entrenamiento para
dos torneos de fisicoculturismo a los cuales asistirán en Florida, Estados Unidos. La
pareja, que se conoció hace cuatro años, ya se siente preparada para el 25 de julio
afrontar el difícil desafío de la Crystal Cup en Boca Ratón, y todo gracias al esfuerzo
hecho en su garage-gym, que es un espacio del patio de su casa que transformaron
para entrenar 24/7.
"Ambos campeonatos son de la liga de fisicoculturismo más importante a nivel mundial (IFBB Pro League) y en ellos compiten atletas profesionales de muchísimos países. Con Matías somos los únicos chilenos en competición", cuenta Lorena.
El segundo torneo que enfrentarán en Florida es el Tampa Pro XIII, el 30 de julio. Las inscripciones a estos torneos son gratuitas para ellos, por pertenecer a la liga, pero deben costear los viajes y estadías. Por lo mismo, esta participación será recién la segunda para Lorena desde que pertenece a estas lides (febrero de 2019) y la espera con ansias.
-¿Cómo se siente para enfrentar estos torneos?
-Es un desafío difícil. Mentiría si te digo que ha sido fácil. Siempre pienso que la última preparación es la que más me ha costado, pero no terminas de sorprenderte de que surgen situaciones diversas. Lo más importante es que nunca terminas de avanzar y aunque el campeonato no se dé, yo he avanzado mucho en la superación de mi última condición física. Formar el cuerpo en densidad y forma es un trabajo largo y, en ese sentido, me siento feliz y conforme. Competir en esta oportunidad significará algo muy importante para mí y para las personas que me siguen.
-¿Y desde cuándo comenzó a prepararse en casa?
-Desde inicios de marzo. Matías se estaba preparando para un clasificatorio sudamericano. Estaba listo para competir y una semana antes se cancelaron todos los eventos. Precisamente en ese tiempo cerraron los gimnasios, así que no dudamos en adquirir unas mancuernas y una barra para seguir entrenando en la casa, con las que nos mantuvimos durante tres meses mientras cotizábamos más implementos.
Ahora, ambos cuentan con un gimnasio perfecto para sus pretensiones, ya que trabajaron en construir un cuarto exclusivo para entrenar en su hogar y adquirieron máquinas más grandes y funcionales. "Lo hicimos en el patio de la casa. Desde hace harto tiempo veníamos con la idea de tener nuestro equipamiento para entrenar aquí. Empezamos la construcción del cobertizo a fines del año pasado, pero todo se atrasó por diversos motivos. En marzo retomamos nuevamente y aceleramos el proyecto comprando las máquinas, pero ni siquiera estaba cerrado por completo. Ni luces teníamos, jajajá. Al final, nos arreglamos igual. Ahora entrenamos con harto frío, incluso con pantuflas, pero no nos detenemos", expresa.
"Ambos campeonatos son de la liga de fisicoculturismo más importante a nivel mundial (IFBB Pro League) y en ellos compiten atletas profesionales de muchísimos países. Con Matías somos los únicos chilenos en competición", cuenta Lorena.
El segundo torneo que enfrentarán en Florida es el Tampa Pro XIII, el 30 de julio. Las inscripciones a estos torneos son gratuitas para ellos, por pertenecer a la liga, pero deben costear los viajes y estadías. Por lo mismo, esta participación será recién la segunda para Lorena desde que pertenece a estas lides (febrero de 2019) y la espera con ansias.
-¿Cómo se siente para enfrentar estos torneos?
-Es un desafío difícil. Mentiría si te digo que ha sido fácil. Siempre pienso que la última preparación es la que más me ha costado, pero no terminas de sorprenderte de que surgen situaciones diversas. Lo más importante es que nunca terminas de avanzar y aunque el campeonato no se dé, yo he avanzado mucho en la superación de mi última condición física. Formar el cuerpo en densidad y forma es un trabajo largo y, en ese sentido, me siento feliz y conforme. Competir en esta oportunidad significará algo muy importante para mí y para las personas que me siguen.
-¿Y desde cuándo comenzó a prepararse en casa?
-Desde inicios de marzo. Matías se estaba preparando para un clasificatorio sudamericano. Estaba listo para competir y una semana antes se cancelaron todos los eventos. Precisamente en ese tiempo cerraron los gimnasios, así que no dudamos en adquirir unas mancuernas y una barra para seguir entrenando en la casa, con las que nos mantuvimos durante tres meses mientras cotizábamos más implementos.
Ahora, ambos cuentan con un gimnasio perfecto para sus pretensiones, ya que trabajaron en construir un cuarto exclusivo para entrenar en su hogar y adquirieron máquinas más grandes y funcionales. "Lo hicimos en el patio de la casa. Desde hace harto tiempo veníamos con la idea de tener nuestro equipamiento para entrenar aquí. Empezamos la construcción del cobertizo a fines del año pasado, pero todo se atrasó por diversos motivos. En marzo retomamos nuevamente y aceleramos el proyecto comprando las máquinas, pero ni siquiera estaba cerrado por completo. Ni luces teníamos, jajajá. Al final, nos arreglamos igual. Ahora entrenamos con harto frío, incluso con pantuflas, pero no nos detenemos", expresa.