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Daniel Alcaíno armó estudio en una bodega de su casa para revivir a Yerko
Su eterno confinamiento en Ñuñoa desde marzo producto de la cuarentena, a Daniel Alcaíno le hizo replantearse la idea de revivir a Yerko Puchento, el personaje que desarrolló con desparpajo durante dos décadas en "Vértigo".

"Esta pandemia nos ha hecho ir aprendiendo. Yo antes apenas ocupaba el teléfono y Facebook", admite el actor. "Como se fue alargando el tema del encierro y los temas nos pasaban por encima de los ojos, empecé a hablar con otros comediantes, como Pato Pimienta, Chiqui Aguayo y Pedro Ruminot, que están haciendo shows por streaming y se manejan más en estas plataformas porque me picaba la lengua por decir las cosas", cuenta Alcaíno.

Así surgió"Yértigo, el desahogo de Chile", que se estrena el próximo jueves 6 de agosto a las 20 horas y para el que armó un estudio en una bodega de su casa con tres cámaras fijas: "Hay monólogos que son al frente con planos generales y hay otras tomas de arriba o de abajo". El actor detalla que "empezaron a aparecer amigos con distintas plataformas, ex compañeros de Canal 13 ofreciéndonos estudios y con Jorge (López, su libretista histórico) comenzamos a evaluar y entender cómo funcionaba este cuento tratando de reducir la mayor cantidad de costos porque lo que queríamos es la comunicación con la gente". "Antes se asociaban estas plataformas a los jóvenes, pero ahora son para todos", destaca.

Jorge López, quien se ubicará en otra pieza mientras Alcaíno esté en vivo -tal como lo hacía en el estelar de Canal 13- precisa que "el show se transmitirá por un programa que se llama Vmix hacia YouTube y las entradas, que tendrán un código único de acceso, estarán ancladas a la página yerkopuchento.cl". Además, explica que "las cámaras no usan ningún operador, van directamente al programa del computador Vmix y desde allí se va seleccionando qué cámara se pincha, igual que en un switch de televisión".

-¿Cómo es hacer una rutina sin público, Daniel?
-Hay que tomar conciencia de que no hay risas, porque eso es lo más importante para un cómico. Probamos la plataforma el otro día y funciona bien. Dura 50 minutos a una hora la rutina.

-¿Cómo se relaciona con la tecnología?
-Me han invitado a una serie de programas por Zoom, por Skype. Mi hijo Emiliano, de 11 años, me enseñó a usarlos y en estos meses ya me convertí en un experto en comunicaciones online, jajajá.

-¿Y qué pasa con el vestuario?
-Como los viejos actores, tengo mi propio vestuario a través de los años. Algunos ya no me entran, voy a tener que ponerles unos elásticos porque la pandemia me ha hecho subir un poco, jajajá. Soy muy callejero y antes siempre andaba caminando o en bicicleta. No estoy tan gordo, pero uno siente los huesos con menos movilidad.

-¿Cómo se arma el libreto?
-Hay miles de temas. Todos los días nos juntamos con Jorge alrededor de dos horas a hablar y nos tomamos un vinito. En la conversación, caminando por el patio o en la cocina, se nos van ocurriendo chistes. Nunca planificamos mucho. Lo hacemos el mismo día. Puede sonar como que lo tomamos a la ligera, pero no es así. Todo lo contrario. He aprendido que ante las cámaras la cosa es inmediata.

-¿De qué forma definieron el precio?
-Todos los comediantes cobran 4 lucas, ellos me dijeron que la gente no paga más que eso. No puedes cobrar más tampoco porque estamos viviendo un momento muy especial. Lo rico es que se puede ver en familia y ojalá la risa sirva para descomprimir este ambiente tan tenso. Nosotros llevamos dos años sin pantalla, sin contrato y estamos sin trabajo también.

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