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Las pruebas de la fiscalía francesa contra el acusado por desaparición de estudiante japonesa
Cerca de las 15 horas de este jueves despegó desde Pudahuel el vuelo 401 de Air France con destino a París. Entre sus pasajeros iba Nicolás Zepeda Contreras (29), extraditado a Besancon, a 410 kilómetros de la capital francesa y 60 km de Suiza.

El chileno es investigado por la fiscalía gala como sospechoso de la desaparición de su ex pareja, la japonesa Narumi Kurosaki, el 5 de diciembre de 2016.

Zepeda fue trasladado la noche del miércoles desde su casa, en Viña del Mar, hasta el aeropuerto para cumplir el dictamen de la Corte Suprema que acogió en definitiva la extradición solicitada por Francia. "La entrega fue efectiva", dijo un fiscal francés al diario "L'Est Républicain" a las 12.40 horas de Chile.

"Con esto se da término al proceso de extradición pasiva, que se inició el 2017, en el cual la República Francesa fue representada por el Ministerio Público de Chile", explicó Antonio Segovia, director de la Unidad de Cooperación Internacional y Extradición de la Fiscalía de Chile. Dijo que el objetivo es que Zepeda "sea juzgado en dicho país por su presunta participación, en calidad de autor, del delito de homicidio cometido con premeditación en contra de la ciudadana japonesa Narumi Kurosaki".

Ricardo Quiroz, jefe de Interpol, dijo que el procedimiento se desarrolló de manera fluida, "ya que tuvimos colaboración de su parte en todo momento". Los detectives debieron chequear los documentos de Zepeda y la seguridad del detenido en el vuelo.

Lo que dice la fiscalía

Una vez en Francia, el chileno deberá responder a las dudas del fiscal regional de Besancon, Etienne Manteaux, quien incluso viajó a Chile por el caso. De acuerdo a su investigación, Nicolás y Narumi se conocieron en Japón en 2014, cuando él fue a estudiar de intercambio a la Universidad de Tsukuba; en febrero de 2015 comenzaron una relación.

La distancia, luego, volvió todo muy difícil hasta su ruptura el 8 de octubre. Incluso él regresó en 2016 a Japón para buscar trabajo y estar más cerca de ella. Mas tarde ese mismo año, Narumi partió a Francia para estudiar en el Centro de Lingüística Aplicada de la Universidad del Franco-Condado en Besancon.

Según la versión de la fiscalía gala, Zepeda llegó el 30 de noviembre a Dijon, Francia, luego de pasar por Madrid y Ginebra. Allí se subió a un auto que arrendó desde Santiago y cargó una tarjeta telefónica antes de recorrer 100 km hasta Besancon, donde pasó la noche.

Al día siguiente volvió a Dijon: en el supermercado Carrefour del mall Toison D'Or de esa ciudad compró un bidón con cinco litros de combustible para estufa Winnflam, un detergente con cloro y fósforos. Luego, según su GPS, recorrió una boscosa zona suburbana.

En sus indagaciones, el fiscal francés determinó que Narumi aceptó reunirse con Nicolás el domingo 4, luego de sus clases de danza, entre las 19 y 22 horas. Luego la pareja se devolvió a la residencia universitaria de Besancon. Según esa versión, los vecinos escucharon gritos y golpes a las 3.30 de la madrugada del lunes 5, pero no supieron de dónde venían. Días después, tanto la familia como los amigos de la japonesa continuaron recibiendo mensajes de ella a través de sus celulares.

La fiscalía local averiguó que Arthur del Piccolo, el nuevo pretendiente de Narumi, se extrañó de no verla en clases y golpeó la puerta de su departamento; luego, recibió en su celular un mensaje supuestamente de ella, donde le decía que había estado con otro hombre y había salido de la ciudad. Esos mensajes siguieron hasta el 8 de diciembre.

También determinó que la familia de Narumi recibió mensajes similares entre el 11 y 12, pero les llamaron la atención algunos giros idiomáticos. En marzo de 2017, en la investigación policial, se determinó que el chileno había estado en ese lapso con dos amigas, a quienes les preguntó por frases en japonés y les habría solicitado después borrar el historial de las conversaciones entre ellos a través de redes sociales.

Zepeda, según la versión de la fiscalía europea, regresó a Dijon el 7 de diciembre, devolvió el auto (que lucía sucio, según el testimonio de uno de los empleados de la automotora), tomó un bus a Ginebra y voló a Barcelona. Allí se encontró con su primo, el médico Juan Felipe Ramírez, quien prestó declaración ante la policía y detalló que Nicolás le habría pedido no mencionar su paso por la ciudad catalana. También le hizo preguntas sobre la muerte por asfixia.

Nicolás Zepeda figura de regreso en Chile el 12 de diciembre de 2016.

El 15, en Besancon, la policía entró al departamento de Narumi; lo encontró muy ordenado, halló huellas del chileno en una taza y otros objetos. No había rastros de sangre por ningún lado. También se perició el computador personal de la joven y analizó su intercambio de mensajes con el chileno.

El 16 la fiscalía de Besancon abrió una investigación, bajo la sospecha de que no se trataba de una desaparición voluntaria. También logró triangular los llamados telefónicos de Nicolás.

Sin embargo, hasta hoy, ni la policía ni la fiscalía han encontrado rastros de la joven.

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