Mónica Godoy ha hecho muchas sesiones de fotos, la mayoría en estudios o
exterion Quizás por eso cuando le ofrecieron hacer una producción al interior de su
casa en Ñuñoa, no lo dudó: "Pensé que podía ser interesante mostrar que con
ingenio y talento se pueden lograr fotos muy bonitas", dice la dueña de la cuenta de
Instagram, @_monicagodoy_.
La sesión fue un impulso que nació de Marcelo Madariaga, productor y director creativo (@marcelomadariaga) y amigo de la actriz. "Pensé en ella primero porque es mi amiga y quería que resultara algo orgánico, muy relajado. Además, conozco su casa y tiene rincones de muy buena luz para poder contar la historia que queríamos".
A las 7:30 de la mañana comenzó todo. "Contrario a lo que yo había visto de producciones de fotos para revistas o publicidad, con mucha producción en un estudio, esto fue muy distinto. No fue tan complejo. Estaba la ropa, los accesorios y éramos cuatro personas: Marcelo, el maquillador y estilista Marco de Barros (@marcodebarrosoficial) y el fotógrafo Ernesto Avilés (@ernestoaviles_)", sigue Mónica.
El escenario principal fue la casa. Ahí, cuenta ella, "fuimos viendo el recorrido que hace la luz y fuimos buscando espacios. Encontramos la ventana de la salita de juegos de mis hijas. De hecho, en la primera toma se veía de fondo un castillo armable que tienen y lo tuvimos que sacar para continuar. Hicimos otras en la reja del antejardín que tapamos con una tela y en otras me subí a una mesa que tenemos en el quincho".
No sólo las tomas fueron hechas con cuidado, también Madariaga se preocupó del vestuario: "Como todo esto fue muy orgánico, busqué diseñadores chilenos con el top de plumas o el vestido, que es de Ximena Olavarría (@ximenaolavarriadesign), también un vestido verde de Israel Camus (@israelcamus) y un traje de mi colección. Con esos atuendos pudimos contar la historia, que era mostrar a Mónica en distintas facetas y conseguir otros tonos de ella".
Mónica siente que la idea de su amigo resultó porque "se logra proyectar distintas cosas. Yo soy actriz y desde ahí puedo jugar mucho, más en una sesión de fotos como esta".
-¿Qué facetas se pueden ver?
-En la foto de la escalera, con el vestido, hay algo más teatral, la de la ventana, con el top de plumas, da una sensación mucho más romántica y está la del traje.
-Esa es como más arrojada.
-Como actriz, si estás haciendo fotos, el arrojo se da forma natural. Por las fotos que subo a mi Instagram, que son más del cotidiano, con una sonrisa, provoco algo más angelical, pero frente a una cámara uno puede proyectar distintas cosas y eso va acompañado del peinado, el maquillaje, el vestuario. Te arman un look que te invita a tener otra actitud.
-¿Es distinto también hacerlo en su propia casa?
-Sí, hay una intimidad que te da estar en tu espacio. Ahora partimos por mi casa porque era lo más a mano, una casualidad, pero el ambiente también lo dio el grupo, que era súper chiquitito. Finalmente toda sesión es parte del oficio, una forma de jugar en lo suyo. Y lo más bonito es que es el placer que nos da hacer estas cosas por el amor al arte.
-¿Cuánto demoró la sesión?
-Tres horas, fue cortita y muy entretenida. Lo pasamos muy bien y después terminamos todos en un almuerzo en la casa. Fue un momento súper rico.
-¿Qué hará con las fotos?
-Las voy a guardar de manera digital y me sirven como material para subir a mis redes sociales, algunas las voy a compartir en Instagram.
La sesión fue un impulso que nació de Marcelo Madariaga, productor y director creativo (@marcelomadariaga) y amigo de la actriz. "Pensé en ella primero porque es mi amiga y quería que resultara algo orgánico, muy relajado. Además, conozco su casa y tiene rincones de muy buena luz para poder contar la historia que queríamos".
A las 7:30 de la mañana comenzó todo. "Contrario a lo que yo había visto de producciones de fotos para revistas o publicidad, con mucha producción en un estudio, esto fue muy distinto. No fue tan complejo. Estaba la ropa, los accesorios y éramos cuatro personas: Marcelo, el maquillador y estilista Marco de Barros (@marcodebarrosoficial) y el fotógrafo Ernesto Avilés (@ernestoaviles_)", sigue Mónica.
El escenario principal fue la casa. Ahí, cuenta ella, "fuimos viendo el recorrido que hace la luz y fuimos buscando espacios. Encontramos la ventana de la salita de juegos de mis hijas. De hecho, en la primera toma se veía de fondo un castillo armable que tienen y lo tuvimos que sacar para continuar. Hicimos otras en la reja del antejardín que tapamos con una tela y en otras me subí a una mesa que tenemos en el quincho".
No sólo las tomas fueron hechas con cuidado, también Madariaga se preocupó del vestuario: "Como todo esto fue muy orgánico, busqué diseñadores chilenos con el top de plumas o el vestido, que es de Ximena Olavarría (@ximenaolavarriadesign), también un vestido verde de Israel Camus (@israelcamus) y un traje de mi colección. Con esos atuendos pudimos contar la historia, que era mostrar a Mónica en distintas facetas y conseguir otros tonos de ella".
Mónica siente que la idea de su amigo resultó porque "se logra proyectar distintas cosas. Yo soy actriz y desde ahí puedo jugar mucho, más en una sesión de fotos como esta".
-¿Qué facetas se pueden ver?
-En la foto de la escalera, con el vestido, hay algo más teatral, la de la ventana, con el top de plumas, da una sensación mucho más romántica y está la del traje.
-Esa es como más arrojada.
-Como actriz, si estás haciendo fotos, el arrojo se da forma natural. Por las fotos que subo a mi Instagram, que son más del cotidiano, con una sonrisa, provoco algo más angelical, pero frente a una cámara uno puede proyectar distintas cosas y eso va acompañado del peinado, el maquillaje, el vestuario. Te arman un look que te invita a tener otra actitud.
-¿Es distinto también hacerlo en su propia casa?
-Sí, hay una intimidad que te da estar en tu espacio. Ahora partimos por mi casa porque era lo más a mano, una casualidad, pero el ambiente también lo dio el grupo, que era súper chiquitito. Finalmente toda sesión es parte del oficio, una forma de jugar en lo suyo. Y lo más bonito es que es el placer que nos da hacer estas cosas por el amor al arte.
-¿Cuánto demoró la sesión?
-Tres horas, fue cortita y muy entretenida. Lo pasamos muy bien y después terminamos todos en un almuerzo en la casa. Fue un momento súper rico.
-¿Qué hará con las fotos?
-Las voy a guardar de manera digital y me sirven como material para subir a mis redes sociales, algunas las voy a compartir en Instagram.