"He estado 14 días aislada en mi casa. Al principio, una dice cómo voy a resistir
tanto tiempo en mi pieza, pero me armé una especie de camping, con una
minidespensa y hervidor", cuenta al teléfono desde su casa Monserrat Álvarez, la
conductora de "Contigo en la mañana" de CHV, que debió alejarse del programa
luego de que fuera confirmado su contagio de coronavirus el 20 de mayo.
Su caso fue asintomático y no supuso grandes complicaciones para ella, aunque todavía se cansa al hablar cuando la conversación se extiende por varios minutos. Hace pocos días un nuevo examen dictaminó que estaba sana y ya no era capaz de transmitir el virus, por lo cual pudo salir del encierro. Y este lunes estará de vuelta en el espacio televisivo.
-¿Cómo se ha sentido, Monserrat?
-Estoy durmiendo ene, nunca había dormido así, unas nueve 0 10 horas por día. Los primeros días traté de limpiarme, porque vengo bien exigida profesional y emotivamente desde octubre. Hice un esfuerzo de desconectarme y pasé tres o cuatro días sin ver noticias. Logré hacerme una rutina: leí, vi películas, una serie muy buena que se llama "Big little lies" (HBO). Me hice un huequito en la pieza, veía Youtube y hacía yoga, hice aseo, contestaba el Whatsapp. Un día me puse a hacer aseo en el baño y el clóset. Pero me sentí cansada, mal y me metí a la cama por dos días. Era como con un cansancio distinto al que sientes siempre.
Todos sus contactos cercanos debieron entrar en cuarentena, incluido su pololo que se tuvo que quedar en su propia casa, sin verla. En la casa de Álvarez permanecieron sus dos hijos, de 20 y 17 años, que se hicieron cargo de las labores domésticas. "Los dos se encuarentenaron conmigo, pero era importante que se mantuvieran lejos de mí. Para ellos fue súper estresante. Me dieron de comer, están con mucho estudio por internet e hicieron aseo y ordenaron todo este tiempo. Cuando por fin salí de la pieza estaba todo impecable, pero ya no volvieron a hacer aseo, jajajá", dice la periodista.
Cuando le llevaban comida hasta la puerta de su pieza, Montserrat tenía especial cuidado de lavar la loza en el baño de su habitación y luego echarle cloro para que sus críos no se contaminaran. "No comí muy bien, no todos los platillos eran de mi gusto, jajajá. Pero comía lo que me dieran. Según mi hijo, no podía comer azúcar procesada para tener mayores defensas, pero igual me comí un pie de limón y unos chocolatitos ricos que me trajo un amigo y que tenía escondidos", relata, al tiempo que habla con especial cariño de la cazuela que le envió una hermana que vive cerca.
-¿Cómo se siente para volver al trabajo?
-Me he tenido que enchufar de nuevo en las noticias, porque el lunes empiezo y es fuerte el cambio. Quiero estar preparada, porque emocionalmente me ha afectado un montón todo lo que ha pasado. Estamos al aire de las ocho de la mañana hasta la una de la tarde con noticias súper duras. Siento que no acuso recibo, pero por dentro me va afectando un montón.
-¿Qué le dijo el médico?
-El doctor me explicaba que es un efecto sicológico y físico. Estoy como cansada, no llena de energía. Me dijo que era normal, parte de lo que sientes post una influenza, una gripe grande o el coronavirus.
-¿Va a tomarse el trabajo de otra forma?
-No, hay que aperrar no más. Hay que agradecer que uno tiene trabajo y que ese trabajo puede ayudar mucho a las personas y a difundir información. Eso me alienta.
Su caso fue asintomático y no supuso grandes complicaciones para ella, aunque todavía se cansa al hablar cuando la conversación se extiende por varios minutos. Hace pocos días un nuevo examen dictaminó que estaba sana y ya no era capaz de transmitir el virus, por lo cual pudo salir del encierro. Y este lunes estará de vuelta en el espacio televisivo.
-¿Cómo se ha sentido, Monserrat?
-Estoy durmiendo ene, nunca había dormido así, unas nueve 0 10 horas por día. Los primeros días traté de limpiarme, porque vengo bien exigida profesional y emotivamente desde octubre. Hice un esfuerzo de desconectarme y pasé tres o cuatro días sin ver noticias. Logré hacerme una rutina: leí, vi películas, una serie muy buena que se llama "Big little lies" (HBO). Me hice un huequito en la pieza, veía Youtube y hacía yoga, hice aseo, contestaba el Whatsapp. Un día me puse a hacer aseo en el baño y el clóset. Pero me sentí cansada, mal y me metí a la cama por dos días. Era como con un cansancio distinto al que sientes siempre.
Todos sus contactos cercanos debieron entrar en cuarentena, incluido su pololo que se tuvo que quedar en su propia casa, sin verla. En la casa de Álvarez permanecieron sus dos hijos, de 20 y 17 años, que se hicieron cargo de las labores domésticas. "Los dos se encuarentenaron conmigo, pero era importante que se mantuvieran lejos de mí. Para ellos fue súper estresante. Me dieron de comer, están con mucho estudio por internet e hicieron aseo y ordenaron todo este tiempo. Cuando por fin salí de la pieza estaba todo impecable, pero ya no volvieron a hacer aseo, jajajá", dice la periodista.
Cuando le llevaban comida hasta la puerta de su pieza, Montserrat tenía especial cuidado de lavar la loza en el baño de su habitación y luego echarle cloro para que sus críos no se contaminaran. "No comí muy bien, no todos los platillos eran de mi gusto, jajajá. Pero comía lo que me dieran. Según mi hijo, no podía comer azúcar procesada para tener mayores defensas, pero igual me comí un pie de limón y unos chocolatitos ricos que me trajo un amigo y que tenía escondidos", relata, al tiempo que habla con especial cariño de la cazuela que le envió una hermana que vive cerca.
-¿Cómo se siente para volver al trabajo?
-Me he tenido que enchufar de nuevo en las noticias, porque el lunes empiezo y es fuerte el cambio. Quiero estar preparada, porque emocionalmente me ha afectado un montón todo lo que ha pasado. Estamos al aire de las ocho de la mañana hasta la una de la tarde con noticias súper duras. Siento que no acuso recibo, pero por dentro me va afectando un montón.
-¿Qué le dijo el médico?
-El doctor me explicaba que es un efecto sicológico y físico. Estoy como cansada, no llena de energía. Me dijo que era normal, parte de lo que sientes post una influenza, una gripe grande o el coronavirus.
-¿Va a tomarse el trabajo de otra forma?
-No, hay que aperrar no más. Hay que agradecer que uno tiene trabajo y que ese trabajo puede ayudar mucho a las personas y a difundir información. Eso me alienta.