El 2019 fue un año rudo para Natalia Duco (31): en febrero fue suspendida para
competir en el lanzamiento de bala por tres años por el Tribunal de Expertos en
Dopaje al dar positivo en un test de doping y en septiembre falleció su entrenadora,
Dulce Margarita García. La atleta y medallista olímpica cayó en una depresión que
sanó gracias a su paso por "MasterChef celebrity", donde gana con cada plato que
presenta.
Duco, que además estudia sicología en la universidad Gabriela Mistral, partió en enero a Colombia para grabar la temporada que esta vez reunió a un grupo de famosos para el programa de cocina que emite Canal 13, y que en su último capítulo marcó 16,9 puntos de rating. "Iba todavía muy bajoneada por todo lo que había pasado, pero sentía que con esto en la mente, ocuparme de participar en el programa, podría salir un poco más fácil del hoyo".
-¿Por eso eligió participar en MasterChef?
-En el momento que me llegó la propuesta para ser parte de los participantes del programa estaba en pleno duelo por mi entrenadora. Estaba sufriendo y lo tomé como un salvavidas de mi realidad en ese momento, que era súper oscura. Le pregunté a mi sicóloga, porque estaba en terapia sicológica, y me dijo que fuera nomás, que me podía servir para relajarme. Mis amigos y mi familia también me apoyaron porque sentían que me podía hacer bien. También tenía otras razones.
-¿Cuáles, Natalia?
-Una deportista como yo nunca se ve en televisión haciendo otras cosas, siempre son futbolistas o deportistas retirados. En las entrevistas que me hacen también son todas relativas al deporte, entonces pensé que poner a alguien como yo en pantalla era un aporte. Mostrar con responsabilidad lo que hace un deportista de alto rendimiento era muy importante para mí.
-Muchos de sus compañeros elogian su personalidad en el programa.
-No me llamaba la atención la televisión, de hecho, antes de entrar, pensaba: cómo me irán a tratar, cómo me verán mis compañeros. Y fue increíble, me abrí de corazón y gané muchos amigos en un mundo totalmente distinto al mío como Betsy (Camino), Marcelo (Marocchino), César (Campos), Ignacia (Allamand), Nacho (Pop) la Botota.
-¿Qué le pareció este mundo tan distinto?
-Puedo decir que mi vida antes era muy cuadrada, entreno todo el día y soy súper disciplinada. Ahora me abrí, sigo entrenando full, pero cambié y floreció mi personalidad. Me descubrí en "MasterChef". Sentí que ahí también podría ser feliz y viví cosas que nunca en mi vida había vivido, como ir a un concierto, por ejemplo.
-¿Nunca había ido?
-Nunca. En Colombia, Marcelo (Marocchino) y Betsy (Camino) me invitaron a dos conciertos, fueron los primeros de mi vida. También me llevaron a bailar a una discoteca, salimos de noche a comer. Estas eran cosas que yo no hago, porque soy muy disciplinada. También ellos me ayudaron a arreglarme más. Marcelo me enseñó a caminar, Betsy a andar con tacos. Fue todo muy nuevo.
-¿Si mira para atrás piensa que su vida antes era un poco aburrida?
-No, pero siempre muy aplicada. También tuve pololos que eran deportistas igual que yo, que eran de otros países, entonces tampoco se daba eso de salir con tu pololo.
-¿Y ahora pololea?
-Sí, estoy hace 10 meses con un estudiante de odontología chileno cubano, que es atleta no profesional y él me tira para arriba; y sí es más chascón que yo. Ha sido súper linda su llegada a mi vida. Fue muy inesperado porque mi entrenadora siempre me decía que tenía que salir con él y yo no estaba interesada. Para el funeral de mi entrenadora él llegó y me entregó una bandera de Cuba. Ahí enganché y ahora estamos pasando la cuarentena juntos en la casa de sus papás.
-¿Hay una reflexión final de cómo ve todo lo que ha pasado en este año?
-Todo el mundo tiene una batalla. Mi vida ha sido tan intensa en las cosas buenas como en las cosas malas, pero ahora me siento más contenta. El mensaje finalmente es que siempre van a pasar cosas, pero el cambio no es externo, sino que lo que tiene que cambiar es la actitud, el ánimo frente a una situación. Mi entrenadora ya no está, yo sigo sancionada y eso no va a cambiar, pero a mí me sirve confiar en mis habilidades internas.
Duco, que además estudia sicología en la universidad Gabriela Mistral, partió en enero a Colombia para grabar la temporada que esta vez reunió a un grupo de famosos para el programa de cocina que emite Canal 13, y que en su último capítulo marcó 16,9 puntos de rating. "Iba todavía muy bajoneada por todo lo que había pasado, pero sentía que con esto en la mente, ocuparme de participar en el programa, podría salir un poco más fácil del hoyo".
-¿Por eso eligió participar en MasterChef?
-En el momento que me llegó la propuesta para ser parte de los participantes del programa estaba en pleno duelo por mi entrenadora. Estaba sufriendo y lo tomé como un salvavidas de mi realidad en ese momento, que era súper oscura. Le pregunté a mi sicóloga, porque estaba en terapia sicológica, y me dijo que fuera nomás, que me podía servir para relajarme. Mis amigos y mi familia también me apoyaron porque sentían que me podía hacer bien. También tenía otras razones.
-¿Cuáles, Natalia?
-Una deportista como yo nunca se ve en televisión haciendo otras cosas, siempre son futbolistas o deportistas retirados. En las entrevistas que me hacen también son todas relativas al deporte, entonces pensé que poner a alguien como yo en pantalla era un aporte. Mostrar con responsabilidad lo que hace un deportista de alto rendimiento era muy importante para mí.
-Muchos de sus compañeros elogian su personalidad en el programa.
-No me llamaba la atención la televisión, de hecho, antes de entrar, pensaba: cómo me irán a tratar, cómo me verán mis compañeros. Y fue increíble, me abrí de corazón y gané muchos amigos en un mundo totalmente distinto al mío como Betsy (Camino), Marcelo (Marocchino), César (Campos), Ignacia (Allamand), Nacho (Pop) la Botota.
-¿Qué le pareció este mundo tan distinto?
-Puedo decir que mi vida antes era muy cuadrada, entreno todo el día y soy súper disciplinada. Ahora me abrí, sigo entrenando full, pero cambié y floreció mi personalidad. Me descubrí en "MasterChef". Sentí que ahí también podría ser feliz y viví cosas que nunca en mi vida había vivido, como ir a un concierto, por ejemplo.
-¿Nunca había ido?
-Nunca. En Colombia, Marcelo (Marocchino) y Betsy (Camino) me invitaron a dos conciertos, fueron los primeros de mi vida. También me llevaron a bailar a una discoteca, salimos de noche a comer. Estas eran cosas que yo no hago, porque soy muy disciplinada. También ellos me ayudaron a arreglarme más. Marcelo me enseñó a caminar, Betsy a andar con tacos. Fue todo muy nuevo.
-¿Si mira para atrás piensa que su vida antes era un poco aburrida?
-No, pero siempre muy aplicada. También tuve pololos que eran deportistas igual que yo, que eran de otros países, entonces tampoco se daba eso de salir con tu pololo.
-¿Y ahora pololea?
-Sí, estoy hace 10 meses con un estudiante de odontología chileno cubano, que es atleta no profesional y él me tira para arriba; y sí es más chascón que yo. Ha sido súper linda su llegada a mi vida. Fue muy inesperado porque mi entrenadora siempre me decía que tenía que salir con él y yo no estaba interesada. Para el funeral de mi entrenadora él llegó y me entregó una bandera de Cuba. Ahí enganché y ahora estamos pasando la cuarentena juntos en la casa de sus papás.
-¿Hay una reflexión final de cómo ve todo lo que ha pasado en este año?
-Todo el mundo tiene una batalla. Mi vida ha sido tan intensa en las cosas buenas como en las cosas malas, pero ahora me siento más contenta. El mensaje finalmente es que siempre van a pasar cosas, pero el cambio no es externo, sino que lo que tiene que cambiar es la actitud, el ánimo frente a una situación. Mi entrenadora ya no está, yo sigo sancionada y eso no va a cambiar, pero a mí me sirve confiar en mis habilidades internas.