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La trazabilidad es la manera de controlar los brotes de Covid-19
El Consejo Asesor Covid-19 la estableció el 29 de junio pasado como una de las cuatro condiciones esenciales para levantar las medidas de confinamiento: la trazabilidad o cacería de contagios.

"Es el proceso para identificar, evaluar y manejar gente que ha sido expuesta a una enfermedad, para prevenir que siga adelante la transmisión", dice una guía que publicó el 10 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para esto es necesario una brigada de trazadores o personas que les piden a los contagiados los datos necesarios para ubicar a todas las personas con las que tuvieron un contacto estrecho, desde dos días antes de que aparecieran los síntomas hasta 14 días después, y llamarlas por teléfono para decirles que deben guardar cuarentena preventiva. De esa manera se cerca el virus.

"Se debe disponer de capacidad operativa para aislar y dar seguimiento al 90% de los casos confirmados en menos de 48 horas y de identificar y dar seguimiento en ese plazo al 75% de los contactos", establece el Consejo Asesor Covid-19. Dos días después de que una persona sea diagnosticada con un PCR positivo, no sólo ella debe estar aislada, sino que también las tres cuartas partes de sus contactos. Una tarea titánica.

"Es un excelente estándar, que en pocos lugares del mundo han logrado", cuenta la doctora María Soledad Martínez, académica de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. La rapidez es de vida o muerte. "Cuando uno identifica el caso y ya han pasado dos semanas, no vale la pena hacerle una trazabilidad. Esa persona ya contagió todo lo que tenía que contagiar", explica.

La trazabilidad construye barreras. "Una vez que uno levanta una cuarentena, los casos se mantienen un poco bajos una o dos semanas y después de nuevo empiezan a subir. Una de las formas de que aumenten mucho más lento es detectar y aislar los casos oportunamente", explica.

Cursos validados internacionalmente e impartidos online por universidades en Chile han certificado como trazadores a 13 mil personas, desde que comenzó la emergencia sanitaria. Algunos programas de trazabilidad ya están en marcha. La Universidad de Chile y el Servicio de Salud Suroriente dirigen uno en la Región Metropolitana. Cada municipalidad debiera tener el suyo, pero eso no ocurre.

"Lo que me gustaría es que las municipalidades dijeran que conocen más o menos sus casos. Renca tiene todo muy claro, Iquique tiene un software que se llama Esmeralda, San Joaquín está haciendo trazabilidad con una hoja Excel, pero hay otras que no han implementado nada todavía", explica.

"Protocolo de Coordinación para acciones de Vigilancia Epidemiológica durante la Pandemia Covid-19 en Chile: Estrategia nacional de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA)", se llama el documento que elaboró la División de Planificación Sanitaria de la Subsecretaria de Salud Pública. La Universidad de Chile y el Colegio Médico encabezaron la elaboración de una encuesta para saber si la Atención Primaria de Salud (APS) estaba aplicando este protocolo. Los resultados fueron publicados el 10 de julio pasado. Respondieron 45 municipalidades y 204 establecimientos como consultorios y centros de salud familiares. El 48 por ciento de los establecimientos lo está haciendo, el 43 no y el 9 no lo sabe.

"Todavía se observa que falta bastante en términos de poder tener una estrategia mucho más desplegada, mucho más cerca de la comunidad", cuenta el doctor Jaime Sapag, especialista en salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica.

Una de las claves de la trazabilidad es su punto de partida: los exámenes PCR. "Si el laboratorio se demora mucho tiempo en tener los resultados, se produce un rezago en la toma de decisiones que al final afecta la diseminación de la enfermedad", cuenta.

Las dificultades de la trazabilidad no dependen exclusivamente de la cantidad de habitantes. Las regiones de Aysén y de Los Ríos, que ya flexibilizaron las medidas de confinamiento, tienen menos población que la Metropolitana, por ejemplo, pero enfrentan otras dificultades. "A lo mejor en alguna región hay menos casos, pero probablemente están más distantes y le puede costar más al centro de salud acceder a algunos lugares rurales", explica. Además hay comunas que tienen más recursos que otras.

No basta que los trazadores le digan a una persona que se quede encerrada. Hay que atender todas sus necesidades para que ella pueda hacerlo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan que los trazadores le pregunten a cada persona, por ejemplo, "¿puede deshacerse de la basura y los desechos sin salir de su casa?" y "tiene acceso confiable a alimentos y/o a entrega de alimentos sin salir de su hogar". Si la respuesta es no, el Estado debe intervenir.

"Hay que buscar que la manera en que se responda, como sociedad, sea lo más equitativa, lo más justa", explica Sapag.

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