Desde que comenzó la fase de transición en Colina, Faloon Larraguibel ha podido
salir a tomar a aire con sus hijos: Luciana, de 5 años; Jean Paul de 3, y Augusta, de 1.
"Pasamos tanto tiempo encerrados, que aprovechamos un rato", cuenta la ex
concursante de "Bailando por un sueño". En casa permanecen casi todo el tiempo
solo ellos cuatro, pues su marido, el futbolista Jean Paul Pineda, de lunes a viernes
entrena en Concón junto a su equipo, San Luis de Quillota, por lo que llega el fin de
semana.
Hace unos días, Faloon compartió un video en su cuenta de Instagram (@_Faloon_, 772.000 seguidores) en que se veía a los niños en un cuarto plagado de juguetes de todos los colores y formas, arrojados por el piso.
"Ya me da un poco igual si la casa está desordenada", afirma Larraguibel. "Hay juguetes por toda la casa porque se entretienen con ellos, están en las habitaciones de los niños, tirando en el suelo. En las imágenes se ve una sala de estar en el segundo piso; allí es donde pasan el tiempo", agrega.
Asegura que en los primeros días de encierro se esforzaba por hacer aseo en cada rincón de la casa y dejar todo en su sitio, pero con los días estas medidas se han relajado un poco porque no cuenta con ayuda de lunes a viernes.
"Por la noche les canto a los niños a ordenar, a ordenar, cada cosa en su lugar y colaboran en el orden", cuenta.
Su día parte a las 8 AM y hace mil labores antes de caer rendida a las 10 de la noche. "Hago dormir a mis hijos y quedo agotada. Ordeno la ropa, ordeno un poco más y me quedo dormida, no tengo ánimo para ver una película", afirma.
-¿Cómo es su día?
-Tras levantarnos, les sirvo el desayuno, los visto y juegan. Al bañarme me lavo por partes: primero el pelo, luego el resto del cuerpo. Dejo la puerta del baño abierta y con la cortina semicorrida, para poder escucharlos. No me gusta cocinar. Llamo a mi mamá para preguntarle qué puedo hacer. De dos a tres y media me encierro en una pieza para teletrabajar, grabando para el programa "Zona de Estrellas", de Zona Latina. Me arreglo para arriba, pero para abajo llevo buzo y pantuflas. En la tarde ellos ven monitos y yo me preocupo de la ropa, de la loza.
-¿Cómo se portan sus hijos?
-Tienen edades similares así que juegan, incluso con la menor. Se portan bien y se entretienen entre ellos, pero son demandantes, como los niños de esa edad. Son buenos para pelear y pasan el día llamándome "mamá, mamá", me siguen, están siempre detrás de mí. Cuando teletrabajo muchas veces tengo que detener la grabación y ver qué quieren.
-Imagino que es estresante.
-Pero aunque tengas estrés o rabia, hay que seguir todos los días. Así que en las noches me tomo un relajante musculan Tengo dolor de cabeza, de los músculos de la espalda y el cuello. Además, tengo bruxismo.
Sonia Castro, sicóloga infantil de la Clínica Alemana, afirma que en estos tiempos tan especiales de cuarentena "las personas deben asumir que su casa no estará igual de limpia y ordenada que de costumbre". Aconseja a los padres relajar las expectativas para evitar la ansiedad.
"Es muy importante ser flexibles y asumir que no tendremos tanto tiempo para todas las labores. Se puede establecer un cierto horario para dejar que los niños hagan su desorden", comenta. Sin embargo, esto no significa permitir el completo despelote. "Los adultos deben conservar horarios y rutinas, aunque no sean perfectas. Eso implica que si los niños sacan sus juguetes, deben luego ordenar, porque es una oportunidad de enseñarles hábitos. A los niños les hace muy mal el caos: obstaculiza el equilibrio emocional y sicológico, además de desencadenar estrés. No es aconsejable tener la casa patas para arriba", comenta.
Hace unos días, Faloon compartió un video en su cuenta de Instagram (@_Faloon_, 772.000 seguidores) en que se veía a los niños en un cuarto plagado de juguetes de todos los colores y formas, arrojados por el piso.
"Ya me da un poco igual si la casa está desordenada", afirma Larraguibel. "Hay juguetes por toda la casa porque se entretienen con ellos, están en las habitaciones de los niños, tirando en el suelo. En las imágenes se ve una sala de estar en el segundo piso; allí es donde pasan el tiempo", agrega.
Asegura que en los primeros días de encierro se esforzaba por hacer aseo en cada rincón de la casa y dejar todo en su sitio, pero con los días estas medidas se han relajado un poco porque no cuenta con ayuda de lunes a viernes.
"Por la noche les canto a los niños a ordenar, a ordenar, cada cosa en su lugar y colaboran en el orden", cuenta.
Su día parte a las 8 AM y hace mil labores antes de caer rendida a las 10 de la noche. "Hago dormir a mis hijos y quedo agotada. Ordeno la ropa, ordeno un poco más y me quedo dormida, no tengo ánimo para ver una película", afirma.
-¿Cómo es su día?
-Tras levantarnos, les sirvo el desayuno, los visto y juegan. Al bañarme me lavo por partes: primero el pelo, luego el resto del cuerpo. Dejo la puerta del baño abierta y con la cortina semicorrida, para poder escucharlos. No me gusta cocinar. Llamo a mi mamá para preguntarle qué puedo hacer. De dos a tres y media me encierro en una pieza para teletrabajar, grabando para el programa "Zona de Estrellas", de Zona Latina. Me arreglo para arriba, pero para abajo llevo buzo y pantuflas. En la tarde ellos ven monitos y yo me preocupo de la ropa, de la loza.
-¿Cómo se portan sus hijos?
-Tienen edades similares así que juegan, incluso con la menor. Se portan bien y se entretienen entre ellos, pero son demandantes, como los niños de esa edad. Son buenos para pelear y pasan el día llamándome "mamá, mamá", me siguen, están siempre detrás de mí. Cuando teletrabajo muchas veces tengo que detener la grabación y ver qué quieren.
-Imagino que es estresante.
-Pero aunque tengas estrés o rabia, hay que seguir todos los días. Así que en las noches me tomo un relajante musculan Tengo dolor de cabeza, de los músculos de la espalda y el cuello. Además, tengo bruxismo.
Sonia Castro, sicóloga infantil de la Clínica Alemana, afirma que en estos tiempos tan especiales de cuarentena "las personas deben asumir que su casa no estará igual de limpia y ordenada que de costumbre". Aconseja a los padres relajar las expectativas para evitar la ansiedad.
"Es muy importante ser flexibles y asumir que no tendremos tanto tiempo para todas las labores. Se puede establecer un cierto horario para dejar que los niños hagan su desorden", comenta. Sin embargo, esto no significa permitir el completo despelote. "Los adultos deben conservar horarios y rutinas, aunque no sean perfectas. Eso implica que si los niños sacan sus juguetes, deben luego ordenar, porque es una oportunidad de enseñarles hábitos. A los niños les hace muy mal el caos: obstaculiza el equilibrio emocional y sicológico, además de desencadenar estrés. No es aconsejable tener la casa patas para arriba", comenta.