"Es evidente que en el servicio hospitalario ha habido una disminución en la demanda de pacientes más graves. Durante ocho semanas nosotros tuvimos más ingresos que posibilidades de egresos. Hablo de personas que tenían estancias hospitalarias prolongadas. Pero es verdad, ha disminuido la ocupación. Esta última semana hemos llevado un ritmo menor, es una muy buena noticia. Hay menos pacientes que requieren ventilación mecánica", relata Francisco Zamora, infectólogo del Hospital Barros Luco.
Zamora, también académico de la Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago, cuenta que la reducción de hospitalizaciones ha sido tan notoria que incluso han podido devolverle espacios a otros servicios, por ejemplo, de cirugía.
"Esto es un relajo y no podemos tener un rebrote. Tengo la sensación de que la ciudadanía entendió que podían quedarse en casa. Insisto, es una semana de relajo, pero no sabemos qué pasará la siguiente. Lo más importante ahora es seguir con las cuatro palabras mágicas: diagnosticar, aislar, trazabilidad y cuarentena", dice.
Gabriel Cavada, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, asegura que pese a que algunas comunas han bajado la tasa de contagio, no es momento de celebrar.
"En la semana pasada la epidemia en la Región Metropolitana estaba creciendo a razón de 3,8% de casos por semana. En lo que llevamos de semana hemos estado creciendo en 1,3%. Si bien la epidemia se ha ralentizado, la verdad es que está creciendo menos, pero no está remitiendo. Otra cosa es que son muy pocos días como para cantar victoria. Hay que hacer esta misma comparación, pero de aquí a tres semanas más", finaliza el epidemiólogo.
