Circunstancias familiares provocaron que desde marzo pasado, la rubia ciudadana
Javiera Acevedo (35 años) compartiera domicilio en Chicureo junto a alguien muy
querido. "Estoy viviendo con mi hermano, ya tenemos como 4 meses juntos, yo lo
adoro, me llena de alegría", relata la modelo y actriz, en referencia a Andrés Acevedo,
su hermano 11 años mayor.
-El amor filial es hermoso.
-Mi hermano es un sol, nada qué decir, me hace mucho reír, juega mucho con mis tres perros, lo que valoro mucho. Nos hemos consolidado, aunque al principio tuvimos algunos roces.
Las eventualidades a las que se refiere Javiera ocurrieron durante las primeras semanas de la convivencia en cuestión. "En un momento empezó el caos en la casa. Yo lo encontraba un poco desordenado, le decía que me ayudara a hacer cosas y lo retaba. Tuvimos algunas trifulcas", asegura.
Andrés Acevedo, el aludido, corrobora tal versión: "Cuando llegué, la Javi me dijo acá tienes tu pieza, tu cama, pero necesito que me ayudes con algunos quehaceres de la casa, como lavar la loza . Ella me había encomendado al principio eso, pero después fueron apareciendo otro tipo de tareas. Empecé a darme cuenta de que mi pega sería un poco más de lo que al principio sería, por eso se empezó a generar una tensión".
-¿Qué hizo para subsanar tal situación, don Andrés?
-No sabía cómo decírselo a la Javi. Ella me empezaba a retar porque había días en que yo no hacía ninguna cosa porque en verdad yo no tenía ganas de hacer nada.
"Yo le decía, por ejemplo Andrés, tú no te mueves de acá si no haces esto . Y bueno, él no se movía nomás, jajajá", retoma Javiera, recordando días de abril pasado, cuando ya la situación entraba en fase de no retorno. "Antes de su llegada yo tenía una pieza para invitados súper linda, entonces verla desordenada, o ver el baño o el living no tan arreglado, me molestaba, y así no podíamos seguir", continúa ella.
-¿Qué hicieron entonces?
-Un día nos pusimos a conversar largamente, fue una conversación muy honesta, donde los dos nos mostramos tal cual éramos y creamos una fórmula para que las cosas de la casa fueran más justas.
Andrés interviene: "Después de estas diferencias, yo le dije que prefería que me anotara las cosas para que fuéramos viendo ordenadamente qué tareas se hacían y qué tareas no. De ahí nació esto de anotar".
El concilio entre hermanos determinó como hito en conjunto, la creación de un simple papelito escrito a lápiz pasta (ver foto secundaria) en el que establecieron las labores domésticas por hacer cada día. Entre ellas figuraban por ejemplo "lavar la loza", la "ropa", "trapear el piso", "hacer los baños" o "cocinar algo". La idea era que como equipo fueran turnándose y desarrollando los quehaceres, cosa que resultó. Si Las Tablas de la Ley existieran para los Acevedo, estarían concentradas en este papel.
"Desde eso la relación mejoró un montón porque los problemas domésticos que teníamos ya no eran tanto tema", expresa Javiera. "Nos entendemos mucho más con la Javi, creo que sirvió haber conversado y poner los puntos sobre las íes", suma Andrés.
-¿Dónde deja el papelito en cuestión, doña Javiera?
-En cualquier lado, como que a veces ya ni es necesario verlo, porque los dos ya sabemos qué tenemos qué hacer. Ponte tú, él casi siempre lava, es seco para hacerlo. Me ayuda con mis perros un montón también. Para hacer el living nos turnamos y es un tema porque entra mucho polvo. Y bueno, él es el contestador de citófono y recibidor de paquetes. También saca la basura.
-¿Están en un estado de armonía, hermano Acevedo?
-Conversar las cosas en base a roces o problemas que hemos tenido, nos ha servido para conocernos más. No es necesario tener conflictos mayores o discusiones que nos dolerían a los dos. Las cosas se pueden conversar. Estamos bien, es bonito estar con mi hermana.
-Palabras al cierre de la nota, hermana Acevedo.
-He valorado tanto la vida y la conexión social con mi hermano en este tiempo... tanto que me llego a emocionar un poco. Compartir con él en este tiempo de grande ha sido increíble, no sé qué voy a hacer cuando él se vaya...
-El amor filial es hermoso.
-Mi hermano es un sol, nada qué decir, me hace mucho reír, juega mucho con mis tres perros, lo que valoro mucho. Nos hemos consolidado, aunque al principio tuvimos algunos roces.
Las eventualidades a las que se refiere Javiera ocurrieron durante las primeras semanas de la convivencia en cuestión. "En un momento empezó el caos en la casa. Yo lo encontraba un poco desordenado, le decía que me ayudara a hacer cosas y lo retaba. Tuvimos algunas trifulcas", asegura.
Andrés Acevedo, el aludido, corrobora tal versión: "Cuando llegué, la Javi me dijo acá tienes tu pieza, tu cama, pero necesito que me ayudes con algunos quehaceres de la casa, como lavar la loza . Ella me había encomendado al principio eso, pero después fueron apareciendo otro tipo de tareas. Empecé a darme cuenta de que mi pega sería un poco más de lo que al principio sería, por eso se empezó a generar una tensión".
-¿Qué hizo para subsanar tal situación, don Andrés?
-No sabía cómo decírselo a la Javi. Ella me empezaba a retar porque había días en que yo no hacía ninguna cosa porque en verdad yo no tenía ganas de hacer nada.
"Yo le decía, por ejemplo Andrés, tú no te mueves de acá si no haces esto . Y bueno, él no se movía nomás, jajajá", retoma Javiera, recordando días de abril pasado, cuando ya la situación entraba en fase de no retorno. "Antes de su llegada yo tenía una pieza para invitados súper linda, entonces verla desordenada, o ver el baño o el living no tan arreglado, me molestaba, y así no podíamos seguir", continúa ella.
-¿Qué hicieron entonces?
-Un día nos pusimos a conversar largamente, fue una conversación muy honesta, donde los dos nos mostramos tal cual éramos y creamos una fórmula para que las cosas de la casa fueran más justas.
Andrés interviene: "Después de estas diferencias, yo le dije que prefería que me anotara las cosas para que fuéramos viendo ordenadamente qué tareas se hacían y qué tareas no. De ahí nació esto de anotar".
El concilio entre hermanos determinó como hito en conjunto, la creación de un simple papelito escrito a lápiz pasta (ver foto secundaria) en el que establecieron las labores domésticas por hacer cada día. Entre ellas figuraban por ejemplo "lavar la loza", la "ropa", "trapear el piso", "hacer los baños" o "cocinar algo". La idea era que como equipo fueran turnándose y desarrollando los quehaceres, cosa que resultó. Si Las Tablas de la Ley existieran para los Acevedo, estarían concentradas en este papel.
"Desde eso la relación mejoró un montón porque los problemas domésticos que teníamos ya no eran tanto tema", expresa Javiera. "Nos entendemos mucho más con la Javi, creo que sirvió haber conversado y poner los puntos sobre las íes", suma Andrés.
-¿Dónde deja el papelito en cuestión, doña Javiera?
-En cualquier lado, como que a veces ya ni es necesario verlo, porque los dos ya sabemos qué tenemos qué hacer. Ponte tú, él casi siempre lava, es seco para hacerlo. Me ayuda con mis perros un montón también. Para hacer el living nos turnamos y es un tema porque entra mucho polvo. Y bueno, él es el contestador de citófono y recibidor de paquetes. También saca la basura.
-¿Están en un estado de armonía, hermano Acevedo?
-Conversar las cosas en base a roces o problemas que hemos tenido, nos ha servido para conocernos más. No es necesario tener conflictos mayores o discusiones que nos dolerían a los dos. Las cosas se pueden conversar. Estamos bien, es bonito estar con mi hermana.
-Palabras al cierre de la nota, hermana Acevedo.
-He valorado tanto la vida y la conexión social con mi hermano en este tiempo... tanto que me llego a emocionar un poco. Compartir con él en este tiempo de grande ha sido increíble, no sé qué voy a hacer cuando él se vaya...